Capítulo 23: No dudes en hacer lo que deseas.

831 83 30
                                    

¡He vuelto! Desde que estoy intentando subir este cap. Pero el internet de mi país no ayuda.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Haruka se estaba engañando así mismo si creía que iba a conseguir dormir, por lo que ni se molestó en ir a su habitación, se dedicó a vagar por los pasillos de la mansión cercanos al salón principal donde se estaba llevando acabo la ansiada fiesta de compromiso que por más que lo intentara no podía estar feliz por Gou cuando estaba al tanto de los sentimientos de Rin.

Llegó a un amplio jardín que parecía un laberinto, plenamente consciente de que apenas pusiera un pie dentro de ese lugar se perdería decidió ignorar sus señales de alerta, estaba enojado, recordar a la hermosa mujer que se retorcía entre los brazos de su amado y el recibiéndola gustoso le hacía hervir la sangre.

Aunque se veía muy aterrado desde la entrada por dentro resultaba ser de lo más hermoso, las paredes que simulaban el laberinto cubiertas con enjambres de rosas de varios colores, contrastando con la iluminación artificial instalada en el lugar.

El pelinegro se adentró en los pasillo sin rumbo fijo solo quería estar solo y poder olvidar su furia, que en parte era culpa de Rin por ser tan idiota y dejar que le sigan haciendo daño.

No tardó en llegar al final del camino que había tomado para encontrarse con una hermosa fuente de una mujer sosteniendo una instrumento de cuerdas, su ojo artístico no pudo evitar deleitarse con tales acabados, aunque no contaba con que hubiera una persona en ese alejado lugar, por suerte estaba dándole la espalda pero no duro mucho, porque cuando intentaba escapar tan silenciosamente como había llegado el hombre de largo y extraño cabello plateado se dio la vuelta, si se sorprendió por verlo ahí no lo demostró, era un hombre no mayor de 30 años aunque su cabello podría decir lo contrario.

Lo que impacto a Haruka y le hizo quedarse estático en su lugar fue el parecido que ese hombre tenía con Tachibana Makoto, no tanto en lo físico, en ese aspecto solo sus ojos era idénticos, era algo más profundo, era como si desprendieran la misma aura, el hombre sonrió.

-Buenas noches ¿Qué puede traer a un hermoso chico como tú a estos solitarios lares? - el pelinegro no respondió debido a que seguía impactado, hasta su sonrisa era igual, eso si no demostró tampoco su sorpresa, eso no era propio de él.

-Buenas noches, nada en realidad- Respondió, desconociéndose así mismo por estar respondiendo las preguntas de un extraño, a los que siempre solía ignorar. Pero justo en ese momento no podía evitarlo, era como si estuviese hablando con él, aunque con esa persona estaba molesto.

-Supongo que necesitabas pensar, y este es un buen lugar-dijo con su tranquila y suave voz, que tenía un extraño acento que el pelinegro no lograba distinguir.

-Necesitaba estar solo...-fue sincero Haruka.

-Oh, entonces es mejor que me vaya, aunque este lugar es magnífico- expresó decepcionado.

-No te molestes, en todo caso yo fui quien vino a molestar- se apresuró el pelinegro a decir.

-No al contrario, me haría bien tu agradable compañía-dijo sin borrar la sonrisa de su rostro el hombre, era alto aunque un poco delgado y a pesar de la poca luz a Haruka le parecía que estaba muy pálido- Si no te importa claro, al menos que alguien te esté esperando- se mostró preocupado.

-No- dijo escueto el pelinegro- No creo hacer falta a nadie ahí adentro...- expresó tomando asiento en el borde de la fuente, y sintiendo curiosidad por el hombre pregunto- y tu ¿Qué haces por aquí? No te vi en ningún momento en la fiesta.

Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora