CAPITULO 3.
-Me has asustado. -Dije con la voz temblorosa.
-Muchas gracias. –Rió. -Tranquila no tienes de que preocuparte. -Dijo luciendo su preciosa sonrisa la misma que me dejaba atónita.
-No hay de que, por cierto me llamo Paula. -Le correspondí con una de mis mejores sonrisas.
-Yo... Bueno yo soy Nialler, prefiero que me llames Niall ¿A que piso vas?
-Se quien eres, y voy al quinto. -Dije segura de mi misma y pulsando el botón que llevaba escrito un "5", él rió por mi comentario.
-¿Que es lo que te causa tanta gracia?
-Pues nada, casi todas las chicas que me conocen, por lo que soy, se lanzan hacia mi cuando me ven. -Al escuchar su comentario lo que hice fue lanzarme y abrazarle riéndome a carcajadas, me separe, muy sonrojada, sabiendo que aquella acción fue muy inmadura pero me apetecía.
El ascensor había parado ya en el quinto piso y cuando me disponía a salir, Niall me cogió del brazo delicadamente.
-¿No piensas despedirte de mi? -Puso cara de cachorrito, me lo comía con esa carita, es tan precioso.
-Bueno si insistes. –Sonreí, y sonrojada le di los dos besos, y ya sí, salí del ascensor. Cuando me adentré en el pasillo vi la puerta de Xenia abierta y me quede extrañada me dirigí hacia su puerta y no vi a nadie dentro.
-¿Xenia?
-¡Hola Paula! Que sorpresa ¿Como que has venido de nuevo? -Dijo entrando por la puerta principal, venia de fuera, y yo no la había visto, que extraño.
-Bueno si, eres a la única chica que conozco mas o menos de mi edad y necesitaba un poco de entretenimiento, mis días aquí estan siendo aburridos.
-Ah bueno, no me viene mal despejarme un poco. –Sonrió.
Cuando salimos del edificio me llevo calle abajo donde se situaba su coche, abrió las puertas y entramos dentro.
-¿Donde te apetece ir?
-Sorpréndeme. -Respecto a mi respuesta, empezamos a reír como locas mientras ella arrancaba el coche.
Después de un largo trayecto, aparcó frente a un parque, aquel parque parecía sacado de un cuento, era precioso. Salimos del coche, y nos dirigimos hacia el parque, nos sentamos en uno de los bancos y estuvimos sin decir nada unos minutos, aquello me empezaba a incomodar así que decidí decir algo por muy estúpido que fuera.
-Oye Xenia ¿Tu eres de aquí? -Dije mirándola.
-No, yo soy de Londres.
-¿A sí? yo también lo soy, y bueno... ¿Que es lo que te trajo hasta Irlanda?
-Pues una larga historia… -Empezó. -Yo tenía problemas con mis padres, diría que no era muy buena en los estudios y eso no les gustaba nada, aparte discutíamos por lo mas mínimo. –Miró hacia abajo, donde no paraba de juguetear con sus dedos. -Me canse y me fui de allí, ya conocía a Roger, el marido de Amanda, se lo comenté y el me dio la idea de venir aquí, el se encarga de que yo tenga todo lo que necesite.
-Vaya. -Después de unos segundos en silencio.- Y tus padres ¿Saben que estas viviendo aquí?
-Claro, aunque estoy pensado en volver a Londres por un tiempo, echo mucho de menos aquello, y aquí estoy muy sola solo tengo a tus tíos y algún que otro conocido.
-Bueno pues si quieres nosotras nos iremos dentro de cuatro días, podrías cogerte un billete de nuestro vuelo.
-Primero tendría que hablarlo con tu tía Amanda y Roger.