Entre Dos Almas

PARTE 27

Aquel día, el tiempo no parecía jugar a mi favor.

Contenía las lágrimas que ya amenazaban con huir de mis ojos de tal manera, que tuve que morderme el labio inferior. Al poco tiempo, un conocido sabor metálico me obligó a hacer una mueca extraña y mis labios se tornaron de un color rojizo.

Derek, que no había dejado de mirarme en todo el tiempo, lo notó y se acercó a mí.

Quise interceptar un movimiento brusco que cortara su paso, pero ni siquiera me dio tiempo : él ya estaba justo delante mía.
Recuerdo su aliento cálido chocar contra la punta de mi nariz.

Instintivamente, mi cuerpo se tensó.
No podía permitir que estuviera tan cerca de mi después de lo que Jorge me había confesado pero, su mirada llena de deseo y la gota de sudor repleta de desesperación que corría por su frente, impidió mi rechazo.

-Estás sangrando. - Me susurró, y pasó su dedo pulgar por mi labio inferior. Me estremecí.

Me miró directamente a los ojos, como ya llevaba haciendo desde que me negaba a dirigirle la palabra y, sin repulsión y dificultad alguna, observó los restos de sangre que había limpiado de mis labios y que en ese instante se posaban en su dedo pulgar.
La examinó por unos instantes más y se sentó sobre la mesa con la cabeza gacha.

-Marga. - Me llamó. - Sé que no te lo he contado todo, y me culpo por ello. Debí haberlo soltado todo desde un principio pero, temía que llegaras a odiarme.

Bajé la mirada. Si no lo hacía, de verdad que iba a ponerme a llorar de impotencia.

Golpeó suavemente la mesa de madera del comedor repetidas veces, tratando de llamar mi atención. Al darse cuenta de que no iba a dar mi brazo a torcer tan deprisa, prosiguió :

-La hermana de Jorge no era quién él creía. Ni siquiera era su hermana.- Alcé la mirada. - Verás... Esto no va a ser nada fácil de explicar.

Lo miré frotarse la nuca repetidas veces.

<<Sé interpretar todos y cada uno de sus movimientos. Y, cuando se frota la nuca de esa manera, es que está nervioso.>> - Pensé.

<<Debe de estar pasando algo realmente grave como para ponerse nervioso. Normalmente, nunca lo hace en estas situaciones.>>

Dejé de pensar y me concentré en sus desastrosos intentos  de relatarme lo que quería que entendiera. No hacía más que tartamudear e intentar escoger las expresiones correctas para no emitir ni un detalle.

-¿Te quieres tranquilizar? - Le dije acercándome.

Él enmudeció en cuanto me vio recorrer la mesa donde se encontraba sentado, pues no se lo esperaba para nada.
Cuando llegué hacia él, entrelacé sus dedos con los míos y, con la otra, le acaricié la mejilla.
Eso pareció relajarle, porque comenzó a hablar, y de su boca ya no salían sonidos extraños e ilegibles, no salían nada más que palabras normales y corrientes.

Observé sus facciones, que me resultaban de las más fascinantes y hermosas que había visto en mi alocada vida.
También nuestros dedos entrelazados, que hacía que un escalofrío de pasión me recorriera por todo el cuerpo.

Era sumamente perfecto.

Fue entonces cuando comprendí  una cosa, y era que me resultaba imposible alejarme de aquella criatura que había salido de la nada y sin previo aviso...

Comprendí que me había enamorado, y era tan maravilloso como en las películas de amor.