Capitulo 28

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Bliss sabía que la nave solo obedecería o a Gaia o a Trevize. Si se hacía ayudar con Gaia, delataría inmediatamente su presencia, pero por otro lado si liberaba a Trevize de la sugestión hipnótica a la cual lo tenía controlado, eso significaría inevitablemente, que las emociones y pensamientos de Trevize se harían visibles para los habitantes del planeta y por lo tanto sabrían de manera inmediata que ellos estaban allí, frente a la nave. No tenía escapatoria, y la única solución era esa por lo que tendrían que ser muy rápidos para ingresar a la nave, ponerla en operación y marcharse inmediatamente de allí, antes de que les dé tiempo a los baleistanos de reaccionar. Lo único que faltaba por averiguar era si la nave estaba en buen estado y si no le habían hecho algo que evite su operación o control. Desafortunadamente la única manera de saberlo era probando.

Con toda la preocupación propia de la situación, Bliss procedió a liberar únicamente a Trevize quien asombrado por encontrarse frente a la nave sin recordar absolutamente nada de lo sucedido durante todo el tiempo que estuvo bajo la influencia de Bliss, tardó un poco en reaccionar. Bliss le pasó mentalmente el conocimiento de toda la situación y sobre todo de la urgencia en que se encontraban, cosa que fue inmediatamente captada por Trevize. Este, sin pérdida de tiempo, instruyó a la nave que abra su puerta y luego de eso todos ingresaron de manera inmediata en su interior. Bliss, al ver que la nave respondía a las órdenes de Trevize, se tranquilizó y liberó al resto de las personas quienes, al igual que Trevize, se asombraron al encontrarse en un lugar sin tener idea de cómo llegaron a aquel lugar.

-Ahora tenemos que marcharnos pronto. -le indicó Bliss a Trevize quien se sentaba en ese momento ante los controles de la nave.

-Estoy de acuerdo contigo. -respondió mientras manejaba ya los controles y la nave se elevaba sobre la obscuridad de la noche.

Luego de elevarse unos cientos de metros sobre la superficie del planeta, la nave se detuvo en su viaje y en lugar de avanzar empezó a descender hacia el mismo lugar de donde había despegado. Trevize, por más esfuerzo por controlar la nave, no lograba hacer valer su autoridad sobre ella y en lugar de la dócil nave que conocía, se encontraba frente a una rebelde criatura que se rehusaba a obedecer. Luego de luchar duramente con la nave, percibió detrás de ella una conciencia múltiple que la controlaba. Se dio cuenta que resultaría imposible controlarla y que, tal como sucediera en su incursión sobre la superficie del planeta tierra, la única que lograría retomar el control era Bliss.

-No puedo controlarla. -fue lo único que dijo.

No se necesitaron más palabras para que Bliss sepa que le dejaba en sus manos, o mejor dicho en su mente, la salvación de todos ellos. Ella, sabiendo que ya no tenía ninguna razón válida para esconder ante los habitantes de Baleista su condición de individuo múltiple, parte indivisible de un organismo mayor, parte de Gaia, se puso en contacto con su planeta y en un breve contacto mental le transmitió toda la información de lo acontecido hasta ese momento. Todo Gaia se unió en un solo poder para proteger y salvar a uno de sus individuos, e intentó tomar el control de la nave nuevamente. Al intentar hacerlo, Gaia se enfrentó con un poder nunca antes conocido, un ser múltiple de su misma naturaleza. Por primera vez en toda la historia del universo, dos entes de esa envergadura se conocían y se enfrentaban en una lucha. Por momentos durante el enfrentamiento la nave caía bajo el control de Gaia y se alejaba notoriamente del planeta, pero el control no perduraba y nuevamente Baleista tomaba el control de la nave haciéndola descender hacia la superficie. Mientras estos dos grandes poderes luchaban sin respiro, los pasajeros de la nave veían cómo la superficie de la ciudad se alejaba y se acercaba caprichosamente. La imagen que se veía a través de los monitores, no era acompañada con la natural fuerza inercial que debería sentirse ante tan irregular movimiento. Eso confundía los sentidos de todos los pasajeros, incluyendo a Trevize quien tenía mucha más experiencia de viaje en este tipo de naves gravíticas.

La lucha por el control de la nave se prolongó por un periodo que ya hacía desesperar a todos los que permanecían dentro de la nave, quienes ya no sabían qué sucedería con sus vidas. Solo Bliss mantenía una calma propia de una persona que está en trance. Pero su tranquilidad era aparente porque ella, al igual que todos los otros individuos que componían Gaia, se encontraban participando de la lucha. En esta lucha, el contacto entre estos dos grandes mega entes se tornó cada vez más estrecho, lo que permitió que algunos de los pensamientos que componían la gran mente de cada uno de los seres, fuera percibido por el otro ser. Baleista no pudo esconder que pretendían retenerlos en el planeta, ya sea con buenas maneras tal como hasta antes de ese momento lo habían hecho, o a la fuerza como lo estaba haciendo en ese preciso momento. La lucha se prolongó tanto tiempo que los pensamientos siguieron fluyendo y Gaia logro descubrir que lo que pretendía Baleista de ellos, y en especial de Trevize, era utilizar su carga genética y utilizarlo como un semental que permita crear una nueva raza de robots humanos, seres híbridos mitad robot y mitad humano. Los niños que nacerían de esta unión, tendrían finalmente algo que siempre habían buscado y nunca habían logrado conseguir a pesar de tantos años de evolución, algo que por más investigación científica, por más avance tecnológico y biológico, por más años de evolución guiada, nunca podrían obtener; algo que se tiene o no se tiene, que no se puede conseguir por propia cuenta: un alma. Los pensamientos continuaron fluyendo y Bliss no pudo esconder su asombro ante lo que logró enterarse de este intercambio de ideas. Descubrir que Liliz estaba embarazada y que en su vientre cargaba el hijo de Trevize, le hizo comprender a Bliss-Gaia, el por qué de la lucha tan dura que estaban teniendo. Baleista ya había empezado a conocer el resultado de la unión genética con los humanos, cuando Liliz quedó embarazada. Ella, extrañamente y en contra de toda su construcción, en contra de todas las leyes de la robótica que controlaban firmemente la vida de todos los habitantes del planeta, empezó a tener libertad de pensamiento y acción, algo que solo los humanos podían tener, además de otras facultades hasta ahora desconocidas para ellos. Ese cambio de actitud se podría deber a una sola cosa, el niño que habitaba en su vientre le influía y le daba parte de su alma. Fue esta la razón, y no lo que Liliz sentía por Trevize, lo que la hizo cambiar tan radicalmente, haciéndole traicionar a su propio planeta, a su propia naturaleza. Baleista, conociendo ya con este pequeño ejemplo que se veía en Liliz lo que se podría conseguir con el niño que estaba creciendo, no se podía permitir perder todo esto con la huida de la Farstar. Con Trevize podría conseguir muchos más niños iguales al que cargaba Liliz, sería algo grandioso para el desarrollo de Baleista.

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