Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]

Capítulo 3: FREE!

¡Buenas! Les traigo el nuevo cap, esperó lo disfruten..

Había pasado casi un mes desde el incidente que había afectado a Rin y a Haruka. Este último solo estaba un poco paranoico, se la pasaba mirando por encima de su hombre a cualquier persona “Sospechosa" que pasará a su lado, y a pesar de que le había jurado a Rin que no buscaría a esas personas, le era imposible olvidarse de esos penetrantes ojos esmeralda. Cada vez que el pelinegro cerraba sus ojos, se topaba con la intensa mirada... Cuyo dueño desconocía. Aunque sin duda alguna el mas afectado había sido Rin, el pelirrojo despertaba a la mitad de la noche, sudando y gritando.

Recordando la trágica muerte de su compañero, no es que Rin le hubiera conocido de toda la vida, de hecho esa era la primera vez que le veía, aun así... La experiencia que vivió había sido demasiado traumática para el pelirrojo, que tenía bajo sus brillantes ojos carmín, unas marcadas ojeras. De hecho había perdido hasta peso, el único que podía calmarle era Haru...

El pelinegro ya se había acostumbrado a levantarse a media madrugada y prepararle un té a su mejor amigo, con un poco de somnífero mezclado en el. Recetado por un médico, cabe destacar. Las insistentes preguntas de Gou, se habían vuelto insoportables, y más cuando Rin no le permitía salir. Ambos se vieron en la obligación de dejar libre a la rebelde pelirroja, si no tendrían que seguir lidiando con ella.

El día de hoy, los chicos iban a tener su primera salida en un mes. Era 2 de febrero, era el cumpleaños de los gemelos Matsuoka, y por más trastornado que estuviera el pelirrojo, nadie le iba a detener de celebrar sus 21 años a lo grande. No cuando por fin podía visitar los clubes nocturnos del distrito de Shibuya, la vida nocturna de tokyo por excelencia. Haru ni siquiera intento negarse, sabía que el pelirrojo no se lo permitiría por nada del mundo...

Además de que últimamente se la pasaba pegado a el como una babosa, al pelinegro le había fastidiado los primeros días. Se tuvo que resignar, al darse cuenta que por mas que rechazará, gritará y echará a Rin de su lado, este no se iría. Al pelinegro aún le faltaba para cumplir la mayoría de edad, pero Rin se había encargado de prepararle una identificación falsa, que le había costado unos cuantos favores y no precisamente monetarios. Haru quiso detener a Rin, pero como siempre el pelirrojo iba a su ritmo, ignorando por completo el de los demás. O mejor dicho, el lento y tranquilo ritmo de Haru. El pelinegro estaba dando los últimos detalles al dibujo de un bosque que había estado realizando desde hace un par de día, lo había pintado con la misma tonalidad de verde, de los ojos que volvían a sus sueños para atormentarle. La puerta de su habitación se abrió con un estrepitoso golpe al ser estrellada contra la pared, por la fuerza con la que había sido abierta ¡Blam!

El pelinegro levantó la vista del lienzo para encontrarse con sus gemelos “favoritos" ambos se adentraron en la habitación del pelinegro.

—¿Que haces, Haru-chan?— Gou llegó corriendo a su lado.

—Lo que ves...— contestó el pelinegro frío como de costumbre.

—Que frío eres, Haru-chan — la pelirroja hizo un tierno mojín con sus labios, que al pelinegro le pareció repugnante.

—No olvides que hoy por fin saldremos de fiesta, Haru...— dijo el pelirrojo secando su húmedo cabello con una pequeña toalla de color negro y lunares rojos. Mientras se dejaba caer en la ordenada cama del pelinegro.

—Como si pudiera hacerlo, con ustedes dos recordándolo cada vez que pueden — se quejo el pelinegro, y resignado cerro su bloc de dibujo, con la presencia de ese par le iba a ser imposible poder concentrarse.