Lágrimas silenciosas bajaban por las mejillas de Lola, y la expectativa por su respuesta se podía casi palpar.
- SIIIIIII – gritó al fin luego de unos minutos, tirándose sobre Itam tan fuerte que ambos terminaron revolcándose en la arena y el anillo ¡se perdió! lo que nos tuvo un buen rato a todos alumbrando en la arena hasta que azafrán lo encontró.
- Bernie, Maggie – empezó a hablar Itam con notable nerviosismo en la voz – quisiera que me den no solo su aprobación, sino también su bendición para casarme con ella.
Yo no quería estar en sus zapatos, mientras Maggie se limpiaba las lágrimas, Bernie lo miraba serio y no respondía.
- No puedo negar que me encuentro muy sorprendido – habló él por fin luego de varios minutos, mientras los demás no ocultábamos nuestro nerviosismo – ambos están exageradamente jóvenes aún, ninguno de los dos termina su carrera, y la verdad no sé si sea lo correcto. Pero no soy nadie para juzgarlos, y si ambos se sienten preparados pues cuentan con mi apoyo, y con mi bendición– dijo cuando empezaba a quebrársele la voz y Lola se le fue encima abrazándolo y llorando.
-Yo solo tengo por decir que tus clases de cocina son urgentes ahora – dijo Maggie y todos nos reímos- ven acá mi pequeña- dijo estirando los brazos en su dirección – felicidades – le dijo y la abrazó besando su cabeza.
-Muchas gracias – dijo Itam con alivio, acercándose a abrazar a cada uno de ellos – me aseguraré de hacerla muy feliz - ¿Tú qué opinas K'? – el muchacho le preguntó tiernamente.
- ¿En serio quieres saber mi opinión?
- Por supuesto – respondió él sonriente.
- Digo que estás absolutamente loco – habló seria y todos rompimos en carcajadas – ni siquiera sé cómo haces para aguantártela cada día, y ahora quieres estar con ella para siempre, pues Waoo te admiro compañero – le estiró los brazos y luego de el emotivo abrazo, llegó la celebración de las dos hermanas saltando y gritando como un par de locas.
El karaoke siguió por mucho tiempo más, con un ánimo renovado, los nuevos prometidos se veían mucho más enamorados ahora, y yo tampoco desaprovechaba la oportunidad para acercarme a Kara las veces que podía.
- Despiértate ojitos de cielo – escuché que me llamaba en un susurro y abrí mis ojos con rapidez, para verla poniendo el índice en sus labios en señal de silencio, mientras con la otra mano me hacía señal de que me levantara. Conan estaba profundo al otro lado de la cama y me levanté despacio evitando despertarlo.
Ella con un jersey de capota, que le llegaba a media pierna y unas medias de lana hasta la rodilla y sin zapatos. En un brazo llevaba una almohada y en el otro un nudo de cobijas que le recibí antes de comenzar a seguirla. Aún se veía de noche, y no entendía a dónde me llevaba.
La noche anterior había terminado pronto para mí, el agotamiento me pasó factura, y me quedé profundamente dormido en uno de los sofás del recibidor. K' me despertó y con el perdón de todos la seguí, hasta la habitación que fuera de Laurent, donde dormiríamos Conan y yo, y rápidamente, disfrutando se sus manos acariciando mi cabello, me había quedado dormido de nuevo.
- ¿A dónde vamos? – le pregunté en un susurro cuando ya estábamos en el piso de abajo.
- Aún no ves lo mejor de este lugar – contestó emocionada, arrastrándome con paso firme hacia la playa. – Sostén la almohada por favor – me pidió y yo se la recibí, mientras ella sacaba con cuidado una manta que estaba enredada entre las cobijas. La extendió sobre la arena, me recibió la almohada y simplemente se acostó, señalándome su lado en la manta. Yo ocupé mi lugar, extendiendo las cobijas para los dos, ella puso su cabeza en mi pecho y recibimos en silencio el mejor amanecer de mi vida. Ella en poco tiempo se había convertido en algo tan importante que con solo saberla a mi lado me bastaba, sobraban las palabras, el silencio fue nuestra mejor compañía, mientras veíamos el astro dorado, pintar la alborada multicolor, que para mí reflejaba perfectamente, el cómo sentía mi vida a partir de ese nuevo comienzo que había tenido, desde que Kara se coló de lleno en ella.
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Libremente tuya (Segunda parte de la serie libre)
RomanceNo amas a alguien por su apariencia, o su ropa, o por su carro costoso. Si no, porque canta una canción que solo tú escuchas. ¨Oscar Wilde¨ La libertad es ese preciado tesoro que todos necesitamos y anhelamos, pero que solo extrañamos cuando lo sen...