Capítulo XVI

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   Mi conciencia iba y venía. Recuerdo a duras penas cómo Alex me entraba en la casa.

Escuché el grito de Beth, probablemente al verme. Sabía que ella estaba llorando.

•••Aaron•••

Necesitaba pensar. Por esa misma razón le colgué la llamada a Elia, parecía no entender que no me sentía preparado para hablar.
No fue hasta que recibí un mensaje de Elisabeth cuando supe que mis suposiciones podrían haber sido erróneas.

<<Necesitamos tu ayuda>> Era lo que decía el mensaje. Y si me lo estaba mandando a mí sabiendo que no nos soportábamos era porque algo no iba bien.

Fui rápidamente hasta la casa. Habían manchas de sangre en el suelo. Escuchaba un fuerte llanto proceder de la habitación de Alexander. Cuando entré todo en mi mundo se paró.

En la cama, ahora manchada de sangre, estaba tumbada Elia gritando de dolor. Su piel llena de golpes y heridas.

-Qué ha pasado.-Exigí mientras me acercaba a ella y cogía su mano.

-No sé que le ocurre.-Gritaba Elizabeth sin saber qué hacer.

-Salid fuera.

-No la voy a dejar a solas ahora contigo.-Gruñó Alexander.

-¡He dicho que salgáis!

Parecieron asustarse lo suficiente para dejarme en la habitación con ella.
Hice un hechizo para aliviar su dolor y así poder examinarla mejor.

Nunca la había así, a pesar de que ya no debía sentir tanto dolor ella seguía llorando.
Algunos de sus huesos estaban partidos, lo que daba lugar a pocas opciones. Esto era obra de un ser sobrenatural.
Solo imaginarme a alguien golpeándola hacía que algo hirviera dentro de mí.
Todo se confirmó cuando vi una mordedura en su cuello. Me mordí la muñeca y dejé que bebiera de mi sangre. Le habían drenado bastante sangre y estaba demasiado débil, además aquello le ayudaría a curar su heridas.

-Saliste detrás de mí, ¿verdad?

Ella asintió sin querer hablarme.

Si yo no hubiera sido tan estúpido ella no hubiera estando indefensa.

-Siento muchísimo lo ocurrido Elia. Encontraré a quién te hizo esto y lo mataré.

-No tienes que hacerlo Aaron, no pasa nada.-Sonaba fría.

-¿No pasa nada?¡¿Cómo puedes simplemente decir eso Elia?!-Estaba alterado por la situación.-Un vampiro te dio una paliza y te mordió, ¿estás bien con eso?

Solo conseguí que ella volviera a llorar. Suspiré dándome cuenta de lo bien que se me daba hacer sentir mal a las personas.

Me quité los zapatos y me tumbé lentamente en la cama abrazándola y atrayéndola a mi pecho.-Tranquila Elia... lo siento mucho .-Besé su frente.

No podía evitar sentirme así, por mucho que quisiera ser el mismo de siempre, ella me estaba cambiando.  Antes todo me daba igual, lo único importante en mi vida era yo pero... ahora solo quería protegerla a ella.

•••Beth•••

-No puedo creerlo. ¿Como puede simplemente mandarnos así Alex? ¿Desde cuándo estamos bajos sus órdenes?

-Sabes que no lo soporto, ¿qué más puedo hacer?

-Elia se está enamorando de él, lo sabes ¿verdad?

Vi como la mandíbula de mi hermano se apretaba ante lo mencionado. Asintió bastante rígido.

-Y sin embargo, no estás haciendo nada para cambiarlo... Alex, ella es mi mejor amiga. Aaron solo va a hacerle daño, es un monstruo aunque Elia no lo vea.

-Pero ella todavía no sabe lo que le ocurrió a sus padres, quizás si lo descubre empiece a odiarlo.

-¿Vas a sacar esa mierda? Le va a hacer mucho daño Alex. Pero tienes razón... puede que esa sea la única forma de conseguir separarlos.

•••Elia•••

Cuando me desperté Aaron ya no se encontraba conmigo. Me levanté con más fuerza gracias a su sangre y saqué las sábanas manchadas de la mía para ponerlas a lavar.
Una vez terminé, me acerqué a su habitación, ya que no encontraba a nadie más por la casa. En efecto, permanecía sentado en su cama leyendo un libro que parecía realmente antiguo y con cara de no estar muy de humor.
Di un par de golpecitos en el marco de la puerta para que supiera que yo estaba allí.

-Elia... ¿qué haces ya levantada?

-Estoy bien.-Sonreí, pero por como miraba sabía que realmente no debía tener un gran aspecto.

-Sonreí, pero por como miraba sabía que realmente no debía tener un gran aspecto

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-Deberías descansar un poco más, sino tardarás en recuperarte.

-¿Puedo preguntarte algo?

Él se levantó del sitio y vino hacia mí.-Claro.

-¿Por qué te fuiste?

Aaron se quedó mirándome sin decir palabra, lo que me ponía más nerviosa todavía. Es decir, había tenido que reunir mucho valor para sacar el tema, no quería que me avergonzara.

-No estuvo bien Elia.

Aquello me dolió todavía más. ¿A qué se refería? ¿A que yo no besaba bien? ¿Me olía el aliento? ¿Tenía labios de pato? ¿Era más fea de cerca que de lejos? Su respuesta solo me confundía.

-Yo... lo siento ¿vale? Nunca me habían dado un beso, no supe responder.-Resoplé.

No sé por qué lo que dije solo hizo que frunciera el ceño.-¿Fue tu primer beso?

-Mejor dejamos el tema que ya he quedado bastante en ridículo y con eso tengo para todo el año.

Estaba dándome la vuelta cuando él me paró.-No me refería a eso Elia, el problema no eres tú. No es bueno que me involucre sentimentalmente contigo, no quiero meterte en más problemas.

Aquella respuesta sí que no me gustó.
-Si vas a tomar una decisión que sea por ti pero nunca lo hagas por mí, que creo que para eso ya estoy yo.-Respondí bastante enfadada yéndome a mi dormitorio.

No le di tiempo a responder por lo que supongo que le sorprendió mi enfado.
Aún así no había dicho más que la verdad.

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