Volvimos al hotel a las 19:30 y subimos a nuestras habitaciones. Yo me duché y puse la lavadora con la ropa del gimnasio y la de el propio día. Me puse unos shorts deportivos negros y una camiseta tie dye. Puse mi móvil a cargar y cogí mi portátil. Estaba a punto de encenderlo y Marc ya estaba llamando a mi puerta. Me dijo que era importante, así que esta vez lo dejé pasar. Me senté en la cama y él se quedó de pie.
- ¿Te acuerdas de mi ex-novia?
- Sí. - no tenía ni idea, espero que no se hubiese notado mucho.
- Hemos vuelto. - ya me acuerdo. Este chico es un poco tontito... - Me ha perdido perdón.
- ¡Me alegro mucho! - la verdad es que sí, porque así podría ser mi mejor amigo. Lo malo es que esa tía no me daba buena espina... Como casi todas, la verdad.
- ¿Puedes ser sincera? - suplicó él, y ya que me lo pidió así no me quedó otro remedio.
- Después de ponerte los cuernos con tu hermano, no me parece normal que todo siga como si nada. Pero haz lo que te haga más feliz.
Grano de arena: voy a hacer lo que me haga feliz. No me lo impidas, porque eso me pondrá triste. Si me quieres querrás que sea feliz.
- Vale, era para ver cómo reaccionabas. No he vuelto con ella. No lo haría nunca. No soy tonto. - mierda.
- Te apoyaré en tus decisiones, no importa cuáles sean. - intenté ser lo más maja posible. Se sentó en la cama y me abrazó.
- ¿Te apetece bajar a la piscina?-pregunté
- ¡Sí! - dijo él animado.
- ¿En cinco minutos estoy en tu habitación? - se empezó a reír, no entendí por qué, la verdad.
- Mejor al revés, ya que cinco minutos tuyos pueden llegar a convertirse en 25 - vale, ya lo entendí. Le dije que sí, que no había problema.
10 minutos más tarde ya estaba lista llamando a la puerta de su habitación. Era raro que no hubiese acabado. Me abrió la puerta y me invitó a pasar haciendo un gesto con la mano. Él aún no se había cambiado. Estaba hablando por teléfono. Parecía preocupado. Unos 5 minutos más tarde colgó el teléfono. Le resbalaba una lágrima por la mejilla. Tragó saliva y me se dirigió a mí.
- Lo han matado.

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DAKOTA
AventuraUna adolescente ideal, saca buenas notas, hace deporte, toca el violín. La hija perfecta. Todo estaba genial hasta que por un indestacable motivo de los muchos que se llevaban acumulando durante años decide romper su rutina. Irse. Nada volverá a ser...