Capitulo #28

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-Venga, quita esa cara de pringada...-Dijo y rió con esa risa ya muy conocida por mí

Tenía una sensación de sentimientos encontrados increíble. Mi estómago se revolvió, sentí un nudo en la garganta, mil cosa pasaron por mi cabeza. Esto no estaba pasando, yo había muerto y esto era una especie de paraíso, o eso quise creer. Le miré de arriba abajo, tratando de analizarle, analizar la situación. Me levanté con pesadez y mi cuerpo reclamó con punzadas de dolor, las cuales solo ignoré, tenía cosas más importantes de que preocuparme. Bueno, al menos me habían confirmado que no había muerto. No creo que en el paraíso se sintiese dolor. Caminé lentamente hasta tocarle el rostro, tomé sus manos entre las mías, le miré a los ojos y fue ahí donde pude darme cuenta que no soñaba. No era un sueño, estaba viviendo realmente, estaba despierta. Verle a los ojos y sentir ese mismo calor reconfortante que siempre. Las lágrimas comenzaron a correr sin permiso por mis mejillas de forma incontrolable, mi respiración se agitó tanto que no tardó en convertirse en sollozos. Apenas fue audible mi voz cuando pronuncié su nombre.

-Frank...-Y sencillamente ya no pude más. Me le lancé al cuello, acunando mi rostro en su pecho. Sintiendo ese calor que siempre me transmitía.

-Tranquila, llora, desahógate...-Susurró acariciando mi cabello.

-¿Cómo es esto posible? Es decir, tu...-Levanté el rostro para verle-... ¡Te vi caer!-

-Siéntate...-Dijo y me condujo hasta la cama, para poder hablar-...primero tranquilízate, que estoy aquí para cuidarte, como lo hiciste tú en su momento...-Dijo y sonrió de lado.

Fue ahí donde le vi bien. Tenía una pequeña pelusa en el rostro, como de un par de días sin afeitarse, sus ojos estaban cansados, pero el brillo tan característico en ellos, ahí seguía. Su cabello estaba en modo rebelde, pero se le veía bien ese look de chico malo. Llevaba botines de escalinata, pantalones de militar, y una camisa de deporte. En el pantalón llevaba un par de armas sujetas a su cinturón. Sus manos estaban rasposas y con evidentes marcas de golpes. Preferí no centrarme en eso.

-De verdad creí que iba a morir, que íbamos a morir...-En ese punto me exalté, ¿acaso Ana estaba viva también? Preferí guardar mi cuestionamiento para el final, pero el pareció notarlo...-Déjame terminar, que ese punto viene en breves...-

-Vale...-

-Cuando escapamos de ese campamento, que el bicho se te tiró encima, ¿recuerdas que quisimos poner a salvo a las niñas? Cuando las oí gritar, el pánico me consumió, así que solo corrí hacia ellas, sin pensar en nada. El otro puto y asqueroso zombie se les había tirado encima ¿y sabes que hizo la hermana de Jhonathan? Lanzó a Ana lejos, lejos del zombie, quedándose ella. Sacrificó su vida por la de una completa desconocida. Solo que ella perdió el equilibrio y cayó. Logró cogerse un poco de las ramas, lo suficiente para que llegase yo, imagino. Pero su peso pudo más contra mí, el barranco estaba mojado, había mucho lodo y agua y no podía sujetarme bien, me caía yo también. Vi como el monstro desgarraba a la pequeña con sus asquerosos dientes, la vi, como agonizaba de dolor...-Se le quebró la voz, pero logró mantener la compostura-...entonces caí. Vegetta hizo lo que pudo, pero la gravedad fue más fuerte y nos jaló hacia abajo. Hasta el día de hoy, no sé cómo tuvimos tanta suerte, si es que le puedo llamar así, pero, gracias a la lluvia, el río que corre al fondo del barranco estaba más alto de lo normal, y logró suavizar nuestra caída, pero nos arrastró lejos, era más fuerte que nosotros. Luchábamos los dos, por mantenernos unidos, pero la fuerza y la ira de esas malditas corrientes nos separaron. Después de eso, recuerdo despertar en una orilla, con sangre en mi cabeza y dolor en el pecho, probablemente me ahogué y perdí la consciencia, o estaba ahogándome y me golpeé con alguna roca. Nunca lo sabremos, pero lo primero que hice, te juro por mi vida, que fue buscarle. No quería irme de ahí sin encontrarla. Pero estaba débil, pase días enteros sin dormir, sin comer, bebiendo agua dulce y asquerosa del río. Fui ahí donde el destino me puso en el camino a Ann y Benjamín. Me encontraron muriendo y al ser seguidores, hicieron todo para salvar mi vida. Y creo que lo hicieron bien.

Youtuber Zombie ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora