•••Elia•••
Había matado sin problema a aquellos diez vampiros y podría haberlo hecho con varias decenas más sin apenas inmutarme.
Sentía mucha rabia contenida en mí, y ahora que Tanner se había atrevido a entrar en aquella burbuja, ésta era mayor todavía.Me abalancé sobre él como había hecho con los anteriores, sin embargó cuando me encontraba a centímetros de su cuerpo y de arrancarle por fin la cabeza, algo me frenó.
-¿Quieres ir de nuevo a la sala de castigo, Elia?
Aquello me puso la piel de gallina y fue suficiente para aguar mis ojos y dejarme clavada en el sitio. Negué al instante con el miedo inminente.
-Arrodíllate ante mí.
Una fuerza extraña me obligó a hacer lo que me pidió sin dudar, era el terror que se apoderó de mi cuerpo.
-Por favor, no me lleves allí de nuevo. Te lo suplico.-Las lágrimas resbalaban por mis mejillas.
-Vas a volver conmigo Elia, me necesitas para controlar tu ira. Ahora eres mía.
-Ni lo sueñes.-Era aquella voz ronca, potente. Aaron.
Con un simple puñetazo rompió aquella barrera, algo que pilló de desprovisto a Tanner.
Aaron llegó hasta él en una milésima y lo golpeó contra el suelo con tal fuerza que dejó un gran surco como marca en la tierra.
Su puño se encontró con Jason varias veces, hasta que en un movimiento de desesperación huyó teletransportándose.Yo me había mantenido estática, de rodillas en el suelo. Sin saber qué hacer. Mis manos estaban manchadas de sangre, y mi conciencia también. Todo aquello había traído a mi mente recuerdos por los que daría lo que fuera poder olvidar.
Aaron rugió enfadado ante la huida y después se giró en mi busca. Las lágrimas volvían a escapar de mis ojos, aunque ahora con el confortamiento de sus brazos alzándome y apretándome hacia él para protegerme.
-No dejes que me haga daño.-Le lloré. Pude ver en sus ojos que aquello se había clavado dentro de él, que realmente iba por encima de todo a prometerme aquello.
"Nadie puede salvarte de mí, Elia." De nuevo, su voz en mi mente. Mi vista se tornó borrosa y perdí el conocimiento.
•••Aaron•••
Cuando estuvimos por fin en casa pude dejar a Elia tumbada en el sofá. Podría haberla llevado a su dormitorio o al mío y hubiera estado más cómoda pero ahora mismo necesitaba verla cerca de mí, y habían unos temas a tratar con mi hermana. Beth e Izan también estaban allí.
-Amara, gracias por haberme llamado para que fuera.
-No es nada, hermanito. Sé de sobra que si alguien puede acabar con él eres tú.
Asentí.
-O ella.-Siguió.-Ella no va a hacer nada.
-Pero tú no viste de lo que Elia es capaz. Aaron, no sé que le han hecho, pero desde luego le han hecho algo.
-Su cuerpo emitió una gran onda que derribó a todos. Nunca antes había visto tal cosa.-Era ahora Elisabeth.
-¿Una qué?-Fruncí el ceño.
-Era como si no fuera ella, su rabia, su ganas de matar...
•••Elia•••
Mi cabeza dolía. Me desperté en el sofá del comedor. Aaron debía haber cargado conmigo.
Miré alrededor confusa, hasta que alcancé a ver qué todos estaban reunidos en la mesa. Me levanté y fui hasta allí.
-Elia, has despertado.-Dijo Aaron a la vez que comprobaba que yo estuviera bien.-¿Cómo te encuentras cariño?
-Bien.-Traté de sonreír.-Tenemos que acabar con el campamento de los hermanos Tanner.
-Amor... ya hemos hablado de esto.
-Aaron, allí están entrenando a vampiros para que sean como yo. Si lo consiguieran tendrían un ejército muy difícil de parar, no podemos permitirlo.
-Ella tiene razón.-Me apoyó Izan.-Tenemos que hacer algo. Podríamos simplemente ir, liberarlos a todos y después explotar las instalaciones.
Asentí muy de acuerdo.
Aaron suspiró frustrado.-Planearemos con cuidado cómo hacerlo.
Sonreí satisfecha. Cuanto antes terminara con todo aquel asunto, antes podría por fin estar tranquila.
•••Aaron•••
No estaba para nada convencido de aquello que íbamos a llevar a cabo.
Ahora me encontraba en mi dormitorio, recién salido de la ducha, con Elia esperándome sentada en uno de los sillones.
-¿Por qué te muestras tan reacio a acabar con Jason?
Me acerqué a ella.-Claro que quiero acabar con Jason, ese no es el problema. Elia, tengo miedo de perderte de nuevo. Hoy te vi arrodillada ante él y quise arrancarle los dedos por haberte hecho tanto daño. No quiero arriesgarme a perderte de nuevo.
-Aaron no puedes ser tan egoísta conmigo.-Frunció el ceño.-Sé que me quieres, al igual que yo te quiero a ti. Pero no puedes simplemente tomar ese tipo de decisiones sin importar mi opinión. Se me hace imposible soportar la idea de que otros sobrenaturales inocentes estén siendo torturados, de que los conviertan en algo como yo.
-¿Qué hay en ti que tanto temes, Elia?
-Demasiada muerte...-Y aunque su voz sonaba con esa dulzura que tanto concordaba con ella, dentro de aquel mensaje había algo oculto, sus ojos también la delataban, el rojo asomaba sobre su color pero sin terminar de salir, como atrapado en el iris.
-No creo que sea para tanto.-Dije con intencionada cercanía a sus labios, dejando que mi mente dejara aquella conversación que estábamos teniendo, en segundo plano.
-Te deseo Aaron. Mucho.-Reveló de repente y dejándome sin aliento. Aquello me acababa de subir la temperatura mucho más de lo que quisiera.
Al fin nuestros labios se encontraron, después, nuestros cuerpos.
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Vampire
VampireElia es vampiro de nacimiento, lo que fue considerado como un milagro para sus padres. Ellos siempre la ayudaron consiguiéndole el sustento que necesitaba sin levantar sospechas entre el resto de ciudadanos de Detroit, pero ahora que sus padres h...