Amor vs Amistad

¿Viva o Muerta?

  Todo blanco. Musa se encontraba caminando por una dimensión blanca. No se podía ni divisar el suelo del techo, era todo blanco.

-¿Donde estoy?- comenzó a caminar -¿Hola?- solo escuchaba su eco un par de veces.

 Angustiada corrió para buscar a alguien, pero la dimensión blanca no tenia fondo. No importa cuanto corriera ella no veía nada.

-¿Hola?- repitió con lagrimas en los ojos.

-Musa- escuchó a lo lejos.

 Esa voz fue reconocida al instante. No podía creerlo, simplemente no podía. De golpe se tiró al piso con las manos en su cara. Ni siquiera se dio vuelta. Ella sabía y estaba consciente de algo. Si su madre era la voz que escuchó significaría que ella estaba muerta.

-Oh, Musa- la mujer se arrodilló hasta su altura y automáticamente su hija la abrazó en un llanto de felicidad y tristeza al mismo tiempo -Mira lo hermosa que estás Musa- admiró a el hada que mantenía su transformación intacta. Contempló sus alas mientras jugaba con su cabello -¿Por que lloras?-

-Porque se que si estoy viva entonces esto es un sueño, pero si no lo estoy y eres real estoy muerta- lloró en su vientre donde por nueve meses fue elaborada su existencia.

-Oh Musa- besó su frente -Como te equivocas- 

 En frente de ellas apareció el último momento de el hada de la música en la realidad. Luego de esto, también se mostró donde estaba actualmente.

-Estás durmiendo, solo que no puedes despertarte-

...

 En un departamento ubicado en Magix, el hada del viento se encontraba mirando una película desde su cómodo sofá. Tan solo llevaba un simple pijama cuando su celular llamó su atención.

-¿Si?-

-Hola, ¿Dalila?- desorientada miró la pantalla de su teléfono para comprobar que no conocía a tal persona. 

-¿Quién habla?-

-Soy Tecna, la amiga de Musa- 

-Mm, ¿pasa algo?-

-Dalila, Musa sufrió un ataque por parte de un hada mayor y aún no despierta- esto la sorprendió totalmente.

-¿Dónde se encuentra?- preguntó instantáneamente.

-En Alfea-

-¿Puedo presentarme?- Tecna miró la hora y sonrió.

-Por supuesto que si, hasta las 11:00 de la noche. Alfea crea una barrera de protección a esa hora, significa que no podrás irte- aclaró.

-Bien, voy para allá. Gracias- sin más cortó la comunicación para cambiarse y salir de la ciudad rumbo a Alfea.

 Durante el camino solo pensaba en Musa. ¿Que hada mayor fue capaz de atacarla? ¿Cuáles fueron sus razones? De golpe le vino un nombre y una persona a la cabeza, lo que alarmó todos sus sentidos. Riven.

-No- fue lo único que pudo decir.

...

-Solo estará por tres días princesa- aclaró la enfermera de Alfea, Ofelia. 

 Poco a poco vendaba el brazo de Layla con cuidado, mientras esta, solo mantenía el seño fruncido.

-¿Cuándo cree que despertará?- le preguntó mirando hacia atrás, donde se encontraba Musa descansando en pijama.

-Bueno...No está en coma ni tampoco se desmayó...Solo...- tardó en encontrar las palabras correctas -Recupera energías, por lo que su cuerpo prefiere ahorrarlas la mayor cantidad posible-

-Gracias- dijo en cuanto Ofelia terminó su trabajo.

-Solo hago mi trabajo Princesa-

-¿Disculpen?- asomó su cabeza tímidamente el hada de la naturaleza.

-Flora- exclamó Layla con una sonrisa.

-No quería interrumpir pero...- entró a la enfermería completamente con un alguien más siguiéndola -tenemos compañía-

-¿Dalila?- volvió a interrogar.

-Hola Princesa- hizo una leve reverencia delante de la silla donde Layla había tomado asiento -¿Que pasó?-

-Bueno...- comenzó a recordar todo lo sucedido esa misma tarde -Cuando fui a visitar a un...conocido...Llamé la atención de un hada mayor. Vino a Alfea con la intención de atacarme, ella pensaba que había matado a un heredero suyo. Al ser un hada mayor era mucho más fuerte que yo, pero se topó con Musa en su camino- miró con pena a una dormida Musa -Ella le impidió el acceso hacia mi, por lo que no dudó en defenderme- agachó la cabeza en señal de tristeza.

...

-Estás tan enamorada hija mía- exclamó Matlin con una sonrisa.

-Supongo que para volver a una relación de cinco años de experiencia lo estoy- le sonrió.

-Se que Ho-Boe no está de acuerdo con esto. Pero recuerda lo que te enseño incluso luego de mi partida: "Aléjate de las personas arrogantes y rebeldes"-

-Riven no es así- se negó completamente, pero al recibir una mirada irónica de su madre se sonrojó levemente -Bueno...si, puede que sea algo rebelde y muy arrogante, pero no es como los demás-

-Lo sé Musa- le sonrió -Por eso te digo que continúes lo que empezaste con ese chico...que parece que ya han avanzado mucho- codeó a su hija mirándola de reojo.

-¿Hice mal?- le preguntó seriamente a su madre.

-No hija. Luego de dos años juntos como pareja y contando la edad que tenías creo que ya había llegado el momento...Por lo que veo él es muy protector contigo...en todos lo sentidos-

-Mi padre no estaría de acuerdo, eso lo sé- le aseguró.

-Ho-Boe no puede ver ni sentir lo que siento y veo yo Musa. Riven es un hombre que se crió sin una madre al igual que tú-

-Es distinto. Su madre lo abandonó, sin embargo si no te hubiera pasado nada tú seguirías conmigo-

-Musa, las cosas no son como él piensa- posó una mano en el hombro de su hija -Te lo contaría, pero no pasaste del otro lado, sigues con un pie en la vida-

-¿No lo abandonaron?- preguntó sorprendida.

-No puedo decirte nada- al notar la expresión de decepción de Musa, la difunta madre se sintió culpable -Debes alentarlo a saber más de su madre, créeme que no se arrepentirá- le aseguró.

-Gracias madre- la abrazó fuertemente. Al separarse miró sorprendida todo su cuerpo de arriba a abajo. Su figura femenina se volvía transparente y borrosa y luego cobraba color nuevamente -¿Que te pasa?-

-Estas volviendo a la realidad- volvió a rodear con su brazos y a mantenerlos firmemente sobre el cuello de Musa, mientras que ella, sabiendo que se terminaría el único encuentro con su madre, se aferraba a su estrecha cintura la cual coquetamente heredó de ella -Y recuerda esto no es un sueño, lo que ves es real- le susurró antes de desvanecerse completamente. 

 El hada de la música miró a su alrededor y notó como el espacio blanco en el que se encontraba también se tornaba borroso a su vista.