Capitulo #10

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Desperté en medio de la noche con un dolor de cabeza increíble, todo me daba vueltas, estaba empapada en sudor y tenía escalofríos, la habitación estaba totalmente a oscuras, y fuera llovía a mares, de vez en vez veía como la habitación se iluminaba por los relámpagos. Me sentía muy mal, tan mal que no sentía dolor ni en la rodilla ni en la herida. Traté de sentarme en la cama, pero el solo hecho de intentarlo fue un error tremendo. La habitación comenzó a girar y tuve que sostenerme de la cabecera para no caer. Temblorosa volví a recostarme y cerré los ojos. Sentí como mi cuerpo temblaba, tenía la boca seca y la cabeza me punzaba cada vez más fuerte, tenía náuseas, lo cual era un peligro. Si en algún momento a mi cuerpo se le ocurría que debía potar, no se hacia dónde lo haría, ¡no podía moverme! Igual terminaba potando encima de mí y muriendo asfixiada como los bebés pequeños. Una vaga idea pasó por mi cabeza, y me asustó de tal forma que olvidé mis malestares por un segundo. ¿Y si me habían mordido, sin yo darme cuenta y mis malestares eran porque estaba transformándome? Inmediatamente fijé la vista en mi brazo, donde estaban las demás heridas y las inspeccioné, eran todos rasguños y cortadas, no había marcas de dientes en ningún lado. Solo tenía fiebre, joder y empezaba a alucinar. ¿No podía venir alguien y pegarme un tiro en la cabeza de una vez? Los dientes me castañeaban y el dolor era tan fuerte que sin darme cuenta soltaba pequeños quejidos, se me dificultaba respirar, cada que lo hacía la cabeza me daba vueltas.

-Susan...-Llamé, pero de mi garganta no salió más que un puto susurro inaudible. Me consideraba una persona resistente al dolor, pero me sentía tan malditamente mal, que había pequeñas lágrimas corriendo por mi rostro.

-¡Susan!-

Imposible, ella jamás escucharía eso y menos si estaba dormida. Reuní todas las fuerzas que pude y estiré mi brazo hacia una mesita de noche, tratando de alcanzar algo que pudiera tirar al suelo e hiciera suficiente ruido para que ella despertara. Estaba demasiado lejos de mi alcance, traté de moverme un poco, pero caí de la cama, en un intento de sostenerme, cogí la mesilla de noche y la tiré al suelo, provocando un estruendo mayor al que quería ocasionar. ¿Eso funcionaría? Si no, estaba jodida, estaba en el puto suelo incapaz de moverme por mis medios hasta la mañana. O tal vez se había ido, y me había abandonado para que esto pasara y dejara de estorbarle. Justo cuando esos pensamientos pasaron por mi cabeza, la vi entrar a mi habitación, armada y con la luz de una vela como única iluminación. Iba en bragas y llevaba una chaqueta encima

-¡Demonios! Ni un niño de 8 años se caería de la cama, debes ser más torpe de lo que pensaba, creí que nos atacaban-Dijo rodando los ojos y bajando el arma, dispuesta a irse

-Ayúdame...por favor...-Susurré, ella me miró desconcertada y se me acercó, dejando la vela en el suelo. Me cogió del brazo.

-¡Ardes en fiebre!- Exclamó y como pudo, me subió de nuevo a la cama

-Sí, ya lo creo...-Susurré sonriendo, ella me miró raro

-La casa no tiene agua corriente, saldré por la puerta trasera y cogeré un poco de agua de lluvia, esta fría y podría ayudarte a bajar la fiebre. Si no, tendré que llenar la bañera y dejarte ahí por un rato- Exclamó

-La cabeza me da vueltas...-Susurré

-Buscaré en la casa, reza para que tuviesen alguna pastilla...-Dijo y se sentó en el borde de la cama, me quitó el cabello de la cara y tocó mi frente. Solo asentí

-Gracias...-Susurré y puse mi mano sobre la suya-...de verdad lo agradezco...-Me miró y podría jurar que puso su mano en mi mejilla a propósito

-No vayas a moverte, vuelvo enseguida...-Susurró sin mirarme

-No podría aunque quisiera...-Reí y ella sonrió negando con la cabeza, para después salir de la habitación

Youtuber Zombie ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora