CAPITULO 36.
El taxi ha tardado horrores en llegar para recogernos, y yo estoy muerta del cansancio. Quedamos en que iremos a mi casa, y allí es donde nos deja el taxi.
Lo primero al llegar es dejar la cesta de picnic en la cocina, con algunos sándwiches y bebidas.
-Me voy a duchar. -Bostezo. -¿Puedes con esto tú solo? -Sonríe y asiente.
Subo arriba, cojo ropa nueva y la otra directa a la lavadora. Me meto en el baño, y lo que iba a ser una ducha queda en baño. Y que bien sienta, cuando salgo y estoy colocándome mi albornoz, la puerta se abre. Niall entra como un torbellino. Le miro expectante.
-¿Que ocurre? -Le pregunto con cara de pocos amigos.
Aunque la verdad verle jadeando apoyado en sus rodillas es gracioso, y consigue sacarme una sonrisa.
-Es tu hermana... -Comienza. Coge aire y sigue. -Ha llamado tu madre, tu hermana está en el hospital.
-¿Qué? Si es una broma, no tiene gracia Niall.
-Lo digo en serio, vístete que nos vamos.
Y acto seguido se larga. Dejándome allí, totalmente petrificada. No puedo creérmelo, mi hermana ingresada. Normalmente soy yo a quien tienen que ingresar. Salgo corriendo del baño y me encierro en mi cuarto, rápidamente me visto con lo primero que veo. Unas mayas de hacer deporte, negras y una sudadera simple de color gris, con el cuello vuelto. Me pongo mis vans y salgo corriendo escaleras abajo. Niall me espera, y no solo el, a las puertas de mi casa también espera un taxi.
Llegamos a casa de Niall, y espero a que se cambie, los nervios me están matando necesito ir al hospital ya, para saber que pasa.
En menos de diez minutos salimos hacia el hospital, agradezco que no haya más taxis, y vayamos en el coche de Niall. Me siento mas cómoda solo el y yo.
Entramos en el hospital, y yo prácticamente corro hacia recepción. Me indican en qué habitación está y vamos juntos hacia ella.
Justo cuando veo a mi madre en el pasillo, corro hacia ella y le abrazo con fuerza.
-¿Como está?
-Bien. -Dice con la voz apagada.
-¿Y tú? -Asiente como para decir que está bien pero no le apetece hablar. -¿Por qué no entras? -Pregunto señalando la habitación.
-No me dejan entrar. -Carraspea, y yo la miro confundida. -Está débil, ha perdido mucha sangre en la operación.
¿Operación? ¿He escuchado bien? No puede ser, le han operado y yo fuera de casa sin saber nada de ella. Me siento tan culpable... Vuelvo a abrazar a mi madre cuando veo que está a punto de llorar.
-Todo va a estar bien. -Le susurro. Pero ni siquiera yo, sé si eso será de verdad. Sólo espero que así sea.
Dos horas después, no paran de entrar y salir doctores a la habitación de mi hermana. Mi madre reza por ella, yo me limito a pensar que va a estar bien, y Niall... Noto que está incómodo, no le agrada este lugar.
-Puedes irte a casa. -Le agarro la mano, él niega. -Por favor Niall, tienes que descansar. Ve a casa, yo te llamaré mas tarde.
-No te dejaré sola.
-Voy a estar bien, vete a casa por favor.
Me mira... Y sigue mirándome por lo que creo que es una eternidad. Quizás piense que le estoy echando, pero no. Solo quiero que descanse, y que no se preocupe por nada. En ese momento sale el doctor se la habitación, detrás de el las enfermeras. Mi madre se levanta y se dirige hacia el, conversan, y continúan conversando. Finalmente los dos sonríen, mi madre se acerca a mi mientras el medico se aleja.
