EPÍLOGO

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Bien... si has llegado hasta aquí, ¿puedo considerar que te ha interesado mi extraña, apasionada, fatídica, enrevesada, paranormal, fantasmagórica... vida? Permíteme que me lo tome como una respuesta terriblemente afirmativa.

Y supongo que también os preguntaréis cómo diablos estoy escribiendo esto si, literalmente, estoy muerta.

Bien. Os haré una pregunta, ¿era capaz Derek de escribir cartas de su puño y letra aún siendo un fantasma, aún estando muerto, (también en sentido literal)? Creo que vuestra pregunta ha quedado indirectamente respondida.

No puedo deciros exactamente cómo es esto, cómo es el más allá, qué aspecto tiene... pues esto no es total y necesariamente tan diferente del mundo normal, del mundo de los vivos.

Sólo sé que logré esperar, esperar a que llegara mi hora sin alterar el proceso progresivo que una vida normal y corriente debería tener. Porque una vida la posee todo el mundo.

Solo que, cada quién, decide cómo quiere vivirla.

Y es eso; tus decisiones, tus giros, tus pensamientos, tus problemas, tus inseguridades...

yo decidí esperar. Esperar lo que no está escrito, esperar lo que ni yo misma soy capaz de describir.

Y...¿para qué? ¿Para qué se espera? ¿Por qué esperar setenta y tantos años para conseguir lo que tanto daño te estaba causando, lo que poco a poco estaba destrozando tu corazón, si tenías al alcance de tu mano otras oportunidades, otras vivencias, una vida humanamente normal?

Os diré un secreto:

Si de verdad estás seguro de que algo es lo que realmente quieres, lo que realmente deseas, lo que realmente necesitas... ¿Por qué renunciar a ese algo si es, simplemente, lo que te hace feliz?

Si de verdad estás seguro de lo que sientes, puedes ser capaz de esperar hasta una eternidad.

Entre Dos Almas  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora