El Alpha Enfermo

Te rechazo

Douglas tragó saliva y fingió una sonrisa sin saber que la gruesa gota de sudor que bajaba lentamente por su sien desenmascaraba su nerviosismo, en cuanto al mastodonte este murmuró algo parecido a "perro" entre dientes mientras estudiaba con cautela el nudo que tenían mis manos.

Donovan y Sander observaban a Cohen quien, con semblante cansado, se pasaba las manos cubriendo así su cara de bebé.

-Llévatela  al pasillo- indicó suspirando a lo que Sander se ajustó el traje antes de acercárseme.

-No tú- gruñó molesto sin quitar las manos de su cara haciendo que Sander se detuviera bruscamente a mitad de camino- Donovan.

El rubio se apresuró a mi lado y me envió una mirada de disculpa antes de jalar mi brazo, yo por mi parte no puse mucha resistencia primero porque ya había llegado a la conclusión de que mis posibilidades de escape en este preciso momento eran nulas y segundo porque la esencia de cierto lobo me mareaba al punto de nublar todos mis sentidos.

Al cerrar la puerta Donovan me soltó y se apoyó en la pared.

-Esta no debió haber sido la mejor presentación.

Bufé mirándolo con todo el recelo que mis negros ojos podían demostrar.

-Ya sé a lo que juegas- escupí- todo eso de guardián bueno es estúpido ¿Por qué no te muestras como la verdadera basura cómplice de secuestro que eres?

Él frunció el ceño y, mirando al suelo sin emitir sonido alguno, se sumergió en sus pensamientos.

-Cobarde- bufé nuevamente apoyándome con desgana en la pared y dejándome caer hasta el frío suelo.

El sonido de voces alteradas se escuchaba dentro de la habitación en la que tan solo hace unos minutos yo había estado. Sabía que aún con la puerta doble de madera separándonos si agudizaba mi oído podría escuchar a la perfección la ajetreada conversación así que respirando hondo y conectándome con mi loba cedí a la curiosidad.

-Es una rogue- dijo una voz grave que reconocí como la del gigante Brock- una sinmanada nada digna de ser la luna de nadie, mucho menos de la manada Graf.

-No será luna- habló Cohen con tono gélido- no la mía.

El sonido de un vaso rompiéndose casi me hace tapar los oídos debido a su intensidad, pero por el aullido adolorido de mi loba me di cuenta que el sonido venía de mi interior.

-Pero Cohen...

-Nada Sander ¿La viste acaso?

Escuché entonces un débil carraspeo.

-Si se me permite opinar, futuro Alpha Cohen, las cartas fueron muy expresas al decir que ella...

- ... es su cura. Su mate. Sé lo que dicen tus malditas cartas- Gruñó él con un volumen que casi me hace saltar en mi lugar- las leo todos los putos días desde mi primer síntoma.

Todos los de la habitación cayeron en un sepulcral silencio.

-Aun así ella no será mi luna. Mi lobo bien podrá necesitarla y tus cartas bien podrán dictarlo pero nunca se dijo que debía aceptarla.

-Entonces ¿Cómo planeas mejorar?- preguntó una voz que supuse pertenecía a Sander.

-La tendré aquí hasta que me cure, luego podrá irse.

Maldito idiota.

¿Tenerme a mí hasta que se cure de Luna sabe qué?

En sus sueños. Yo no lo permitiría, mucho menos mi manada.