Capítulo 23. "Without you."

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CAPITULO 23.

He recibido llamada, muchas llamadas, perdí hasta la cuenta. Pero no me molesté en coger ninguna. Estoy postrada en el sofá con una manta, y no tengo ningún animo por levantarme de el. Incluso se han molestado en llamar a casa pero, ¿A quien le intereso? A nadie. Me habrán llamado del trabajo quizás. Pero no lo voy a coger, ya llamaré y me inventare algo, si no pues me echarán. No me importa que me echen, no me importa nada.

Creo que se me han debido de gastar las lágrimas. No tengo ni idea de la hora que es, pero estoy segura que es de noche, y me he pasado todo el día y tarde llorando. Ya no voy a llorar mas, nadie lo merece.

Dos días después…

Ayer Xenia vino a casa, y se debió de olvidar las llaves, por que no paraba de gritar que le abriera desde la calle. Siguen llamando al teléfono, pero cesaron las llamadas ayer noche, debió de haberse quedado sin batería.

Sigo en el sofá, quizá es que tenga miedo a moverme de el, miedo de volver a la realidad. No he comido nada, y tampoco tengo interés en hacerlo, tampoco he dormido incluso he descuidado mi higiene. Pero esto no puede seguir así.

Por fin me levanto del sofá dejando la manta donde la ropa sucia. Después pondré una lavadora. Ahora no me apetece nada. Me meto en la ducha, y dejo que el agua helada caiga sobre mí.

Termino de ducharme, que se ha quedado en baño por unas cuantas horas. He perdido la noción del tiempo en estos días, no se si es de día o de noche, y tampoco me interesa saberlo. Solo sé que es mi maldito cumpleaños y eso jamás podré olvidarlo por mucho que quiera.

Salgo del baño vestida con un vestido largo de cachemira color verde jane. En el tirante tiene unos pequeños detalles plateados y en uno de los costados también, terminan adornando la cintura. Por suerte he dejado el móvil cargando mientras me duchaba. Lo enciendo y no me molesto en mirar las llamadas perdidas. Tan solo marco el número de mi madre.

-¡Paula, por dios! Estábamos muy preocupados por ti. ¿Qué ha pasado?

-Hola mamá, ¿Sigue en pie la cena?

-Bueno, no la cancelé… ¿Estás segura que quieres ir?

-Sí, ya estoy vestida solo tengo que peinarme y salir.

-¿De verdad? Hija, me hace tan feliz saber de ti. Me tenias muy preocupada, te he llamado tantas veces, y ninguna vez has contestado…

-Está bien mamá, en media hora estoy allí.

-Te quiero. –Dice con la voz quebrada, y solloza. Cuelgo, y me dirijo al baño para terminar de prepararme.

Justo al entrar llaman a la puerta con golpes muy fuerte. Me duele la cabeza, a cada golpe creo que me va a estallar.  Bajo la escalera con pocos ánimos y abro la puerta. Alex, que intenta dar un golpe más, detrás de él Xenia se adelanta hasta mí con aspecto cabreado. Está anocheciendo, quizás sean las seis o las siete.

-¿Qué demonios te pasa, Paula? –Me mira de arriba abajo. –Joder. –Me empuja, y empieza a llorar cuando sus ojos se posan en el vendaje de mi brazo. Alex le agarra, y le abraza.

-Lo siento. –Consigo decir, y desaparecen de mi vista, mientras vuelvo a subir las escaleras.

-Es eso lo que quieres ¿Piensas huir toda tu vida? Ni te paras a pensar como estamos nosotros, como nos sentimos por ti. –Grita, y no consigo escuchar nada más, por que me encierro en el baño.

Mi aspecto es desastroso, con la plancha y el cepillo acabo con el pelo, totalmente liso excepto algunas ondulaciones que he conseguido hacer en las puntas. Me aplico corrector debajo para intentar borrar las ojeras, después maquillaje, y por fin desaparecen. Un poco de rimel, coloretes para no parecer tan pálida, y por último brillo de labios.

It's gotta be you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora