Capítulo 19

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Al salir del despacho del profesor Engen, ví como algunos soldados en grupo marchaban corriendo. Extrañada, no les dí importancia pero luego otros alumnos corrieron también. Sabía que eso no era normal y cuando vi la segunda ronda de soldados me dispuse a seguirlos. Ellos iban rápido pero podía alcanzarles fácilmente.

Todos pasaron por una puerta automática. No debería de haberlo hecho pero lo hice. Corrí y me posicioné detrás del último guardia. Por mi tamaño, nadie me vio. Una vez adentro me escondí detrás de una mesa para que nadie me viera. Gateé en silencio y ví un agujero en la pared, que suponía que era una plataforma de vuelo. Ahí había una nave y los soldados subían a ella. Pronto la nave despegó con un ruido estremecedor y ellos dentro pero me detuve al oír la voz de Max.

《Todo está en orden.》dijo con voz pasiva. Yo quería levantarme y preguntarle que hacía allí pero una voz femenina me desconcentró.

《¡No, no lo está》gritó desquiciada. La voz me sonaba mucho. Era una voz rota. 《Estamos sufriendo ataques. Muchos, de ellos,》dijo ahora más tranquila. Ya sabía de quien era esa voz. Era la directora Agnes.《¿Cómo va Larsen?》dijo y me estremecí.

《No está preparada.》me entristeció el modo en el que hablaba sobre mi.

《¿¡Y cuándo lo va a estar?!》volvió a gritar. Parecía que me odiaba. 《Se ha graduado de dos materias. Las dos más difíciles y me dices que, ¿no está preparada...?》dijo acercándose hacia mi.
Yo gateé en silencio sin saber a donde ir. La mesa era grande y formaba una U pero si yo cogiera el camino equivocado, con un solo vistazo me pillarían. 

《Necesita aprender a luchar.》dijo Max serio. Su voz era tan diferente a la que sonaba cuando estaba conmigo, que casi no me creía que era él.

《Necesita acordarse del código.》replicó enfadada. No me gustaba para nada el tono de la directora y mucho menos en como le hablaba a Max.

《¿No le huele raro aquí?》dijo Max desubicado. Mi corazón se paró por un instante. Puse mi espalda contra el escritorio e intenté calmar mi respiración. 《¿Ha cambiado de perfume?》le preguntó desconcertado.

《¡No tengo tiempo de tus estupideces, Max!》ladró la directora enfadada. Le dí mil gracias para que no hubieran empezado a buscarme.

《Janne tiene que acordarse más de lo que sueña y buscar códigos en su mente,》dijo alto y claro. Nunca en mi vida había prestado más atención como lo estaba haciendo ahora. 《Solo así podrá conseguir lo que tiene que hacer.》acabó de decir.

《¿Por qué hablas de ese modo tan raro?》preguntó ella sin entender, luego sopló. 《Da igual. Quiero que Larsen me sea útil pronto, por el bien de los demás. Recuerda que es otro sujeto, no tu amada.》le recordó.

《¡Ni me lo recuerdes!》le exclamó Max. Me dí la libertad para asomarme a mirar. Había unas cajas que me tapaban la cabeza así que no tenia nada que temer. A no ser que ellos estuvieran mirando hacia mi dirección.

Eché un vistazo y justamente ví lo que me imaginaba. Agnes y Max hablando sobre sus temas secretos. Agnes daba vueltas nerviosa y Max la miraba furioso. Conocía aquella mirada y sabía que se estaba controlando por su bien.

《No tenemos tiempo, Max.》dijo parando y situándose delante suyo. Él miraba el suelo con los puños cerrados y asintió.
《Ahí afuera hay gente que nos necesita. Pueden haber sobrevivientes. Si ella no se acuerda del código nunca podremos salvarlos.》dijo acariciando la mejilla de Max. Me puse roja como un tomate. Max se echó para atrás queriendo acabar con la caricia.

《La entrenaré yo mismo. Lucha y Sistema Informático.》dijo mirándola serio.

《No. Lo harán Albin y Paul, no quiero que esté contigo más.》dijo ella firme. Me daban ganas de gritarle y pegarle pero solo me mordí el labio, tan fuerte que, me hice sangre. Vi como Max estaba igual de mal que yo. Tenia los puños apretados y temblorosos, su madíbula estaba tensada y sus ojos desprendían odio.

《No puedo prometerte eso.》dijo serio. Parecía que iba a atacar a la directora en cualquier momento. 《Creo que cada tiempo que pasa más conmigo, se acuerda mejor del pasado.》le intentó convencer. Él estaba desesperado para que Agnes no le denegara la proposición.

《Lo siento, Max. Ella debe acordarse del código, no reencontrarse con el amor. Y soy generosa dejándote quedar aquí y no obligarte a irte como comandante. Estoy desperdiciando mi mejor alumno.》dijo ella caminando hacia la puerta. Yo me volví a esconder para no ser pillada.

《Yo no soy el mejor, nunca lo he sido. Usted sabe que Janne es la mejor y, aunque no quiere admitirlo, ella se acordará del código y volverá a ser invencible.》repuso con odio.

Los dos salieron de la sala y cerraron la puerta. Me puse en pie y miré la sala. Era un aeropuerto enorme con tres naves que parecían del futuro. Eran planas, anchas y verdes militar. Caminé por la sala y me di cuenta que aún faltaban unas tres más. Eran las mismas que utilizaron para traerme aquí. En el escritorio habían unos documentos clasificados. Me sorprendió ver un documento con una foto mía de carnet. Las puertas se abrieron de repente y corrí a esconderme.

《Se me olvidaba el documento de Janne.》dijo Max. Maldecí por dentro. Era justo lo que quería ver.

La puerta se volvió a cerrar y me levanté de nuevo. Miré con esperanza el escritorio pero ya no estaba mi documento. Mierda. Salí de la sala con sigilo.
No había nadie así que empecé a correr para que no me vieran merodeando por allí. Localicé a Max con el documento en la mano, él se iba hacia su habitación. Quería hablar con él pero no me pareció adecuado. Estaba muy furiosa con él y Agnes así que Max podría notar que algo pasaba.

Fui a mi habitación y cogí una libreta y un bolígrafo. No quería que mis objetivos se quitaran de mi mente. Escribí lo que había oído de tal manera que solo yo lo podría entender. Después de un rato llamaron a mi puerta. Supuse que no eran mis compañeros de habitación así que guardé la libreta en mi taquilla. La puerta se abrió y allí estaba la directora Agnes. Tragándome el odio le sonreí falsamente.

《Buenas tardes, Janne.》su tono era amable pero yo sabía que era falso. Cuando ella estaba a solas con Max, me llamaba por mi apellido.

《Buenas tardes, directora.》sabía que no sonaba muy convincente pero el teatro no era lo mio.

《Bueno, sabrás que ya eres una "Pro" como lo dicen ellos en término vulgar. Eso te hace tener una habitación para ti sola. Y claro está, más clases.》me dijo dando una vuelta por la habitación.

《No necesito ninguna habitación para mi sola.》le contesté apretando los labios.

《La habitación ha sido asignada. Otros alumnos ocuparán tu litera.》dijo y pude captar la rabia que escondía detrás de sus ojos grises.

《Pero no la quiero. Aquí tengo mis amigos.》repuse. Sabía que eso le ponía de los nervios pero en verdad quería eso. 《Me gustaría que mi habitación estuviera al lado de la de Max. Si no es así, no la aceptaré.》jugué mi partida y mi yo misma me felicitó.

《Claro.》sonrió ella falsamente. De algún modo sabía que Max no quería dejarme y ahora entendía el porqué no me hablaba. Todo era porque se lo prohibieron.

《Genial.》dije orgullosa.

《Las clases empiezan mañana a las ocho y acaban a las nueve.》me dijo sonriendo ahora de verdad. En mi mente le decía de todo pero me contuve.

《¿Por qué ahora duran más?》estaba muy molesta.

《Tendrás tres clases. Sistema Informático, Lucha y luego entrenarás en el gimnasio con un profesor particular. No te ofendas pero no pareces estar muy en forma.》dijo y luego entrelazó sus dedos dando por acabada la conversación.

《No me quedará mucho tiempo libre. Pero al menos Max me ayudará.》dije para darle en donde más le dolía.

《Eso ya lo veremos.》susurró en un tono horripilante. Casi que me habían dado ganas de esconderme por miedo hacia ella. 《Haga las maletas, Larsen. Vendrán dentro de una hora a ayudarla.》luego se fue.

Me quedé de piedra en mi sitio. Esa señora imponía cuando lo quería. Cogí una bolsa de deporte y guardé toda mi ropa en él. Habían unas cajas en mal estado pero las utilicé para guardar mis pertenencias. Me hubiera gustado hablar con Antonia y Axel pero unos soldados vinieron y me ayudaron a trasladarme.

☆J. R. Third ☆

El código olvidado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora