- ¡Mi'erda! Yo voy, tu quédate y no te muevas de aquí- Corrió hacia allá- ¡Cualquier cosa ya sabes a quién llamar!- Gritó metiéndose en el gentío.
-Pero no traje mi teléfono- Dije para mí misma cuando lo veía perderse en cumulo de gente.
Luego de unos segundos pude ver como Liam se encontraba en el medio mientras hablaba con un enorme hombre que se veía que tenía unas ganas gigantescas de saciar toda su rabia con cualquier chico indefenso que lo sacara de quicio.
-Esto no va a acabar bien- Susurré despacio.
-Tienes razón- Dijo una voz tras de mí.
-¿Te conozco?- Pregunté viendo al entrometido chico.
-No- Me volteé.
-No seas amargada- Dijo con un tono que fue imposible no reconocer.
-Lo siento- Le sonreí al afeminado chico.
-Descuida linda- Bebió su soda- De todas formas aquí las peleas no duran mucho.
-¿Cómo qué no duran mucho?- Pregunté viendo como el mastodonte se le acercaba peligrosamente a mi novio.
-Bueno, tú ya sabes amiga- Levanto ambos hombros.
-No, no sé.
-¿Tú no vienes muy seguido acá, cierto?- Yo negué con la cabeza- Se nota, no pareces el tipo de chica que le gusta ver las peleas- Agitó su dedo índice de lado a lado- Entonces… ¿Por qué estás aquí?
-Solo caminaba con mi novio por aquí y de repente aparecieron ellos intentando golpear a mi ex novio- Apunté al del cabello rizado- Y bueno ahora mi novio está metido ahí también.
-¿Cuál es tu novio?- Dio un largo sorbo a su soda.
-Él castaño de polerón azul- Lo indiqué con el dedo.
-¿¡Qué!?- Escupió sobre la ventana de un auto que pasaba- Vamos- Me jaló del brazo llevándome donde estaban ellos.
-¿Por qué me llevas hacia allá?- Hice fuerza para que él me soltara.
-Para evitar que mi novio rompa la linda cara de tu novio- Dicho eso no me resistí y me deje llevar por la delicada mano del chico.
-¡Suplícame más imbécil!- Le dijo el enorme hombre a Liam mientras Harry a su espalda trataba de golpear al corpulento con el que Liam por culpa de él estaba teniendo problemas.
-No te voy a suplicar- Oía decir a Liam mientras se cruzaba de brazos colmando la paciencia del matón.
-Mira muñequito, me ruegas de rodillas en el piso o simplemente no vuelves a ver jamás en la vida a tu amiguito- Liam se puso rígido como piedra.
-No te rogare por nada, menos de rodillas- Se volteó a ver Harry- Y él se va conmigo.
-¡Bruce, déjalo!- Liam me miró extrañado al verme llegar con aquel chico desconocido.
-¿Por qué?- Dijo en un tono calmado- Te he dicho que no te metas en mis peleas, son mis peleas- Recalcó la palabra “mis”.
-Pero no te metas con mis amigos- Imitó su gesto con la palabra “mis”
-¿Los conoces?- Preguntó el gigante mirando a Liam y Harry quienes miraban totalmente perdidos.
-Claro, te hablo todo el tiempo de ellos amor- Mintió.
-¿Enserio?- Él asintió.
-Es que nunca me escuchas cuando te hablo- Comenzó a llorar falsamente.
-Yo… Lo lamento cariño- Lo abrazó con ternura.
-Déjalos ir, por favor- Dijo… como-sea-que-se-llame.
-Está bien, solo por ti Steve.
Steve me miró sonriendo, y lentamente su vista se fue dirigiendo a mi espalda dejando ver como su boca tomaba la forma de una gran y pronunciada “o”
-¡Corre!- Tomo mi brazo y me tiró hacia la vereda.
Por alguna razón corrí con él a pesar de oír a Liam gritando mi nombre, en ese momento extrañamente confié más en ese desconocido homosexual que en mi propio novio.
Steve me llevo hacia un bar que se encontraba justo en frente, nos metimos dentro y desde la ventana de cristal del local al igual que todos los del bar nos dedicamos ver como la policía llegaba acorralándolos con sus patrullas.
-¡Liam!- Grité viendo como uno de los policías lo atrapaba con suma violencia.
-No vallas- Me detuvo cuando yo ya estaba por abrir la puerta y salir corriendo en su defensa.
-¡No puedo dejar que se lo lleven!
-Si vas te llevaran a ti también.
-No me importa- Tomé de nuevo la manija pero él nuevamente me detuvo.
-No sabes cómo funciona esto- Apuntó afuera- Solo han atrapado a tu novio, al de rulos y a esos otros dos chicos- Lo miré confundida sin sacar la mano del mango de la puerta- Solo son cuatro pero si sales tú ya son cinco, y para la policía con cinco detenidos la pelea deja de ser una simple pelea.
-No entiendo- Solté la puerta.
-Puedes quedarte aquí y dejar que se lo lleven para que no pase más de doce horas en una celda o… puedes salir y pasar como mínimo unas veinticuatro horas encerrada con delincuentes y borrachos.
No lo pensé dos veces, tomé la opción más estúpida para cualquiera de los que estaban ahí pero no para mí, para mí era la correcta.
Miré a Steve y le susurré un “Gracias por todo” para después salir corriendo y darme cuenta que era demasiado tarde, no había nada que pudiese hacer, los carros policiales ya no estaban al igual que Liam y Harry.
¿Qué más me queda hacer? Estoy sola, sin teléfono y bueno… sola.