Amor vs Amistad

¿Y Esta?

-Para...Riven...- lo detenía en leves suspiros con ambas manos sobre su pecho para alejarlo unos centímetros de su cuerpo.

-Nadie nos verá- la ignoró completamente volviendo a besar su cuello.

-No- jadeó con lo ojos cerrados -Para, es en serio- enseñó la palma de su mano, origen de que una fuerza mayor a Riven le hiciera retroceder un paso.

-¿Necesario usar magia?- juntó sus cejas.

-Lo siento, si no te detenía ahora, no podría hacerlo después- se bajó del escritorio para acomodar mejor su falda de colegiala.

 Las caricias siempre estuvieron y nunca dejaron de llegarles las simples ganas. Pero debían saber esperar el momento justo para que nadie los interrumpiera. Casi tres meses juntos y aún no llegó el momento de llegar más allá de las caricias y besos.

 Musa no sabía que hacer en esos momentos, siempre fue impetuosa, menos en estas situaciones. Más de una vez ella pasaba sus noches en su departamento para al día siguiente amanecer junto a él solo en ropa interior. Ella esperaba sentirse segura, no dejaría que sus deseos por él ganaran sobre su respeto a sí misma. Y Riven, solo esperaba que ella le diera un sí, una noche que ella misma le diera a entender sin hablar y tan solo con sus acciones le dijera que quería llegar más lejos.

-¿Cuánto tiempo más te quedarás?- interrogó tomando asiento en el escritorio de su "compañera" de trabajo.

-En poco tiempo me iré- pasó sus brazos por el cuello de este y enterró su cara en el mismo.

-Musa- no podía mirarla ya que ella se encontraba atrás de él.

-¿Mm?- 

-¿Por qué ocultas lo nuestro?- al escucharlo el hada lo miró al tiempo que Riven hizo lo mismo.

-¿Quién te lo dijo?-

-Eso no importa ahora, ¿de que no te sientes segura?-

-Riven- se alejó de él en dirección hacia la puerta del salón de clases -No te oculto- paró en seco mirándolo desde su hombro -Solo necesito pensar-

 Era más que obvio que nada de eso era cierto. Su novia tenía miedo de enfrentar la posición en la que se encontraba.

 Se quedó pensando en el escritorio un buen rato. ¿Musa lo amaba? Riven era frió y casi nunca decía las cosas con suavidad, era directo y decía lo que pensaba en el momento que fuera. Pero con ella...Siempre la trató con suavidad, con respeto. Siempre esperó a que Musa le dijera que si antes de que él preguntara.

-Riven- escuchó una voz única.

-¿Que haces aquí?- le preguntó algo molesto por la interrupción.

-Lo siento señor, pero usted se encuentra en mi salón de clases- exclamó con voz autoritaria y divertida a la vez.

 Extrañado miró a su alrededor. Los cuadros, estantes con pinceles y pinturas, las maderas con las cuáles sostenían el cuadro en blanco junto con las mesas altas repartidas por todo el lugar.

-Lo siento Dalila- se paró con las intenciones de retirarse.

-Espera- lo tomó del brazo en cuanto pasó por al lado de ella -Hablaste con Musa ¿cierto?-

-¿Cómo sabes?-

-Estuviste un año entero trabajando conmigo Riven, no soy tonta- lo soltó para pararse en frente de su compañero.

-Dalila, ¿te dijo algo?-

-Muchas cosas- afirmó -Muchas más de las que tú piensas- pasó un mano a su cintura y con la otra sostenía la bolsa de pinceles -Pero no te las diré. Si Musa debe decirte algo, lo hará ella misma y debes enterarte de lo que sea por boca suya y la de nadie más-