Capítulo 1

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Evan

Primer día de clases, estudio administración de empresas y tomo algunas clases de gastronomía, así que me dirijo a mi salón.

Los pasillos están llenos, estudiantes que van a sus casilleros, otros hacen grupos y empiezan a hablar. Y bueno, aquí estoy de nuevo, en la rutina. Voy a la universidad, después a mi casa. Soy de pocos amigos, la verdad he sufrido mucho y siempre me pregunto si esa es la razón de mi existencia, ¿solo vine para estar solo y sufrir?. Si, ya sé, ya los debo estar aburriendo, ¿a quién le interesa mi vida?, a nadie.


Sacudo mi cabeza, vuelvo al mundo. Tengo clase de administración de empresas, así que me senté en una de las tantas mesas que habían allí.

El profesor entró y empezó a dictar su clase, debo admitir que era un poco aburrida. Después de esta larga y aburrida clase me dirigí al salón de gastronomía, mientras pasaba por los pasillos veía a tanta gente, personas sacando cosas de sus casilleros, en la esquinas chicos coqueteando y algunas mujeres con blusas muy apretadas, mientras camino pienso, esas mujeres deben de sufrir algun problema, las mujeres se deben valorar y no estar con ropa apretada para que los chicos las miren..


Cuando llegué a mi salón me senté en una de las mesas las cuales tenían dos puestos. El profesor llegó y todos estábamos atentos de lo que él decía. De repente escuchamos que alguien tocaba la puerta, el profesor blanqueó los ojos y fue a abrir, entro una chica la cual traía un atuendo un poco anticuado, su camisa le llegaba al cuello y lucía una falda larga y ancha.. llevaba puesto unos anteojos un poco grandes.

-Buenos días, con permiso.. profesor disculpeme por llegar tarde pero es que...

-Señorita... ¿Mm?

- Lucía Trinor

- Señorita Lucía, ¿puede tomar asiento y dejar continuar mi clase? no necesito excusas, ¡es su primer día de clases!

-lo.. siento - dice agachando su cabeza

Se pone roja como un tomate  y se sienta a mi lado. La observo, no sé por qué, pero no puedo parar de mirarla, sus ojos son marrones, su cabello es castaño y está desordenado.

- ¿Qué miras? - pregunta ella al ver que yo la estaba mirando, ya sé algo de ella, es muy gruñona

- Nada - le respondí y fijé mi vista en el profesor

- Bueno, ahora van a trabajar en parejas, les voy a poner a hacer algo facil, quiero que preparen una deliciosa torta de 2 niveles, ¡Manos a la obra! - dijo el profesor

Miré a mi alrededor y realmente no sabía con quien hacerme. Miro hacia mi lado derecho y parece que aquella chica también está sola así que voy a hablarle, ojalá no me mate, deseen me suerte...

- Oye, Lucía. ¿Nos hacemos juntos? - pregunto con una sonrisa nerviosa. ¡Maldita sea Evan!, ¿estás nervioso por la reacción de una chica?

- ¿Hacerme contigo? - pregunta y se ríe. ¡Oh no!, mi dignidad quedó por el suelo

- ¿Por qué te caigo mal?, ¿qué te hice? - pregunto y pongo mi mano en la suya, pero ella la quita

Ella abrió la boca para responderme pero el profesor nos interrumpió...

- Chicos, entonces ustedes dos se harán juntos

- Pero, ¿por qué? - pregunta Lucía. Uy no, me siento cómo un popó, ¿Qué hice para merecer esto?, si, estoy siendo patético. Evan, tranquilizate

- Porque ya todos tienen su pareja. ¡Suerte muchachos!

Ella me mira y yo sonrío victorioso.

Los dos somos complicados pues casi no escogemos el sabor de la torta, yo quería de fresa y ella de chocolate, creo que perdímos un poco de tiempo con esta discusión, bueno... a la final la hicimos de chocolate.

Debo admitir que ella no sabe cocinar, todo lo hice yo, ella solo aportó la idea, supongo que por eso esta en esta clase, yo le enseñé algunas cosas...

- ¡Listo! - dice ella con mucha emoción poniendo una fresa en el centro de la torta, uff, casi se ernia poniendo esa fresa. Yo creo que quedó sudando de todo lo que hizo.

La presentamos y fue la mejor.
Suena el timbre para la media hora de descanso, todos recogen sus mochilas y salen. Ahora me dirijo a la cafetería, me siento con mi amigo Miguel (lo conocí en la clase de administración de empresas) y empiezo a comer mi delicioso sándwich.


No sé por qué, pero no puedo dejar de mirar a Lucía, luce tan tierna, no aparenta ser tan gruñona. Ví como un hombre con bastantes músculos se le acercaba, él se sienta a su lado y le susurra algo al oído, ella se aleja, pero él la coge del brazo un poco fuerte y ella intenta zafarse de su agarre pero le es inútil. Sentí la necesidad de ayudarla, es que ella se ve tan débil, pequeña, nadie debe de tratar así a una mujer.


- Evan, no es tu problema, a penas la conoces, tranquilízate - me dije a mi mismo.. creo que repetir esto no me ayudó en nada..


No lo dude más y camine hacia ellos para ayudarla. Mientras me acercaba veía como la estaba lastimando, me entro un ataque de ira, ese tipo no sabia lo que yo sería capaz de hacer.....



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Espero que les este gustando la historia. Recibo comentarios y si les esta gustando la historia voten. Gracias

Lucii....

Cariño, Te NecesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora