Capitulo 6

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Bliss permaneció en silencio y concentrada, como entrando en un trance ligero. Sin embargo no se veía ningún resultado y la nave seguía sobrevolando la superficie de un mar espumoso y tranquilo. El movimiento periódico y monótono del mar, cautivó la mirada de Pelorat quien no pudo quitar su vista de él. Parecía como si él también estuviese en trance con Bliss y comunicándose con la nave. Trevize, quien no había parado de intentar controlar la nave, aumentaba su nerviosismo sabiendo que a mayor tiempo en la tierra, las oportunidades de salir se reducían dramáticamente. Estaba sumido en su desesperación cuando sintió que la imagen que se presentaba a sus ojos cambiaba rápidamente. La superficie del mar se alejaba cada vez más rápido y finalmente desaparecía detrás de un banco de incipientes nubes. El cambio de imagen despertó a Pelorat de su trance quien reaccionó exclamando.

-Bliss lo logró. Estamos libres.

-La nave todavía no responde -dijo Trevize al darse cuenta que aun o obedecía a sus órdenes.

-Ya se le pasará en algunos minutos -dijo Bliss también saliendo de su trance. -Mientras Gaia se comunicaba con ella, se pudo detectar un gran ruido de fondo que hacía muy difícil la comunicación. La nave no escuchaba por tanto ruido. Toda Gaia gritó para que le escuchen, y fue la única manera para que la nave pueda entender la orden y la obedezca. El último mensaje que se le dio ya no fue necesario gritar tanto, por lo que deduzco que el ruido está desapareciendo. Sin embargo demorará unos minutos en callarse por completo.

-Es la radiactividad que afectó los controles -aclaró Trevize explicando técnicamente lo percibido por Bliss Gaia.-Eso hizo que exista demasiada energía en el sistema sobrecargándolo.

Trevize, notoriamente contrariado por lo que había sucedido, intentó nuevamente controlar la nave mediante los dispositivos que sostenía en su mano y sintió cierto temor a que la nave no le respondiese a sus deseos. Su relación con la nave había sido, desde que la utilizó por primera vez en el astro puerto de Términus, la más íntima que nunca había tenido incluyendo a todas las personas con quienes se había relacionado. Desde el primer momento que utilizó los controles, se realizó una fusión psicológica entre él y la nave Farstar, una fusión que era cada vez más intensa. Eso lo había percibido cada vez que tocaba los controles y sentía que su conciencia era aumentada con la de la nave, generando de esta manera una súper conciencia; pero cuando soltaba los controles de la nave, sentía perder toda esa conciencia y seguridad. El sentimiento que tenía después de estos momentos era de total soledad e impotencia, que sólo era soportado gracias a que tenía la seguridad de que podía volver a conectarse con la nave tan sólo tomando los controles nuevamente. Pero esa seguridad ahora ya no existía, porque mientras estuvo sobrevolando la tierra, la nave se rehusó a obedecerlo. Ya nunca más podría volver a tener confianza en la nave, y eso lo deprimió. Para su fortuna la nave obedeció a sus comandos, cosa que causó una insana felicidad en él.

-¿Qué haces Trevize? -consultó Pelorat después que estuvo mucho tiempo observándolo en silencio, y vio su paciencia agotada. Trevize no respondió a la consulta, cosa que obligó a Pelorat a preguntar de nuevo en repetidas ocasiones.

-Estoy analizando si existe algún tipo de daño en la nave. -respondió finalmente después de tanta insistencia -La radiación afectó a todo el sistema de la computadora de manera muy severa, pero aparentemente fue sólo una sobrecarga energética transitoria. Sin embargo no estoy muy seguro de eso, y es eso lo que estoy comprobando en este momento.

Trevize volvió a caer en un absoluto mutismo, y Pelorat esperó los resultados de sus revisiones. El tiempo que demoró en realizar esas comprobaciones volvió a extenderse más de lo necesario, cosa que volvió a impacientar a Pelorat quien volvió al ataque con sus preguntas.

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