6. Amigos.

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- ¿Y cómo sabías que vendría hoy? – le pregunté aún curioso.

- No lo sabía, solo lo esperaba. Parece que no tienes mucho en que pensar últimamente.

- ¿Qué quieres decir con eso? – me senté a su lado, cada vez me sentía más extraño con la situación, pensaba que era una imaginación, producto de las veces que quise que estuviera aquí de nuevo.

- Que he venido las ultimas 15 tardes, de los últimos 15 días y solo hasta hoy llegas.

- ¿En serio? – sinceramente no entendía nada, y cada vez estaba siendo peor.

- En serio, creo que por fin llegó mi hora de morir Mike.

- Creo que estás demente... me imaginé de todo menos volverte a encontrar aquí Kara Pusset – pero me sentía muy feliz de verla.

- No puedo negarlo, estoy un poco loca – estaba sonriente, radiante esa sonrisa me estaba trastornando -¿podrías mostrarme tu identificación? – preguntó y yo pensé que había escuchado mal.

-¿Qué? ¿Para qué? – respondí y empecé a buscar mi billetera.

- Es sólo que quiero confirmar que sí te llames Mike, esa duda me está acabando – le extendí mi documento, en el que la foto era horrorosa, pero me fijé en eso demasiado tarde.

Ella se concentró en la información que decía la tarjeta, y yo me concentré en ella, las manos me picaban por sentir su piel, pero ¿Y si me despertaba?

- Con razón tu acento, no eres inglés. – volvió a mirarme y conectamos por unos segundos nuestra mirada.

- Bueno, ¿puedo saber a qué se debe el interrogatorio? ¿O el para qué me necesitas? La verdad, me estoy sintiendo extraño. – le dije con sinceridad.

- ¿Estás casado Mike? ¿O comprometido? – preguntó y yo cada vez estaba más confundido.

- Ninguna de las dos Kara, y ya me estás asustando.

- Entonces ¿por qué te sientes extraño?

- No lo sé Kara, sólo me extraña tu presencia así de repente, y tus preguntas, que me hayas esperado como dices, creo que me siento confundido. ¿Puedes explicarme?

- Está bien Mike. Últimamente he pensado en ti – no pude evitar sentir la emoción creciendo en mí – y en nuestro encuentro casual y vergonzoso – me sonrió timidamente – y decidí que te debía una explicación, un...

- Alto ahí Kara – la frené - te lo dije ese día, no me debes nada.

- Pero quiero hacerlo Mike, quiero explicarte lo que sucedió, quiero buscar la forma de agradecértelo adecuadamente y tal vez, si tú me permites, quiero ser tu amiga.

- Eso me gusta – solté mucho más relajado y sinceramente contento por un sueño tan bonito.

- ¿Es una guitarra? – preguntó sin quitar sus ojos de mis movimientos.

- No, es solo el estuche, lo uso para esconder las armas con las que sufren mis víctimas.

Saqué la guitarra y comencé a tocar una melodía cualquiera, hacía mucho frío pero nada importaba con tal de perdurar este momento ojalá para siempre.

- Va a ser un año de conocernos Mike ¿lo sabías? – preguntó mientras yo seguía rasgando la guitarra.

- Sí, fue a mediados de febrero ¿no?

- Fue el 13 de febrero.

- Me siento honrado de que recuerdes hasta la fecha. – sonreí y le guiñé un ojo.

Libremente tuya (Segunda parte de la serie libre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora