Capítulo 25: Mentiras y verdades parte II

732 70 28
                                    

¡Feliz año nuevo! ¿Como la pasaron? Espero que no tan ebrios como yo...

¡¡¡En fin, les dejo aquí el primer capítulo del año!!!

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

—Tan entrometido como siempre, Sousuke—se quejó el pelirrosa haciendo acto de presencia en el enfrentamiento que se llevaba a cabo entre su clan y el del aludido.

Traía a Rin por el brazo y era seguido por Nao que traía en brazos a una inconsciente Ran, Makoto se apresuró a acercarse a su hermana menor pero Mikoshiba se lo impidió apuntándole con su arma.

—Déjala, Kisumi— Gruño Makoto con frustración—o si no…

—Si no ¿Qué, Makoto? — Replicó Kisumi, estaba siendo atrevido porque su hermano estaba en manos del enemigo, pero el más que nadie les conocía perfectamente y sabía que ellos no se atreverían a tocar un solo cabello de la cabeza de su hermanito.— Ambos sabemos que no serás capaz de dañar a Hayato, en cambio yo- apunto en la cabeza a la castaña.

—No te atreverías…—flaqueo el castaño.

—Oh, sí que lo haría— Sousuke lo iba a matar, nadie iba a detenerle pero de dispararle podría herir a su amado pelirrojo y a la pequeña Ran.

— ¿Saben? La pequeña Ran es toda una belleza—Decía Kisumi mientras acariciaba su arreglado cabello con el arma de fuego.

— ¡No la toques! —Rugió Makoto impotente, y desconociéndose a sí mismo hizo que pensó jamás tendría que hacer, se acercó a Hayato que yacía en las mismas condiciones que su hermana en los brazos del moreno- No quiero hacer esto, pero no me dejas de otra—Kisumi se tensó cuando Makoto se volvió prácticamente un espejo de él en esos momentos.

—Makoto…—Sousuke nunca creyó verle tan alterado y vulnerable, y por primera vez en su vida Makoto le parecía peligroso, y Kisumi también pensaba lo mismo en estos momentos, pero aun así la cuenta está a su favor  porque él tenía dos rehenes.

—Vaya, parece ser que has dejado atrás esa debilidad tuya—se mofo el pelirrosa— ¿Te parece si hacemos un trato? —propuso, Rin se limitaba a mirarle con odio.

—No estamos para tu juegos—intervino Sousuke.

— ¡Este no es tu asunto! —Replico el aludido— ¿Qué me dices, Makoto?- el castaño sabía que a Kisumi le dolería igual o más que a él perder a su familiar.

—Te escucho—aceptó.

—Es simple, tú me devuelves a mi Hayato, y yo te devuelvo a la hermosa Ran— Se encogió de hombros el pelirrosa acariciando la mejilla de la chica con el arma,  por el mero placer de irritar a los presentes.

—Y dejaras ir a Rin—Declaró Sousuke, ganándose una mirada del pelirrosa.
—Jugamos con mis reglas. No las tuyas, Sousuke-—Kisumi se escuchaba demasiado calmado, tanto que eso los puso alertas.

— ¡Maldit…—Sousuke se vio interrumpido por el casttaño.

—Muy bien, tu ganas— el ojician quería enterrar con la mirada a su mejor amigo, él no iba a abandonar a Rin a la deriva con Kisumi, no después que estaba dispuesto a luchar por su amor.

—Pero Makoto…—La mirada suplicante del Tachibana le hizo callar. Sousuke podía atacar a Kisumi y arriesgarse a atacar y recuperar a ambos, pero las probabilidades de que tuviera éxito o fracasara eran sesenta, cuarenta en su contra. Ellos tenían dos rehenes, además nuevamente por su egoísmo no iba a permitir que Makoto perdiera a su hermana, y menos que menos siendo su culpa que estuvieran en esta situación.
Iba a esperar que su mejor amigo tuviera a su hermana para intentar hacer algo.

Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora