Gracias a Douglas

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Antes de empezar quiero agradecerles todo el apoyo que he recibido

En una parte de este capítulo me inspiré en una canción que mencionaré en su momento, si pueden escuchenla mientras leen :)

***

-¿Cómo lo hacen en tu manada?- cuestionó de nuevo al ver que no respondía. Su rostro era serio y bajo la luz de las estrellas brillaba esta noche de una manera distinta, por un momento recordé muchas noches frías en el campamento cuando andaba de guardia de la manada junto a Jax, su rostro brillaba de una forma parecida mientras jugábamos inventado historias para pasar el tiempo. Por una corta época incluso llegué a pensar que me gustaba mi mejor amigo por como anhelaba pasar el tiempo con él.

Pero Jax nunca hizo que mi corazón diera el salto mortal que realizó apenas fijé mi mirada en Cohen, mis dedos no picaron jamás con ansiedad por tocarlo, mis labios...

Compórtate. Le gruñí a mi loba.

-Secreto por secreto- dije dedicándole una mirada de escrutinio- yo pregunto algo que me interese saber, si no quieres contestar busco otra pregunta hasta que respondas, luego es tu turno de hacer lo mismo. No puedes hacer preguntas hasta responder la primera.

Cohen se lo pensó por un momento pero asintió decidido a jugar.

-¿Qué son esas manchas que tienes en el abdomen?- dije sin pensármelo dos veces. Cohen me observó con lentitud como tratando de decidir si podía decirlo, yo por mi parte esperaba que encontrara algo que lo animara a compartir la verdad de las manchas que habían estado rondando por mi mente apenas las vi esa tarde en la enfermería.

-Las viste la otra vez- suspiró tan bajo que parecía estar hablando consigo mismo, luego se alzó de hombros- nadie sabe qué son.

-Esa no es una respuesta válida- dije frunciendo mi ceño en su dirección. Sabía que el tema de la enfermedad hacía que Cohen estuviera vulnerable pero por alguna razón necesitaba saber qué estaba pasando con él por algo más que curiosidad.

-Es la única respuesta que tengo- dijo cortante y sentí cómo empezaba a alterarse mientras sus ojos delataban una pizca de la tristeza que el futuro Alpha debía estar sintiendo- solo sé que nadie tiene una puta idea de qué es lo que pasa conmigo.

-Donovan sí- dije acercándome en el mantel- él estuvo leyendo el otro día...

-Donovan lee mucha cosas, la mayoría ciencia ficción pero es mi turno ahora- cortó.

-No me has contado un secreto todavía- dije cruzándome de brazos cual cría que no le daban lo que quería- eso de que nadie sabe qué pasa ya lo sabía, lo dice Douglas todo el tiempo.

Cohen negó con su cabeza mientras una sonrisita divertida bailaba por sus labios.

-¿Quieres un secreto? A  veces odio las estrellas.

Abrí los ojos ante esta confesión mientras Cohen se concentraba en el cielo estrellado, en ese momento parecía el ser más magnético mientras veía las estrellas casi como haciéndoles una pregunta  silenciosa, me preguntaba si él sabía cómo mi loba lo veía en este momento y lo estaba haciendo a propósito porque mi pulso incrementó de repente.

-Según toda la suerte viene de ellas y yo siempre intenté dar lo mejor que tenía con todo el mundo, todo el tiempo estaba preparándome para ser un buen Alpha y ellas en respuesta me dieron esta mierda mientras hay gente que se merece lo peor y están viviendo su vida ilesos. Dime- dijo esta vez viéndome a los ojos- ¿Cómo es eso justo?

Asentí mientras le dedicaba una mirada por mi cuenta a las estrellas que brillaban orgullosamente en la oscura noche, no pude evitar recordar cuando dormí la primera vez en el campamento con Abigail, cuando mis mejillas estaban empapadas en lágrimas y las dos temblábamos todavía por el miedo de la incertidumbre mientras nos abrazábamos intentando conciliar el sueño. Yo también había visto las estrellas como lo describió Cohen, yo también las llegué a odiar.

El Alpha EnfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora