Capítulo 18: En realidad

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Nuevamente me disculpó por las tardanzasespero disfruten del cap.

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Kisumi miraba atenta e impacientemente como Kirishima Natsuya, el médico personal de la familia Shigino suturaba la herida en su pierna.

—¿Quieres quedarte quieto?— lo riñó el castaño, él estaba ansioso por llegar a casa, donde lo esperaba el apasionado Matsuoka Rin para tener una sesión de sexo del bueno.

—Es tu culpa por ser tan lento — se quejó, Natsuya lo miró con fastidio con sus ojos color miel iguales a los de su hermano menor, que da la casualidad era el médico personal de la familia Yamazaki. O tal vez no era para nada una casualidad por parte del menor.

—Tu eres el que ha entorpecido mi trabajo con tu inquietud. — se defendió el mayor.

Kisumi no dijo más nada, Natsuya tenía razón, estaba demasiado impaciente ¿Que era diferente a las veces anteriores? Normalmente no le hubiera importado hacer esperar a sus conquistas, algo era diferente esta vez.

No sabía que era, pero estaba ahí.

Natsuya finalmente le dejo libre, diciéndole que no se esforzara de más porque se le abriría la herida.

Kisumi no pudo prometer eso, porque lo más seguro era que hiciera un maravilloso esfuerzo al llegar a casa. 

De camino a su penthouse, Asahi no dijo nada hasta que estuvieron estacionados frente al edificio.

—Te das cuenta que pudiste haber muerto por un descuido. — le dijo serio el pelirrojo como pocas veces lo estaba.

Kisumi no respondió, Asahi estaba en lo cierto, pudo haber muerto por su estupidez.

Él no le tenía miedo a la muerte, cuando eres un yakuza convives  tanto con la muerte que terminas aceptándola como tu fiel compañera, esa que siempre esta ahí por más que la evadas, por más que la eches.

Pero no descansaría en paz hasta destruirlos, él no se perdonaría si hubiera muerto sin cobrar venganza.

Su único arrepentimiento a la hora de morir luego de cumplir su objetivo, sería dejar solo a Hayato.

—¿No dices nada en tu defensa? Sabías que tenías todas las de perder, la mejor opción era retirarse— continuó Asahi— ¿Por qué? Tu eres mejor que eso, Kisumi— una vez más el pelirrosa no dijo nada.

—¿Podrá ser que te has cagado tanto que no te salen las palabras?— preguntó con sorna el pelirrojo, haciendo que una  vena brotara en la frente del pelirrosa.

—¿Quieres cerrar la puta boca?— gruñó — No tengo nada que decir, esta vez me deje ganar por mi sed de sangre.— admitió el pelirrosa— me ganaron las ganas de ver el cadáver de Makoto tendido en el piso con la sangre saliendo a borbollones por sus heridas, mezclándose con el olor a pólvora. — el tono de voz del pelirrosa era frío, en cada una de sus palabras se podía sentir su sed de sangre, Asahi se arrepintió en ese momento de hacerlo enojar. — me dieron ganas de ver como la luz escapaba de sus ojos. Ah, podía escuchar las rodillas de Sousuke estrellándose contra el piso al ver su inerte cuerpo tendido, y ver la mirada de furia e impotencia en su rostro mientras piensa “Si hubiera llegado un minuto antes.. "— decía Kisumi extasiado.

— O lo que podrías escuchar es el disparo saliendo de su arma mientras te agujerea la cabeza esparciendo tus sesos por el lugar— comentó Asahi con burla para intentar romper el pesado y sanguinario ambiente que se había instalado.

Mi amado yakuza [Makoharu-Sourin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora