CAPITULO 38.
Tras haber arreglado todo, y haber hecho el amor, vamos juntos hasta el hospital. Cuando llegamos, mi hermana ya está despierta, pero está débil y necesita reponerse. Le beso, y le acaricio. Ella hace el intento de sonreír pero algo le duele.
-¿Que tal te sientes?
-Supongo que mal. Pero lo importante es que estoy viva. -Vuelvo a besarle y me siento en uno de los sillones junto a ella.
Las dos de la tarde. Empiezo ha agobiarme aquí dentro. No he tenido ningún momento de intimidad con Niall desde que llegamos hasta ahora que hemos bajado a comer algo.
-Niall, Sabes que si quieres puedes irte.
-Ya hemos hablado de eso pequeña.
-Lo sé pero no estoy cómoda aquí dentro. Y supongo que tu menos.
-Donde vayas tú, yo iré.
Nada. No hay manera de convencerle. Y me jode verle aquí, porque sé que no está cómodo, pero lo hace por mí.
A las cinco, salimos del hospital. Mi hermana se recupera favorablemente y es probable que la semana que viene le puedan dar el alta. Le pido a Niall que me lleve a su casa, quiero ver a los chicos. Cuando llegamos sólo está Harry, pero se va en cuestión de minutos. Lo que ha tardado en cambiarse de ropa. Yo que quería verlos y ahora no está ninguno de ellos.
-Mañana comenzamos a rodar el vídeo. -Dice entrando con dos cervezas en el salón. -Y el martes vamos hasta Japón. -Asiento.
-Estoy deseando que terminéis con Japón y pueda tenerte para mi un mes. -Se sienta a mi lado, le beso y cojo mi botellín de cerveza.
-¿Por qué no me dijiste que había sido tu cumpleaños?
¿Qué? ¿A qué viene eso ahora? Me esperaba que dijera de todo menos esto.
-¿Quien te lo ha dicho? -Espero respuesta pero no contesta. -Niall, odio el día de mi cumpleaños. No me gusta celebrarlo. -Enarca una ceja, y yo bebo un poco.
-¿Que tiene de malo? Yo debería saberlo.
-No exactamente. En ese tiempo, no salíamos juntos. -Resopla.
-En ese tiempo yo no he dejado de quererte, así que me da igual. ¿Por qué no te gusta el día de tu cumpleaños?
-Es una historia larga. -Digo deseando terminar de hablar de ese tema.
-Tengo tiempo. -Se acomoda más en el sofá y me mira.
-No quiero hablar de ello.
Vuelvo a beber de mi cerveza. El se incorpora, deja su botellín en la mesita que tenemos al lado, después agarra el mío y hace lo mismo. Me agarra de las manos, las acaricia y me mira a los ojos. Esa mirada suya me derrite.
-Si queremos que esto funcione, debemos de saber todo el uno del otro. No quiero que me ocultes nada.
-Niall, pero ese es mi pasado. Llevo años intentando olvidar aquello.
-Cuéntamelo por favor. -Trago saliva. -Necesito que me lo digas. -Niego y rezo para que mis lágrimas no me traicionen ahora. -Paula, te quiero. Confía en mí, solo quiero ayudarte.
-Es duro Niall... -Me libro de su agarre y dejo de mirarle a los ojos. No se rinde, y levanta mi cabeza justo cuando una lágrima comienza a caer.
-No importa. No te obligare a que me lo cuentes. -Aun cogiéndome por la barbilla, me acerca a el y me besa la frente. Después apoya su frente con la mía. -¿Sabes que me tienes para todo lo que necesites, verdad? -Asiento, y me besa. Después se aleja y bebe de su cerveza.