•••Aaron•••
El mundo se desplomó a mis pies. Elia yacía en el suelo, desconsolada ante su reciente acción.
La rabia consiguió fuerza de donde no había y pude arrancarme aquella molesta aguja.
Lo que siguió fue un rápido giro con el que estrellé a Harrison contra una de las mesas. El siguiente fue Josh.-Mataría mil y una vez más a tu hermana.-Susurré con verdadero odio.Acabé con ambos en cuestión de segundos. Miré de nuevo al frente, mi corazón estaba encogido.
Rompí el cristal sin gran esfuerzo y rápidamente mis brazos estuvieron a su alrededor.-Estoy aquí cariño. Todo ha pasado.
-Soy un monstruo Aaron.-Dijo con dolor.
-Tú no eres un monstruo Elia. Te has defendido, ese vampiro iba a acabar contigo.
-Pero no lo entiendes... yo no quería defenderme, yo quería matarlo. De verdad que quería.
No sabía qué responder aquello, pero estaba claro que no podíamos seguir aquella conversación allí.
Una alarma comenzó a sonar -probablemente por la rotura de aquel vidrio- y debíamos salir lo antes posible.La cargué sin esfuerzo y me teletransporté afuera del recinto. Yo era mucho más fuerte que cualquier escudo antimagia que pudieran utilizar.
Una vez fuera corrí con todas mis fuerzas, alejándome de aquel infierno.
¿Que había sido aquel líquido que había retirado en aquel momento todas mis fuerzas?
El simple hecho de que dispusieran de algo capaz de frenarme me incomodaba.Cuando llegué finalmente a mi casa, sentía el cansancio aparecer en mi cuerpo.
Miré a Elia, sus ojos estaban cerrados. Había quedado inconsciente a mitad de camino y no quise molestarla. Aunque dormía, a juzgar por su frente arrugada, no debía estar teniendo muy buen descanso. Esto era demasiado para ella.-Oh Dios mío.-Era su amiga Elisabeth con lágrimas en los ojos.-Pensé que os habíamos perdido.
-Ya te dije que era imposible, mi hermano puede con todo.-A pesar de su aparente tranquilidad, se notaba que había estado bastante nerviosa.
Luego apareció el estúpido de Alexander queriendo asegurarse de que Elia estaba bien.
No sonreí en ningún momento, no dije nada a excepción de.-Elia debe descansar.Aquello les daría una de que algo había ocurrido, sin embargo, yo no era quien para hablar de tema. Realmente ni yo mismo sabía exactamente qué era lo que había ocurrido.
Deposité su cuerpo en mi cama y justo cuando fui a tumbarme a su lado alguien llamó a la puerta. Era mi hermana.
-Aaron... creo que a Elia le vendría mejor despertarse con ropa limpia. Sin manchas de sangre.-Aclaró.
Asentí de acuerdo.-Será más cómodo para ella si yo me ocupo de eso.
Me mostré reacio pero acepté. Tenía razón.
Amara también era capaz de cargar a Elia sin trabajo, por lo que vi quieto en mi sitio como ambas desaparecían tras la puerta del baño.
Aproveché para darme una ducha rápida y ponerme algo cómodo. No me gustaba mucho la idea de andar sucio, y menos si iba a estar cuidando de Elia.
Media hora después, en mi cama reposaba mi chica, con una camiseta de algodón blanca y unos pantalones deportivos cortos. Era preciosa.
-Qué ha pasado Aaron.-Prácticamente exigió mi hermana interrumpiendo mis pensamientos.
-Yo... no lo sé.-Declaré sinceramente.-Fue todo muy confuso. No conseguimos escapar, lo siguiente fue despertarme sentado en una silla. Harrison y Josh estaban allí. Me habían inyectado algún suero extraño que retiró todas mis fuerzas... y a través de un cristal pude ver a Elia...
-Hizo algo extraño ¿verdad? Yo también lo vi cuando Jason apareció en el parque.
-Nada de eso va a frenarme a estar con ella.-Y era verdad lo que decía. Yo la amaba, no importaba qué. Ella había pasado por algo horrible que todavía no había sido capaz de contarme y durante todo ese año yo no había hecho nada para evitarlo.
-Ella no te culpa, Aaron.
-No sé si pueda perdonarme esto, Amara. Aunque ella no me culpe a mí yo sí que lo hago.
Mi hermana me dio una última mirada triste antes de salir por la puerta y dejarnos solos.
Me acerqué lentamente a la cama y me acurruqué junto a ella, envolviéndola con mi cuerpo. Quería mantenerla a salvo y que ella se sintiera así.
•••Amara•••
Dejé a mi hermano en su dormitorio y me dirigí hacia el salón, donde todos se encontraban algo nerviosos. Todos menos mi hermano Izan.
-¿Ella va a está bien?-Eran Alexander y Elisabeth.
Asentí.- Solo necesita un buen descanso.
Alguien llamó a la puerta principal. Nos miramos entre nosotros con el ceño fruncido.
Me asomé con cautela. Eran dos de los que habían liberado en aquel campamento macabro.
-¿Está aquí Elia?- Dijo el chico, castaño.
-Está descansando.
-Necesitamos verla, por favor.
No tenía ni idea de qué hacer. Consulté con mis compañeros y decidimos dejarles pasar. Que más daba, si trataban de hacer algo yo misma acabaría con sus vidas en cuestión de segundos sin dudarlo.
Descubrimos que habían sido compañeros de dormitorio de Elia.
-Ese hombre... el que iba con vosotras. ¿Es su novio?-Me preguntó de manera que nadie más pudiera escucharlo.
-Más o menos. ¿Por qué?-Ya me olía a donde iba a parar esto.
-Me habló mucho de él.
-¿Sí?
-Sí. De todas formas fui tan estúpido de enamorarme de ella. Allí dentro todo se siente diferente ¿sabes? Es como si no supieras si vas a despertar al día siguiente. Así que me declaré. A pesar de que había una posibilidad de que no saliéramos nunca de allí, ella me rechazó sin siquiera pensarlo. Me dijo que no había manera en la Tierra de que ella se fijara en otro hombre... Sin embargo, posteriormente no me excluyó, me siguió tratando como un hermano.
-Vaya...-No tenía ni idea de qué responder a eso. Sabía que probablemente mi hermano lo hubiera escuchado con su magnífico oido, algo que se aseguró cuando lo vi observarnos desde el pasillo con un rostro bastante serio.
Era claro que no iba a llevarse para nada bien con este individuo.
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Vampire
VampireElia es vampiro de nacimiento, lo que fue considerado como un milagro para sus padres. Ellos siempre la ayudaron consiguiéndole el sustento que necesitaba sin levantar sospechas entre el resto de ciudadanos de Detroit, pero ahora que sus padres h...