Kara sostenía a Alana por las manitas y sus carcajadas rompían el aire veraniego, unos hermosos gritos de júbilo y emoción contagiaron a todos de felicidad y al tiempo de orgullo. Kara con gran agilidad y sin perder la costumbre, mantenía el equilibrio sobre la tabla sin ningún tipo de dificultad, mientras la niña escondida tras su chaleco salvavidas, gozaba de pie, en su primera vez esquivando las olas, dándonos a todos una excelente demostración de todo el talento que seguramente había heredado.Yo las observaba desde la orilla con un poco de angustia (no lo niego), pero completamente convencido de que para el final del día, Alana iba a estar surfeando sin necesidad de ayuda.
Era espectacular verlas, no solo a ellas dos, sino a todas las demás chicas y niñas que se habían motivado (aprovechando la marea movida) a volver a surfear luego de casi un año sin hacerlo. Gael a pesar de no tener tanta experiencia como Lola o Laurent ya lograba dominar el deporte sin dificultad y ahora intentaba ayudarles a Hally y a Helen a aprender.
Era el sábado, de nuestro último fin de semana de vacaciones, como siempre, la semana se había pasado volando, y ya pronto tendríamos que regresar a "la vida real".
- ¡Llegó la alegría familia! – gritaron tras de mí, obligándome a dar la vuelta para descubrir a Annie del brazo de Erick y a su lado Liz con su reciente esposo Jack.
- ¡Annie! – escuché gritar a K' desde la orilla, cuando ya venía corriendo a su encuentro con Alana en brazos.
Me levanté para saludar a nuestros amigos, que seguían siendo parte fundamental de la familia y que aunque habían llegado de sorpresa eran más que bienvenidos. Venían ya preparados con sus atuendos de playa y tras un efusivo saludo, entraron al agua, a excepción de Annie que prefirió quedarse a mi lado pues su panza de 7 meses de embarazo le quitaba las ganas de surfear.
- ¿Qué tal las vacaciones Mike? – preguntó Annie luego de un largo silencio y con la mirada perdida en el agua.
- Tan geniales como siempre Ann. ¿Tú, te encuentras bien?
- La verdad no mucho Mike, pero no quiero preocupar a las chicas – dijo esto último mirándome fijo, como suplicándome que guardara su secreto.
- ¿Qué pasa? – pregunté en tono de complicidad, que ella captó de inmediato.
- Es solo que me siento tan cansada, y no quiero que suene cruel, pero de haber sabido que iban a ser gemelos, creo que no me hubiera embarazado.
- Wao, pues eso fue cruel – dije riendo buscando bajarle tensión al momento pero solo conseguí que me mirara irritada- Lo siento, imagino lo difícil que debe ser.
- No es difícil Mike, es absurdamente abrumador. – dijo casi gritando obligándome a agachar la cabeza - No solo por el peso que tengo que llevar, no puedo agacharme, no veo mis piernas, mis tobillos desaparecieron; sino que todo el tiempo estoy pensando en comprar todo de a dos. En como voy a hacer para sostenerlos. ¿Y si lloran los dos al tiempo? ¿Y si uno de los dos enferma que pasará con el otro?
- ¡Detente!- le ordené poniendo mis palmas al aire – vas a enloquecer si sigues pensando de esa forma Ann. ¿Has hablado con Erick al respecto?
- Sí, pero creo que él no entiende lo suficiente, solo dice que estoy exagerando y que está ansioso por tener a los bebés en sus brazos. No capta la dimensión de la responsabilidad que se nos viene, él cree que solo son dos muñecos de trapo.
- Pero tienes que calmarte Ann, eso le hace daño a los bebés.
- Lo sé- dijo cabizbaja – pero no logro controlarlo, ni siquiera puedo dormir.
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Libremente tuya (Segunda parte de la serie libre)
RomanceNo amas a alguien por su apariencia, o su ropa, o por su carro costoso. Si no, porque canta una canción que solo tú escuchas. ¨Oscar Wilde¨ La libertad es ese preciado tesoro que todos necesitamos y anhelamos, pero que solo extrañamos cuando lo sen...