Abrí los ojos. Lo primero que vi fue a Marc. Estaba sentado en una silla mirándome. Genial. Intento escaparme de él y esto es lo que pasa. ¿Por qué todo me sale mal?
Estaba en una habitación de hospital. Sí. Me había chocado. Parece ser que tenía todas las partes del cuerpo. Tan sólo me debí de desmayar. Nada más incorporarme Marc comenzó a hablar.
- Te chocaste contra otro coche. Has estado 48h en coma. - Dos días... No me había enterado de nada. ¿Será esa sensación la que tenga cuando me muera? Ya lo sabré en su momento.
- ¿Lo sabe mi madre? - fue lo primero que me vino a la cabeza.
- Tan sólo tienes una leve contusión. Nada importante. Tus órganos están perfectos y tu coche ya está arreglado y guardado en el parking del hospital. - dijo él ignorando mi pregunta.
- Te he preguntado sobre mi madre. ¿Ella lo sabe? -insistí.
- Pronto te darán el alta. Ten claro qué vas a hacer la próxima vez que te escapes de mí, pero volar a Minnesota no es lo mejor. - dijo saliendo de la habitación.
Parecía que se hubiese preparado ese discurso. Genial. Ahora tenía a un acosador enfadado. Adiós a mi oportunidad de liberarme.
Grano de arena: ¿Es que a caso no puedo hacer lo que me de la gana sin que nadie esté detrás de mí todo el rato? Vive y deja vivir.
Si no fuese porque unos cables me unían a una máquina y tenía el trasero al aire por culpa de que la bata que me dieron me lo dejaba completamente al descubierto, saldría a buscarlo. Lo mínimo sería pedirle perdón. Me había comportado como una estúpida.
En la mesa que tenía al lado de la cama estaba mi móvil. Le mandé un mensaje a Marc para que por favor, viniese. Ignoré los otros mensajes. La verdad, cada vez me llegaban menos. ¡Gracias por dejarme en paz!
Un minuto después apareció. Me pude fijar en que tenía unas ojeras que delataban su cansancio y unas bolsas bajo los ojos que indicaban su faltan de sueño. Me sentí culpable.
- Tan sólo quería pedirte perdón... Me comporté como una verdadera niñata. Me habías asustado. Me conocías desde hace mucho y yo tan sólo desde hace un par de días. Me sentí rara...
- Te entiendo. Me abalancé mucho y me aceleré. Veía que mis semillas daban su fruto y estaba muy contento. Siento haberte hecho sentir así...
Nos dimos un abrazo y justo la enfermera entró. Tenía buenas noticias. Ya tenía el alta. Me desenchufó de la máquina y me dejó ir.
- Por cierto, soy el único que lo sabe -dijo Marc- hackeé el sistema informático. Esto desaparecerá de tu expediente. - se lo agradecí mientras me reía.
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DAKOTA
AdventureUna adolescente ideal, saca buenas notas, hace deporte, toca el violín. La hija perfecta. Todo estaba genial hasta que por un indestacable motivo de los muchos que se llevaban acumulando durante años decide romper su rutina. Irse. Nada volverá a ser...