12.

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Estaba muy nervioso, corriendo de un lado a otro de su habitación indeciso sobre qué debería ponerse para no desentonar en el grupo de jóvenes con el que iría.

Sabía perfectamente que su delgado cuerpo camuflaría sin problemas su edad, pero había nacido en la década anterior a esos muchachos de hormonas descontroladas y su mentalidad era distinta a la de ellos.

Lo único que sabía de seguro era que los seis que iban a quedar eran muy aficionados al sexo homosexual y poco convencional, pero claro, no iba a llegar el primer día y follárselos a todos porque primero, él no va tan rápido en la vida real a diferencia que en la aplicación, y segundo, no debía olvidar que estaba casado y no le pondría lo cuernos a Hoseok.

Decidió finalmente ponerse lo primero que pilló y esperar agradarles a los chicos, aunque si no era así tampoco era un problema para él. Jimin ya le esperaba fuera ya preparado y avisando con su teléfono móvil a sus amigos.

Padrastro e hijo se dirigían al parque donde habían quedado. El rubio recordaba risueño el tiempo en el que él tenía sus amigos también y quedaba con ellos en parques como al que iban, todo esto era como revivir aquellos viejos tiempos y eso le agradaba.

Habían quedado para ir al estudio que el grupo de jóvenes tenía en alquiler, allí los chicos practicaban baile sobretodo, pero también pasaban el tiempo con otras cosas más interesantes.

El par llegó al lugar y pocos minutos más tarde llegaron los cuatro chicos que faltaban. Yoongi se detuvo a analizarlos a cada uno de ellos, uno no despegaba su mirada del móvil, dos de ellos llevaban sus manos unidas y el otro... El otro jodido chico era Taehyung. Casi se le saltan los ojos al verle tan de cerca, no se lo esperaba, tampoco estaba preparado para encararle aún, pero allí estaba él mirándole de esa sucia manera que en otra ocasión le hubiera puesto a cien, vale, en esa también le calentó, pero debía mantener el control de su miembro.

Se presentaron pacientemente, poco a poco, mientras iban al estudio. La primera impresión que se llevó de ellos fue buena, no eran los típicos idiotas que consumían sustancias extrañas. Eran buenos chicos que se trataban de forma excesivamente cercana entre ellos, no tenían pudor en palmearse el trasero, o darse un agarrón en sus partes, o darse una mordida en el cuello. Yoongi estaba sorprendido de lo bien que se lo pasaban calentándose entre ellos, y no parecía importarles estar en plena calle. En cierta manera les tenía envidia.

El estudio era un lugar cerrado en el interior de un edificio bastante alto, el suelo era de madera y una de las paredes era un espejo enorme, había también una nevera, sillones y colchones, entre otros objetos.

Al llegar el que era el menor de todos junto con la pareja se habían ido a otra sala mientras que él se había sentado en los sillones con Jimin y Taehyung, que estaban abrazados con el brazo de  este último sobre los hombros del más bajo.

- De todas las personas de la ciudad tenías que traerme con Taehyung. - Yoongi no quiso sonar grosero, solo era una medio-broma, porque su mala suerte parecía estar activa jodiéndole.

- Que malo eres sugarcito. - Taehyung hizo un mohín pero fue ignorado por mayor de allí.

- Appa, Taehyung y yo somos mejores amigos desde pequeños. Por cierto, sé que ya se conocían, Taetae me ha contado. - Yoongi no tenía más que maldiciones contra el idiota Kim por atreverse a divulgar sobre ellos, sobre lo que hacían.

- Desde que Jimin me dijo que se mudaría con su padre y luego tú me dijiste que tu hijastro iría a vivir contigo, até cabos y ya ves que graciosa casualidad. La vida nos quiso juntar Yoongi~

El intento de tono dulce e inocente del menor estaba enfermando a Yoongi porque sabía que el tipo era de todo menos inocente y se las estaba dando de bueno en sus narices.

- Bueno... Supongo que no pasa nada porque sean amigos, pero más os vale no contarle a nadie nada.

- Claro que no Appa, tenemos un trato.

Taehyung no comprendía de lo que hablaban pero básicamente le importaba una mierda. Tenía a la persona que le gustaba frente a él, con sus delgadas piernas cruzadas, el ceño fruncido y un ligero puchero en sus labios. Yoongi era tan enojón como adorable.

Kim tenía un problema con sus sentimientos, se estaba enamorando cada vez más del rubio veinteañero, no es que se hubiera resistido a enamorarse pero no sentía que era un enamoramiento fugaz de adolescente y eso le asustaba. Ya se había imaginado una idílica vida, unos planes de futuro, junto a Yoongi pero todo quedaba en un borrón oscuro cuando recordaba la realidad que le atormentaba. El mayor estaba casado con otro hombre.

A pesar de eso, y por muy inmoral que fuera, Taehyung no dejaría de coquetear con el mayor y, si en el futuro consiguiera que terminase su matrimonio, no se sentiría mal por ello. Bastardo rastrero, sí, el amor te hace así a veces.

Cuando Yoongi llegó a su casa en la noche se fue a duchar y a la cama sin siquiera cenar. Entre una cosa y otra los chicos consiguieron convencerle de bailar con ellos y de beber un poco de alguna bebida alcohólica que tenían en la nevera. Estaba agotado físicamente y confundido mentalmente.

Juraría que no había bebido mucho alcohol, pero tenía demasiadas lagunas en su memoria, una en especial era la que más le inquietaba.

¿Besó a Taehyung en el baño del estudio o fue una ilusión producto de su imaginación o del propio alcohol?

I met you in the chat [ 태기 ] Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora