Capítulo 22

99 11 0
                                    

Me levanté en medio de la noche sobresaltada. Miré el reloj y era poco más de media hora. Me levanté y fui a beber agua del grifo. Intenté calmarme. Estaba sudando y mi respiración era agitada. No sabía que Max había sido mi "novio". Intenté concentrarme y juntar todos los sueños que había tenido hasta ahora y supe que no se trataban de sueños. Eran recuerdos olvidados por culpa de aquellas inyecciones.

Me fui corriendo de mi habitación y caminé hacia la puerta de Max. Empecé a llamarle fuerte a la puerta y gritar su nombre. La puerta se abrió lentamente y Max estaba allá parado en bóxers negros. Él me miró adormido. A mi no me importaba para nada, así que, me adentré a su habitación sin su permiso. Estaba todo a oscuros y, cuando Max cerró la puerta, tampoco encendió las luces.

《Lo sé todo, Max.》dije tímida. Ahora que sabía lo que él sentía por mi, me avergonzaba haber besado a Hugo.

《Janne.》susurró caminando hacia mi.

《Lo recuerdo. He estado soñando contigo. Con Eira. Y con esta sede. Lo entiendo ahora.》le dije todo temblando de miedo.

Él vino hacia mi y me abrazó.《Te he echado tanto de menos.》nos fundimos en un abrazo. Su olor, su piel, todo era tan perfecto. Acaricié su desnuda piel con la llema de mis dedos.

《Max, ¿por qué no me lo has contado?》le pregunté lloriqueando.

《Era demasiada información. Y me lo prohibieron.》dijo a la defensiva. Se notaba que me lo hubiera contado desde el principio. 《Tu estabas en el aeropuerto, ¿verdad?》

《Sí. ¿Cómo lo sabes?》

《Pude oler tu perfume.》contestó arqueándose de hombros.

《Así que, ¿querías que estuviese allí?》levanté una ceja.

《¡Pues claro que no! Te estaba salvando el pellejo.》exclamó. Su respiración se profundizó. Sus manos acariciaron mis caderas. Nuestras frentes estaban juntas lo qual parecía imposible por la diferencia de altura. 《Vamos a dormir.》me desconcertó ese acto. No me esperaba para nada ese movimiento.

《¿Juntos?》pregunté como un estupido tono caramelizado de voz. Él me hacía sentir como una princesa y me encantaba.

《Sí, cielo.》susurró con su voz adormilada. Yo caí en su red completamente hechizada.

Nos recostamos en su cama y olía a él. Parecía de locos pero ese olor me atrajo como una abeja a la miel. Su cama era blanda y sus sabanas eran negras. Me tumbé en posición fetal y me estremecí al notar las calientes manos de Max abrazándome por detrás. No sabía que hacer en ese momento. Al cabo de unos segundos largos acaricié sus manos. Su cabeza estaba al lado de la mía. Notaba su respiración relajándose y me lo contagió. Después de minutos de nerviosismo me dormí.

● ● ●

Me levanté mejor que nunca. Era una sensación de tranquilidad y seguridad que nunca antes había experimentado. Abrí los ojos y ví a Max envuelto en mi cuerpo. Me estaba abrazando fuerte y nuestras piernas estaban enrolladas con las mías. Su cabeza estaba reposada sobre mi pecho pero la situación era tan agradable que no quise despertarlo. Miré al techo y empecé a sonreír por nada. Max respiraba tranquilamente encima mio y me atreví a acariciarle el cabello. Apenas pasados unos segundos, dejé de hacerlo. Mis sentimientos hacia él eran muy borrosos. Quizás él me produzca emociones muy contradictorias a la vez y, que noto electricidad cuando nos miramos pero eso no quiere decir que esté enamorada de él.

Yo ya no era la misma chica con la que él se había enamorado. Había cambiado pero eso no lo podía ver. Tenia miedo a fallarle y quedarme sola. Agnes no nos quería juntos y eso solo le traería problemas. Debía irme de allí ahora mismo. Ayer necesitaba cariño y él me lo dio fácilmente, pero eso había sido un error. Estaba jugando con sus sentimientos y nadie se merecía esto. Me levanté de la cama y busqué mi documento. Max estaba profundamente dormido y ahora abrazaba a su cojín. La imagen era entrañable pero no tenia tiempo.

Busqué  el documento y ví una caja fuerte móvil. Era un tamaño considerable y supe que ahí debía estar. Cogí la caja y me fui. Odiaba hacer esto pero necesitaba saber más. ¿Por qué había ido en la sede desde un principio? ¿Por qué enviaban soldados al exterior? Sí había crecido en la sede, ¿dónde estaban mi familia? La curiosidad vencía la cordialidad y la bondad. Una vez fuera, corrí hasta mi habitación. Ya había faltado por la mañana a clase y si no lo descubría ahora, Max podría darse cuenta que le había robado la caja fuerte.

Cogí uno de mis cuchillos que me regaló Hugo. Antes de ropero el candado, me di cuenta de lo irónico que era eso. Hugo iba a romper a Max por mi culpa. Sin dejarme derrumbar forcé el cerrojo y abrí la caja. Ahí estaba el documento pero lo que había más era mucho peor. Habían fotografías mías y de Max en todas las edades. Reconocí a Eira y a los Pros cuando eran niños. Habían unas cartas algo viejas. Cogí una.

Felicidades Maxi ;*
Solo quería desearte un muy feliz décimo cumpleaños por parte de tu mejor amiga.

Cogí otra más y era lo mismo pero ahora cumplía unos doce años. Habían unas trece cartas. Algunas eran felicitaciones y otras simplemente sin algún motivo aparente. Max había guardado un montón de recuerdos y lo peor era, que cuando los cogía, me llegaban pequeños recuerdos. Habían collares y pulseras hechas a mano y algunos objetos que eran bizarros.

Volví a guardar todo menos el documento. La caja estaba debajo de mi cama y el documento entre mis manos. Era hora que supiera la verdad. Necesitaba hacerlo aunque, me sentía horrible por traicionar de esta manera al único chico que me ha protegido y ayudado. ¡No! No debía de pensar así. Ellos me hicieron hacer esto. Nadie me contó nada y, ahora, estaba atrapada contra mi voluntad allí. Necesitaba acordarme de algo pero en verdad, no quería hacerlo. No me importaba ningún código ni la estúpida humanidad.

Empecé a leer y releer mi informe pero nada me hacía estar contenta. Ponía que yo era la mejor alumna de todo el centro y que mis marcas eran mejores de lo normal. Entonces leí lo que quería leer hace mucho tiempo.

Sujeto LARSEN será enviado al mundo exterior para completar la misión. La misión se trata de su propia supervivencia ya que no está segura aquí. Le borraremos la memoria y la disfrazaremos  para que los enemigos la veían y no la reconozcan. Aunque ella es la futura directora, LARSEN ha accedido a dejarle el cargo a la antigua directora, AGNES OLSEN.
La misión tendrá transcurso en un año. Justo antes de que el apocalipsis acabe con su vida.
No se sabe como volverá a acordarse de su memoria, pero LARSEN afirmó decir que, "solo los recuerdos se acuerdan reviviendolos."

Me quedé sentada en mi cama sin dar crédito a lo que había allí escrito. Había un apocalipsis que según ellos mataban a las personas. No podía creerlo. Ahora necesitaba salvar más que nunca a mi familia. Ellos podían haber sobrevivido y ahora estarían solos y desamparados. No lo podía permitir.

J. R. Third ☆

El código olvidado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora