Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]

Capítulo 6: Caricias robadas

¡Hola! Estoy de vuelta...
Espero disfrutéis de este cap, donde mis dos cubitos de hielo favoritos demuestran un poco de love love...

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Haruka estaba estático en la entrada de la habitación de la habitación ¿Que demonios estoy haciendo? Ni si quiera lo conozco, aun así...

Se acercó a Makoto, el castaño estaba tumbado boca abajo en la cama, su espalda estaba cubierta por un vendaje, desde esa distancia Haru pudo admirar mejor sus facciones, eran finas y a la vez muy masculinas, sus pestañas eran largas y sus labios eran de un tamaño perfecto, ni tan finos, ni tan gruesos.

Se vio tentado a deslizar sus dedos por la piel del castaño, junto su fuerza de voluntad y se contuvo, eso estaba mal, él ni siquiera tendría que estar en ese lugar y mucho menos tocarlo...

—Es mi culpa...— susurro el pelinegro — era mi deber ir por ellos...no el tuyo...— Haru se sorprendió al darse cuenta que una lágrima había rodado por su mejilla, y había parado en el rostro del castaño...¿Que mierda? Pensó, y se limpio las rebeldes lágrimas que escaparon de sus ojos, hace tanto que no había llorado, desde que se había muerto su abuela.

—No..pude..cumplir...mi...promesa— Haru abrió los ojos como platos, por la sorpresa de escuchar la voz del castaño, rápidamente borro el último rastro de sus lágrimas.

—N-no...— tartamudeó el pelinegro, con nerviosismo ¿por que no podría mantenerse tranquilo ante la presencia de ese hombre?— h-hiciste suficiente... N-n te esfuerces...— Haru detuvo a Makoto que intentaba levantarse— Iré por ayuda...— el castaño detuvo a Haru tomándolo por el brazo, su agarre era débil pero firme.

—quedáte..un...poco..más — el castaño sabia que estaba sobrepasando la línea, pero ¿Que importa? Luego culparía a los delirios de un herido convaleciente...

Haruka no se pudo negar a quedarse, el castaño nuevamente había perdido la consciencia, y bueno no es que él hubiera sido forzado a estar ahí, tomo asiento junto a la cama del castaño.

Disfrutaría un poco más de su belleza, el pelinegro tenía el leve presentimiento de que esa era la única oportunidad que tendría de estar con él, y quería grabarse en la memoria, sus facciones detalle por detalle...

...

—nada más que una leve contusión, simplemente necesita descansar...— aclaró Ikuya, en la habitación donde Gou había sido llevada para ser revisada.

—Gracias, Ikuya— dijo Sousuke, y dirigió su mirada a Gou, quien había vuelto en sí.

Rin observaba en silencio, no podía soportar la cercanía que tenía Sousuke con su hermana, estaba plenamente consciente de que no era el momento de sus celos absurdos, no podía evitarlo— podrían dejarnos a solas...

—Por supuesto, Sou-chan — Ikuya camino hasta la salida, Rin se quedo congelado en su lugar ¿Por que tenía que dejarlos a solas? Él no tenía nada que hablar con su hermana o ¿si?— No te quedes ahí parado cariño, ven...— le llamó Ikuya al pelirrojo, Rin seguía sin moverse de su lugar.