Después del desayuno los llevaron a conocer todas las instalaciones del lugar, y les mostraron las plantaciones que orgullosamente cuidaban. Por lo que tuvieron oportunidad de ver, el orgullo que tenían era muy bien merecido dado a que todo estaba limpio y ordenado. Las plantaciones eran muy fructíferas y de seguro tendrían una excelente cosecha ese año. Ya en la tarde Bliss pudo pronunciar sus primeras palabras, lo que causó asombro y alegría de sus anfitriones, quienes a partir de ese momento la incluían en sus conversaciones. Trevize demoró en empezar a hablar, y recién en la tarde del día siguiente pronunció su primera palabra. Pelorat, desde el principio de su estadía en la granja, tuvo una muy buena acogida entre los niños, quienes no se desprendían de él.
En la noche, después de la cena común con todos los habitantes de la granja, los condujeron a cuartos de huéspedes que habían habilitado durante el día. Eran cuartos separados para cada uno de ellos y muy cómodos, aunque sencillamente decorados. El día había sido muy agitado desde el mismo amanecer, por lo que un buen descanso era algo que ya hacía rato que estaban deseando. Antes de irse a descansar, los tres se juntaron para poder compartir las impresiones de sus anfitriones.
-Primero me gustaría que saber algo. -empezó diciendo Trevize dirigiendo sus palabras a Pelorat -¿Por qué razón dejaste nuestro campamento hoy en la mañana, y te acercaste a esos niños? No te estoy recriminando nada, simplemente quiero saber qué pasó.
-Bueno...-empezó diciendo tímidamente Pelorat ante al que sentía era un merecido regaño -Cuando vinimos a observar, involuntariamente se cayó mi cuaderno de notas, el que siempre cargo conmigo. No me percaté de esto hasta que una vez de regreso al campamento, lo busqué para escribir las conclusiones de la visita. Busqué por todos lados pero no pude encontrarlo, y fue ahí que me di cuenta de la pérdida. En esa libreta tengo anotado todos mis pensamientos, por lo que es muy importante para mí. Quise volver a buscarla pero era muy obscuro y sabía que era en vano intentar hacerlo a esa hora. Debía esperar que el sol iluminase para poder ir a buscar. Por eso esperé hasta el amanecer y con los primeros rayos ya estaba yo nuevamente en la granja buscando mi libreta. Afortunadamente la encontré rápido, pero en mi viaje de regreso me encontré con un niño. Había tenido un mal sueño, me supongo, porque estaba despierto mirando todo lo que yo hacía. Cuando me vi atrapado, no me quedó más que presentarme, para evitar que me confundan con un ladrón y llame a su padre. Estuve un buen rato conversando con él, hasta que el resto de las personas despertaron, y fue allí que sus amigos empezaron a salir y me vieron. Pocos minutos después llegaron ustedes. Lo único que puedo pedirles, es disculpa por habernos puesto en esta situación, aunque estoy tranquilo porque afortunadamente son buenas personas.
-Eso parece, -dijo Trevize -aunque lo averiguaremos más tarde. Siempre ocurre así. Pero ahora vamos a descansar, ya mañana veremos qué hacer.
Los tres se dirigieron a sus respectivas habitaciones, donde se recostaron y sin darse cuenta cuándo, ya estaban completamente dormidos, rendidos de tanto trajín de ese día.
Al día siguiente se despertaron un poco después del amanecer. Salieron de sus habitaciones y se sentaron afuera contemplando el paisaje lleno de vegetación. Una mujer joven apareció y los guió a tomar su desayuno, y al entrar en la sala pudieron ver a todos los niños que ya estaban terminando de comer. Les brindaron, al igual que la mañana anterior, un suculento desayuno de frutas y cereales. Los tomaron con gusto y una vez hubieron terminado de comer, se sintieron con más ánimos para conversar. El niño que encontró a Pelorat la mañana anterior, se acercó a la mesa y se sentó al lado de este, saludando a todos en su ya no tan extraño idioma.
-¿Cómo han estado? -preguntó una vez terminaron los saludos.
-Muy bien, gracias. Ustedes han sido muy amables en atendernos de esa manera.

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Baleista
FanfictionContinuación de la saga de LA FUNDACIÓN de Isaac Asimov. Golan Treviez, concejal de Terminus, luego de haber supuestamente concluido su misión de dar inicio al proyecto Galaxia, es guiado por la misma mano invisible que lo ha acompañado toda su vida...