CAPITULO 35.
[Tres días después...]
Ya no sé que mas hacer por casa. Al haberme despedido del trabajo, ya no tengo nada que hacer. Mis mañanas son tremendamente aburridas, y no todos los días ensayamos. Como hoy por ejemplo, Jeff está de viaje y Toni está enfermo. Menos mal que mañana llegan los chicos. Estoy deseando de verlos.
Sobre las cinco termino de ducharme, he quedado con Xenia que me espera para llevarme a algún sitio, No me quiso explicar a donde y tanto misterio me asusta, como no se a donde vamos, no se que ponerme así que opto por unos vaqueros Burdeos, un jersey marrón muy clarito y unos botines, también marrones.
A las seis ya he recibido una llamada de Xenia, lo que quiere decir que está allí y me espera. Termino con mi maquillaje y salgo de casa.
Ya estoy frente al misterioso lugar según la dirección de Xenia, pero este lugar me desconcierta. El taxi en el que he venido, me ha dejado aquí a las afueras de Londres en medio de la nada, solo veo un montón de árboles y a la derecha una escalinata que sube a algún sitio. Por un momento siento miedo de que anochezca y aun no haya aparecido Xenia, ¿Donde estará? ¿Por que me habrá traído aquí? Jamás hubiera pensado que supiera de la existencia de este lugar. Cuando mas ocupada estoy pensando en porqué no aparece Xenia, alguien me posa la mano en el hombro, me doy la vuelta asustada y de repente veo esa cara, esa sonrisa que tanto he echado de menos, no me da tiempo a mirarle bien, cuando ya me he abalanzado hacia él y nos abrazamos, cuanto echaba de menos sus abrazos..., no digo nada porque sinceramente en estos momentos las palabras sobran. Cuando nos separamos el se aleja, me mira de arriba a abajo y me vuelve a pegar a él uniendo nuestras frentes.
- Yo también te he echado de menos, pequeña. -Susurra con una sonrisa. -Te voy a tapar los ojos ¿Vale? -Dice con una sonrisa traviesa y saca un pañuelo de su bolsillo.
-¿Cómo? ¿Que vas a hacer que?
-Pues eso, que te voy a tapar los ojos, tu confía en mi. Dice con una sonrisa cada vez mas grande en sus labios.
- Si, claro me tapas los ojos y después viene la parte en la que me subes por la escalinata esa, y me empujas hacia abajo. -Digo con ironía y el emite una carcajada que retumba en mis oídos. En ese momento me doy cuenta, cuanto había echado de menos provocar esa risa tan suya.
- Venga, no seas tonta.
Me da la vuelta, me pone el pañuelo delicadamente por los ojos, me lo ata y me vuelve a dar la vuelta hasta que supongo que estoy enfrente suya, como al principio. No me da tiempo a reaccionar cuando me coge de la mano y me lleva hacia algún lugar desconocido. Me encanta que haga este tipo de cosas, porque al final siempre me termina sorprendiendo de alguna forma.
Cuando llevamos como 10 minutos subiendo una cuesta, que supongo que será la escalinata que he visto antes, nos paramos y dice:
-Ya hemos llegado, te voy a quitar el pañuelo. –Dice, y le noto la voz un poco nerviosa.
Me suelta la mano, me da la vuelta y cuidadosamente me desata el nudo que había hecho anteriormente.
Cuando noto el pañuelo caer, aun sigo con los ojos cerrados.
-Abre los ojos. –Me pide aun más nervioso todavía.
Poco a poco empiezo a abrir los ojos y veo una preciosa puesta de sol, estamos encima de lo que parece un acantilado, se ven varias hileras de árboles y la que ahora parece la pequeña ciudad de Londres a contra luz. Justo encima de lo que parece la línea del horizonte, un sol grande y resplandeciente con tonos de color naranja, amarillos y rojos nos ilumina, al rededor del sol las nubes tomaban distintos colores de rojo a violeta pasando por amarillo y naranja, era la puesta de sol, y en general el paisaje mas bonito que he visto en mi vida, no puedo dejar de mirar algo tan maravilloso. Cuando pasan unos minutos el sol se va, dejando paso a la luna, me doy la vuelta y veo que Niall esta con una sonrisa dibujada en sus labios observándome. No puedo decir nada, estoy asombrada, maravillada. Primero veo la puesta de sol más bonita de mi vida y después a la persona mas bonita de mi vida.
