Aaron se levantó y vino hacia mí.
-No te acerques a ella.-Gruñó Alexander. Todos mantenían distancia con él disponiéndose en una de las esquinas contrarias.
-No va a hacerme daño. Más le vale.-Intenté tranquilizar y parecer valiente.
Nos apartamos un poco de resto aún sabiendo que podían escucharnos a causa del súper oído vampiro.
-Tus ojos siguen rojos.
-Sé de sobra que estoy horrible.- Dije bastante cortante.
-En realidad me gusta.
-Creo que mis ojos no son un tema importante del que hablar. Eres... Aaron. ¿Por qué has estado jugando conmigo?- Exigí fingiendo que no hablaba realmente con el asesino con el que lo hacía.
-Yo no fui quien te dejó aquella nota y desde luego no te llamé. Elia, si todo esto es real y alguien va detrás de ti es por algo serio. Necesito saber qué es lo que eres, sino no podré ayudarte.
-Soy un vampiro.
Él levantó una ceja incrédulo.-Eso no es posible, si lo fueras te habría detectado.
-Bueno está claro que yo tampoco te detecté a ti.
-Pero no lo hiciste porque encubro la esencia de mi parte vampiro con magia, y dudo que tú sepas hacer eso. Además, tus ojos rojos, eso es algo extraño.
-Soy extraña porque nací siendo vampiro.
Cerró los ojos con una preocupación que no comprendía.-Mierda.-Se giró hacia mis amigos.-¡Es una maldita nacida! ¿y ninguno os habéis dado cuenta?
-¿Una nacida?-Resonó por la sala.
-Así denominamos a los vampiros puros que nacen convertidos. Y os aseguro que son muy pocos.
-Con poco ¿te refieres a...?
-Me refiero a uno cada ciertos siglos.
Alexander se levantó de su butaca.-¿Y qué ocurre porque sea una nacida?
-¿Nadie ha escuchado la antigua leyenda? ¿En serio? ¡Es la más importante de todo ser sobrenatural!-Él parecía realmente molesto.
-Yo he escuchado sobre ella. Trata sobre que la vida de una nacida nos separa de la oscuridad. Una bruja me contó que su muerte solo traería un fatídico destino a los sobrenaturales.-Soltó Harrison.
-Eso es una explicación bastante falta de detalles, pero al menos se acerca.-Aaron se giró hacia mí.-Ven, vamos al sofá y os contaré más.
Le acompañé y me hizo sentar en la butaca que había delante de él y en la que apoyaba sus brazos.
Permaneció de pie, aunque de todas formas nadie hubiera querido estar demasiado cerca.-Veréis, hace siglos atrás todo ser sobrenatural tenía un poder que lo caracterizara dependiendo del bando que defendían. Los oscuros tenían una fuerza realmente maligna, mientras que el resto, a los que sin mucha imaginación denominaron "los bondadosos", tenían la luminosidad y la paz en sus venas.
La guerra se desató y los del bando equivocado no tuvieron piedad en acabar con vidas en vano.
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Vampire
VampireElia es vampiro de nacimiento, lo que fue considerado como un milagro para sus padres. Ellos siempre la ayudaron consiguiéndole el sustento que necesitaba sin levantar sospechas entre el resto de ciudadanos de Detroit, pero ahora que sus padres h...