Comencé a correr cómo loca hacia mi aula.
Si no apagaba el fuego cuánto antes, aquello iba a arder como carne a la brasa.Casi tropecé con la lata que había golpeado anteriormente, cuando me encontré a la directora.
Estaba ya magullada y chafada por el repertorio de estudiantes desesperados que habían invadido los estudiantes hacía unos minutos.
<<Espero que estén todos fuera y no puedan ver extintores volando por el aire. Bastantes problemas causó la papelera...>>.Ahogué un grito cuando Derek me agarró y me levantó en volandas. No me lo esperaba para nada.
-Debería hacer esto más a menudo. - Dijo. - Corres como un caracol.
-Los caracoles no corren.
-Pero lo intentan. Tú eres más o menos igual, pero sin antenas.
Atravesamos el tercer y último pasillo hasta que dimos con mi aula: Las llamas se habían avivado tanto que ya casi alcanzaban a tocar el techo.
Se movían de forma tan rápida y a la vez pausada que daba la sensación de que estuvieran danzando alrededor de los objetos que ya habían consumido.Intenté echar a correr para apagar el fuego cuánto antes, pero él todavía no me había soltado.
-Bueno, cuando quieras me sueltas. ¿Vale?
-Espera aquí, voy a ir a por los extintores que faltan. Van a ser necesarios más de uno.- Me dijo mientras me dejaba cuidadosamente en el suelo.
Asentí con la cabeza y reuní la fuerza necesaria como para agarrar otro pesado extintor.
Presioné la palanca y aquello se llenó de un humo blanco, como si las nubes se hubieran puesto de acuerdo para bajar a la Tierra.Nunca había probado uno de esos, y la verdad era que molaba bastante. Te daba la sensación de ser la protagonista de una película.
Pasados unos minutos, Derek ya se encontraba a mi lado de nuevo, encima de una gran montaña de extintores.
-Apagafuegos a domicilio... - Dijo imitando la voz de un repartidor de pizzas.
Mi hermano y yo pedimos muchas pizzas a domicilio, y siempre que el repartidor toca al timbre y yo me levanto para abrirle con la boca ya echa agua, Derek siempre suele imitar el extraño y pegadizo acento del hombre, lo que provocaba que el repartidor me mirara con expresión interrogativa cada vez que extendía los brazos para agarrar la comida.
Sacudí la cabeza y borré mi sonrisa de inmediato.
Estábamos en un serio aprieto, y si no actuábamos a tiempo...-Eh... Marga.
-Dime.
Cuando me giré para ver que era lo que quería, una sensación parecida al miedo se apoderó de mi.
Derek estaba petrificado, mirando al frente sin expresión alguna en el rostro.-¿Qué ocurre? Me estás asustando. - Dije con un hilo de voz, volviendo a su lado.
Con un movimiento rápido, desapareció de mi vista y se adentró entre las llamas, para después volver con alguien cubierto de ceniza en brazos.
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Entre Dos Almas
Romance¿Quién dijo que las criaturas del más allá no podrían llegar a encontrar el verdadero amor con un humano? ¿Cómo sería dormir al lado de alguien a quien tú solo puedes ver? ¿Y mirarlo con el fin de saber que nunca podrás llegar a to...