Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]

Capítulo 4: ¡Boom!

¡Hi! Buenas noches, les traigo el nuevo cap. lleno de emociones, esperó lo disfrutéis.. !!!

Haru no podía dejar de mirar al hombre que tenía en frente. Todo él le llamaba, jamás se había sentido tan atraído por algo o alguien... Su olor, su piel, incluso sus labios, Haru se encontró deseando besarlos ¿Cual sería su sabor? ¿Eran igual de suaves a como se veían? Y su piel, tenía un tono perfecto, que cualquier artista como él, moriría por pintar. El ojiazul no acaba de creerse las sensaciones que ese hombre desconocido despertaba en él... ¿Sera que estaba ebrio? Y por eso actuaba de esa forma, sí, eso es. Intentó convencerse el pelinegro.

Por otro lado Makoto estaba fascinado con el pelinegro. Al tenerlo tan cerca, podía sentir su dulce aroma, Haru despertaba en él un instinto de posesión. Estuvo apunto de rodearle la cintura con sus fuertes brazos, pero no. Él no sería quien hiciera el primer movimiento, juro no acercarse. Ah, si el pelinegro era quien lo hacia, era una historia diferente, el castaño no se negaría a corresponder o por lo menos no pondría resistencia. Después de todo, era el pelinegro quien tenía el control de su vida ¿no? Era decisión suya, si se acercaba a alguien tan peligroso como él. Makoto intentaba auto convencerse, estaba plenamente consciente de que ese chico no tenía la mas mínima idea de que él, era un Yakuza. Si no, no hubiera aceptado siquiera el trago. O puede que si lo supiera...

-¿Te conozco...?- preguntó el pelinegro, dejándole bien claro a Makoto que la belleza que tenía en frente desconocía que él era un matón.

-Quien sabe... - evadió Makoto la pregunta del chico, tenía el leve presentimiento de que si decía que no le conocía, el pelinegro se alejaría de él. Y él no quería eso, tampoco dijo que si, el castaño se mantenía neutral...

-¿Por que siento que no me estas diciendo la verdad?- no iba a escapar tan fácil ¿Eh?

-¿Que te hace pensar que no te estoy diciendo la verdad? - una vez más el castaño evadió la pregunta del ojiazul.

-...- Haruka se acercó más a Makoto, tanto que el castaño podía sentir su respiración en las mejillas-...Tus ojos... Estoy seguro, que los he visto antes...- por supuesto que los has visto, pensó Makoto. El castaño permaneció en silencio, si decía algo quedaría en evidencia.

Haru estaba seguro sus ojos verdes los había visto antes, incluso lo que le causaba la forma en que lo miraba el castaño, lo había sentido antes, una corriente eléctrica... Que le erizaba la piel, ¿Donde la había visto? el pelinegro no podía pensar con claridad en esos momentos, el alcohol se le había subido a la cabeza. La cercanía del hombre estaba afectado a Haru, incluso podía sentir su aliento en sus mejillas, tenía tantas ganas de besarle... ¿Que le sucedía? Nunca había tenido esa sensación, si no le besaba en ese momento, podría morirse... Y además a él no le gustaban los hombres, de hecho nunca se había detenido a pensarlo... Sin poder contener sus impulsos Haruka comenzó a acercar sus labios a los del castaño... Estaba a solo centímetros... Ambos casi que temblaban de anticipación ¡Boom!

Una explosión, Haru había cerrado los ojos con fuerza. Volvió a abrirlos dándose cuenta que estaba en el piso, el cuerpo del castaño cubría el suyo. El pelinegro parpadeo un par de veces, veía al hombre mover sus labios... No escuchaba lo que decía, solo un pitido en sus oídos. Haru recorrió el lugar con la vista, todo era un caos. Las personas corrían por todos lados, había humo y hombres ¿armados? Sí, definitivamente esas eran armas.