Lo que no es para siempre (Cosas que no duran #2)

Capítulo 27

Hoy sólo me ha pasado una cosa buena: Terminé de escribir las canciones que tenía planeadas escribir, pero de ahí en fuera, todo se ha ido por el desagüe. Citi se enfermó por el cambio de clima y entonces llora mucho. Mi mamá está muy estresada porque los doctores no notan mejora en mi cáncer. Y porque mi estado de ánimo es una montaña rusa. Ellos no me lo han dicho, pero estoy casi seguro que casi me declaran: terminal. La directora llamó a mi mamá y le dijo lo que tanto temía: «Rodrigo ya no puede seguir viniendo a la escuela, está demasiado enfermo». Y eso es una mierda total.

Hoy no te hablaré en pasado, porque ya te he contado todo lo importante que me ha sucedido, creo que a partir de ahora te tendré que hablar en presente. Claro, si es que los milagros existen y logro salir de ésta. Trato de ser positivo, lo prometo. Finchè c' è vita, c'è speranza.

Citlally ha estado súper triste estos últimos días, y sé que es por mi culpa. Cuando viene a verme no hace otra cosa más que revisar su celular y no puede casi ni decirme dos palabras sin echarse a llorar. La verdad es que mi voz ha cambiado mucho, los medicamentos lo provocaron. Me cuesta hablar rápido y claro como antes. Y ya no soy Rodrigo Castillo, parezco el fantasma de Rodrigo Castillo y es que si fuera ciego, estaría casi seguro que ya estoy muerto. Pero no lo estoy y no dejo de pensar en que ojalá lo estuviera. A nadie le gusta sufrir y considero que de una manera, estoy sufriendo.

He soñado con mi papá un par de veces más y lo único que me dice es: «Ven conmigo, por favor, Rodrigo» pero yo no quiero ir con él. Yo quiero vivir. Pero ¿a quién engaño? Lo que hago ya no es vivir. Mi mamá me dice que descanse y no salgo a ningún lado, lo bueno es que sí puedo recibir visitas y una de ellas fue Carlos el otro día, él ya tiene novia, por si te lo preguntabas. Ella vino a verme una vez, junto con Carlos y es súper linda. También vino Jackeline, algunos amigos de la otra prepa y secundaria.

—Te edité una foto, Rodrigo —dijo Jackeline y me entregó una foto bastante grande en donde salgo sentado en unas escaleras, soltando una carcajada y con un suéter azul y pantalón de mezclilla. A mis lados estaban Lalo, Edgar y Carlos, pero Jackeline borró la cara de Lalo con un plumón. Me alegró ver esa foto, me dio esperanza por un segundo. Le agradecí con lágrimas en los ojos. Y ahora, tengo mi cuarto lleno de cartas, globos y flores. Pero ni rastro de Bárbara ni Lalo. Edgar no me ha dicho nada de ellos. Una vez le pregunté, pero se limitó a cambiar de conversación.

Estoy feliz de tener tan buenos amigos, al final, sé que los verdaderos amigos están en este tipo de momentos, en los buenos y en los que te estás muriendo. Sólo ellos me hacen recordar mi vieja vida, ellos me hacían recordar que yo no soy el cáncer, si no que el cáncer es lo que es gracias a mí. Pero cada vez abarca más parte de mí, la cirugía no lo detuvo y la quimioterapia tampoco lo está haciendo.

El otro día estaba en la computadora viendo todas las fotos que tenía en mi Facebook. Vi la que me dio Jacky impresa, y un montón de otras. Se me derramaron las lágrimas cuando recordé esas fiestas y esos momentos.

—¡Cómo desearía volverlo a vivir!—exclamé con una sonrisa.

Ojalá la vida diera segundas oportunidades. Tú sabes, vivir otra vez la misma vida con la consciencia de lo que debes hacer mejor. Pero posiblemente no las da porque las decisiones que se toman son las que están destinadas a ser. Si la vida me diera otra oportunidad, trataría de no desperdiciarla. Lo juro. ¿Tú lo harías? ¿Tú desperdiciarías tu segunda oportunidad?

Yo haría muchas cosas con una nueva oportunidad. Aprendería más idiomas de los que aprendí. También haría más amigos. Besaría más veces a Citlally. Le diría más veces a mis papás cuanto los amo. No golpearía a Patricio y tampoco lo provocaría para que él lo hiciera. No permitiría que ningún animal drogadicto lastimara a Cit. No dejaría que nada malo les pasara a quienes amo. Eso es lo que haría. Te lo juro, que eso es lo que haría.

Quiero que sepas que le escribí tres canciones a Citlally, una a Ana (a pesar de que no hablé muy bien de ella en la canción) otra a Bárbara, una a mi mamá, otra a Patricio y dos a mis mejores amigos Carlos y Edgar.

Me tardé mucho en una de las canciones que le escribí a Citlally, el ritmo era difícil. Anoté los acordes en todas las hojas de las canciones. Espero que les gusten. Puse todo mi amor en ellas, y espero que ese amor se escape por las páginas de estas hojas arrugadas que les daré.

¿Por qué las hojas están arrugadas? Bueno, según mi idea, cuando alguien cambia a otra persona, la cambia como lo hace la fuerza aplicada en una hoja de papel ¿sí? Quiero que ellos entiendan que ellos son mi fuerza aplicada y yo soy su papel. Yo fui modificado por ellos, por sus enseñanzas, sus palabras o simplemente por sus existencias. Ellos arrugaron este papel.

Nada es eterno, lo sé. Pero, Dios, qué suerte he tenido de encontrarte a ti, Citi bebé. Qué suerte he tenido de conocer a Citlally. Qué suerte he tenido de pasar por todo lo bueno que he pasado.

Soy una persona afortunada, dentro de todo. Creo que soy la persona más afortunada del mundo por lo bueno que viví. Y estoy feliz. Todos tenemos problemas, pero no quiero que ellos me quiten todo lo que la vida y esas personas me dieron. Y ahora que sé que soy feliz, es cuando debo irme. Por eso a veces creo que debería de morirme ya, para que mi mamá no esté sufriendo, ni Patricio, ni Citlally, ni yo.

Quiero darle en persona a Citlally lo que le hice. No quiero algo exagerado ni dramático en un funeral. Me imagino la escena y no pienso más en que se vería como la escena de una novela barata. Se las daré y le explicaré por qué escribí todo aquello. No quiero malinterpretaciones.

Ah y también, terminé el libro de Cometas en el cielo. Me gustó bastante, deberías leerlo alguna vez. Me hizo pensar en Citlally, de hecho. Aquel:

«Por ti lo haría mil veces»

Me puso a pensar y sí, es cierto.

Yopor Citlally lo haría todo mil veces y sé que ella también por mí.