Amor vs Amistad

Capitulo 7

Al despertar sigo en la misma posición, no se cuanto tiempo habré estado dormida, pero no importa.

No...¡Si importa!

-¿Que hora es?

Le pregunto sentándome en la cama rápidamente.

-Aún no empiezan nuestras clases.

Me dice relajado.

-No entiendes, también doy clases en Alfea.

-No, tú no entiendes, ya me encargue de todo eso Musa.

-¿Qué hiciste?

-Stella le dijo a Faragonda, creo que ya lo sabe.

-Discúlpame.

Le digo tomando mi celular de la mesa de luz y dirigiéndome al baño.

Llamo a Stella para ver que hizo ahora, no es que no confié, si no que siempre que hay problemas es su culpa.

-¿Musa?

Escucho que responde en un susurro.

-Stella, si soy yo-

-Espera- me interrumpe. -Ahora si, ¿estás bien?-

-Si, me siento mejor. Pero quiero saber que hiciste al llegar a la escuela-

-Es increíble como desconfías de mi Musa, dudo en ayudarte ahora- me dice algo molesta.

-No es eso Stella, solo no quiero que las demás sepan que él volvió, sabes cuantas veces me dijeron que lo olvide, si saben que dormí en su casa no me hablaran en un mes- me defiendo.

-Está bien...Tranquila, no les dije nada. Ni bien llegué fui con Faragonda le conté lo que pasó y le dije que no estarías en condiciones de dar clases hoy y me dijo que estaba bien y que cuando llegaras iba a hablar contigo sobre las clases nada más, luego no les dije nada a las chicas, aunque cuando vi a Riv...él, simplemente no podía creerlo-

-Gracias- le agradezco en un suspiro de alivio.

-De nada, ¿Cuando vuelves? Les inventé que fuiste a la casa de tu amiga nueva, por cierto, dile que cambie ese vestido, en serio le queda mal, debe aprovechar, es linda, solo que su gusto de...-

-Stella- la interrumpo.

-Lo siento está bien...Se la creyeron-

-Otra vez, gracias. Volveré cuando termine las clases en Calixto-

-Ok, le diré a las chicas- parece que iba a decir algo más- Uh, lo siento, adiós- se despide en susurro cortando el teléfono.

-Adiós- digo para mi misma.

Al salir encuentro a Riven plantado en frente mío con las manos apoyadas en la cintura, yo lo miro extrañada.

-No irás a dar clases en este estado- me ordena.

-¿Y quién te crees que eres?- asumo su misma postura, aunque el es más alto que yo.

-El que se hizo cargo de cuidarte cuando te desmayaste, mínimo hazme caso-

-Gracias por la ayuda, pero no seguiré ordenes de nadie. Tú más que nadie sabes que no me gusta que me digan que hacer- me dispongo a marcharme.

-¡Musa!-

Le doy la espalda ignorándolo completamente, busco mi bolso que estaba en la silla donde ayer el mandón se sentó. Al abrirlo en total silencio saco mi ropa casual de siempre, mis dos ligas de pelo y apoyo todo en la cama. Al terminar, en movimiento de manos ya intercambié mi ropa colegial por el pijama.