Parte 2
Rodrigo
Abrí los ojos aquella mañana de viernes pensando en que algo, lo cual me cambiaría la vida por completo, estaba a punto de suceder. No tenía idea de qué era, pero lo presentí apenas pestañé por primera vez. Por otro lado, las vacaciones de verano habían llegado, era finalmente el último día de escuela.
Soy Rodrigo, por si te lo preguntabas. Tengo 19 años, y seguía en la preparatoria porque dejé de estudiar cuando me detectaron cáncer. Tuve una vida común y corriente hasta los 16 años cuando me encontraron una pequeña y no muy desarrollada anomalía en el páncreas, provocado por la herencia, ya que era rarísimo que alguien de mi edad la tuviera. Desde ahí supe que, tal vez, era más especial de lo que pensaba. Tenía un cáncer extraño y no sólo eso, si no que me curé después de un año y medio de muchas citas con doctores, medicinas y la maldita quimioterapia. Salí como un campeón cuando me declararon sano y mi familia decidió dejar toda esa mala etapa atrás y empezar algo nuevo en la casa que mis abuelos nos heredaron en vida. Aunque por lo menos yo, me lo tomé más como un premio por haberme curado, pero mis papás no lo vieron de la misma manera. Mi vida no había sido tan diferente desde aquel día, pero tampoco había sido igual. Varias cosas no salieron como uno espera que salgan. La vida te sorprende de una manera digna de ser vida y de lo que otra gente te puede decir que sorprende. En eso yo era igual que los demás, la vida me había golpeado fuerte y a veces muy apenas me había tocado, pero aun así, me había hecho algo. Y como decía mi papá: «La vida es como un restaurante: no debes de irte sin antes pagar».
Todas las mañanas me levantaba a las cinco para ir a correr por media hora, corría por toda mi colonia. Eso me ayudaba a despejarme y a mantenerme en forma. Al llegar a mi casa despertaba a mi hermano Patricio; él no es cómo yo en muchos aspectos, ni siquiera físicamente, él es pelirrojo y es dos años más chico. Él tenía ya diecisiete años. Mientras Pat seguía babeando la almohada, yo me bañaba, me hacía y le hacía algo de desayunar, y al terminar, ya estaba listo para ir a la escuela. Mi hermano casi nunca tenía tiempo para bañarse por lo tarde que se despertaba. A las 6:40 tomábamos el camión para la prepa, él tomaba uno diferente al mío y no nos veíamos hasta la tarde cuando llegábamos de la escuela.
—Suerte —dijo cuando llegó su camión primero.
Levanté la mano y la agité en el aire. Al mirarme él, le guiñé un ojo. Patricio llevaba su lonche en la mano.
En el camión me encontraba con mis amigos de la prepa, Lalo, Edgar y Carlos. Me consideraba alguien amable la mayoría de las veces, pero sincero en otras. Mi mamá me decía que cambiaba mucho dependiendo de con quién estuviera, pero yo no creía eso. Pero era inevitable que no cambiara cada vez que estaba con Bárbara, ella era mi novia y era la más hermosa de toda la preparatoria. ¿Has estado alguna vez enfrente de una mujer que al verla caminar sientes como si el tiempo pasara lento, y su cabello se moviera más de lo que debería? Bueno, seguramente si hubieras visto a Bárbara también te hubiera pasado eso. Ella tenía ojos bonitos, cabello rubio y largo, unas mejillas siempre coloradas igual que sus carnosos labios que eran tan dulces como un gelato. Los ojos eran para mí lo que más importaba en una mujer, pero siéndote sincero, los ojos de Bárbara no eran los más bonitos que vi en mi vida. Los ojos más bonitos eran los de Citlally. Antes ella y yo solíamos ser muy buenos amigos, pero las cosas comenzaron a ponerse extrañas, y bueno... Eso lo dejaré para después.
Bárbara era la más bella de la escuela, según casi todos. Era como una encuesta no hecha y no necesaria, ya que sólo se necesitaba verla para saber y estar seguro que no había una mujer más hermosa a un kilómetro de distancia. Pero como toda chava guapa de prepa, tenía una fama de prostituta barata y sidosa, difícil de borrar y de ignorar, pero bueno, no se puede tener todo en esta vida.
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Lo que no es para siempre (Cosas que no duran #2)
RandomCualquiera pensaría que Rodrigo es feliz con su vida. Tiene la novia más bonita de la escuela, tiene los mejores amigos, es súper popular, guapo y siempre está en las mejores fiestas. Rodrigo y la vida no se deben nada, sin embargo, ésta tiene tanta...