Estuvo Cerca.

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 La mañana del Domingo tenía pensado despertar con ella entre sus brazos, pero no fue así. La había tratado con respeto toda la noche y fue lo más pasional y dulce que puedo haber sido alguna vez. Por eso no entendía el porque no estaba cuando despertó. 

 Tomó rápidamente el bóxer del piso y se lo colocó antes de buscar a su hada por la casa. Podría estar en el baño de su habitación. No estaba. ¿En el sofá? Buscaba a Musa no a Critty. ¿En el baño del living? Tampoco. Solo quedaba un lugar. La cocina estaba pegada al living y tenía una mesa extendida que separaba ambas partes, y a simple vista no estaba allí. Solo quedaba un lugar: El balcón.

 Abrió la puerta corrediza lo suficiente como para que él pueda pasar. Al asomarse la vio, razón por la cual sonrió. La observó con detenimiento un momento. Él había puesto en el balcón un sillón en forma de banca contra la pared, donde ella se encontraba sentada abrazando sus piernas. Le había gustado verla con su camisa puesta y sus bragas, pero no parecía feliz. Estaba...¿Llorando? Al parecer si, su cabeza estaba hundida en sus piernas y de vez en cuando se notaba su pecho temblar.

 Riven la conocía. Sabía la razón por la cual lloraba, y no era de menos. A su Musa le daba miedo las cosas nuevas, sentir que perdió algo. En realidad ella no hizo nada que no hubiera hecho antes y con la misma persona, pero por otro lado estaba volviendo a confiar en alguien que amó aún cuando no estuvo ahí con ella.

 Lentamente se acercó y se sentó al lado de su novia. Al respirar ondo la rodeó entre sus brazos e hizo que se acurrucara automáticamente sobre su pecho.

-No pasa nada Musa- le susurró al oído antes de besar su cabeza.

-Lo siento por ponerme así, es solo que...- la interrumpió una leve risa de parte del masculino -¿De que te ríes?- preguntó molesta y mirándolo a los ojos. Ojos muy húmedos.

-Musa, te conozco. No necesito que me expliques nada, sé como te sientes y porque. Es completamente normal y te entiendo- le extrañó que no volviera a llorar o le contestara mal, solo se aferró más a su torso para observar la calle tan ruidosa de Magix.

-Riven- lo llamó.

-¿Si?-

-Aún no les dije nada-

-Pues tómate el tiempo que quieras- se paró con el objetivo de retirarse -Pero recuerda- habló apoyado en la puerta -No son tontas, si no les dices tú ellas solas se enterarán- su voz no pareció molesta si no tranquila y comprensiva. Algo raro en él -Y por cierto- miró como su camisa abierta dejaba ver la parte media de sus pechos -Me encanta como te queda esa camisa-

 Musa se sonrojó al bajar la mirada. Riven le había guiñado un ojo y se retiró, pero seguía sintiendo un ardor en sus mejillas.

...

-¿Para cuándo el ensayo?- reclamó divertida su compañera de trabajo -Recuerda que es mañana-

-Si lo sé. En realidad...creo que puedo hoy en la tarde- alejó lentamente a la persona que estaba encima de ella.

-Bien. ¿A que hora?

-Puede ser en Alfea a las cinco si puedes- ofreció poniéndose de pie.

-Bien, ahí estaré-

-Bien, adiós- cortó la llamada -No puedes besarme mientras hablo por teléfono- le cuestionó a un Riven sonriente.

-Pues disculpa- tiró de su brazo tirando a su hada encima suyo.

 Comenzó a besarle el cuello mientras abría aún más su camisa y bajaba las manos hacia sus bien formados glúteos.

Amor vs AmistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora