Luz entre oscuridad.

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Capítulo 4

POV Mackenzie.

Papá detuvo el auto en la gasolinera y yo seguí llevando el ritmo de la música, era sábado y eso significaba que tenía mis ensayos en el estudio. Tía Kate había sido muy amable en dejarme practicar ahí, comprar un piano sería un gasto que prefería ahorrarle a mis padres.

- Iré a comprar, ¿Quieres que te compre algo, cariño? - Yo negué levemente. - Enseguida regreso.

Apenas bajó mi mente empezó a pensar en Lucy, era extraño. Bueno, solía pensar mucho en las personas y cómo sería su rostro, pero en realidad estaba pensando en la confusa actitud que tenía. Me las había arreglado para saber lo poco que todos sabían en la escuela durante las dos semanas que llevo ahí. Pero siempre eran las mismas respuestas.

Ella es sinónimo de problemas.
Es extraño que haya sido amable contigo.
Ella es sólo una abusiva más.
No deberías preguntar por ella.
Aunque los chicos que ella me presentó no decían esa clase de cosas, ellos parecían ser amables.
"No creo que ella sea tan mala como todos piensan."
"La gente no le entiende."
"Le gusta hacer bromas, y aunque a veces se le pasa la mano, ella es una buena chica. Una vez me defendió."

Eran algunas de las cosas que ellos decían de ella, la verdad eran las únicas cosas positivas que había escuchado de Lucy. Supongo que había sido amable conmigo por el hecho de ser invidente.

Una vez que mi padre me dejó en el salón de ensayos volvió a casa para poder descansar un rato. Estaba ensayando cuando volví a sentir una fuerte mirada sobre mi.

- ¿Eres tú de nuevo Lucy?

- Empezaré a pensar que tienes un sensor para detectarme.

- Y yo empezaré a pensar que estas acosandome.

- Yo... no estoy haciendo eso.

- Ha sido una broma. - Sonreí levemente.

- Son coincidencias de la vida que me llevan a ti, además de tu talento en el piano.

- Gracias. - Sentí sus pasos acercándose lentamente.

- ¿Te molesta si espero a mi hermana aquí?

- En absoluto. - Sonreí levemente.
Me puse uno de mis audífonos y esperé que la música empezara. Luego del accidente me costó mucho volver a tocar el piano, pero pude desarrollar mi oído lo suficiente y empecé a tocar con ayuda de mi oído, demoraba un poco más que con una partitura, pero sentía aún más la música. El ambiente era tranquilo y Lucy se mantenía en silencio.

- Eso ha sido hermoso. - Sonreí. - Definitivamente eres muy talentosa.

- Gracias, llevo casi toda mi vida en esto. - Pase mis dedos por las teclas sin hacer que sonaran. - ¿Con quiénes almuerzas?

- Con nadie, me gusta estar sola.

- No lo pareciera.

- ¿Por qué lo dices?

- Pensé que eras algo así como una chica popular, muchos hablan de ti.

- Suelo hacer estupideces, no es gran cosa.

- Escuché que en la clase de conducción casi le provocaste un paro cardíaco al maestro. - Ella rio levemente.

- Puede que lo haya hecho, pero eso no es nada.

- Entonces eres una chica mala.

- Se podría decir que sí.

- ¿Y no tienes la compañía de un chico malo?

- No necesito la compañia de un chico, soy una mujer independiente. - Sonreí levemente.

- Me alegra escuchar eso.

- Cuéntame de ti.

- ¿Qué quieres que te cuente?

- No lo sé, ¿Qué haces además de tocar el piano?

- Me gusta leer y prácticar con mi libro de texturas.

- ¿Libro de texturas?

- Es un libro con diferentes texturas, nada muy interesante.

- Nunca había escuchado de algo así, suena interesante. - Sonreí levemente. - ¿Algo más?

- Me gusta tratar de pintar, mi padre dice que mis dibujos parecen obras de Picasso. - Ella rio fuertemente haciéndome sentir bien.

- Estás loca.

- Las mejores personas lo están.

- Buena frase.

- Lo sé. - Sonreí con orgullo. - ¿Qué hay de ti?

- Bueno, sólo traigo desorden y caos al mundo. - Toqué suavemente algunas notas.

- No creo que sea tan así.

- ¿Por qué lo dices?

- No creo que seas una mala persona, quizás los demás no te entienden.

- Una perspectiva bastante diferente. - Ella se quedó en silencio un momento. - También me gusta la música, patinar sobre hielo y perderme en la ciudad.

- ¿Patinar sobre hielo como los de los juegos olímpicos?

- Hago el intento. - Ella soltó una dulce sonrisa. - ¿Sabes patinar?

- Ya perdí la practica. - Me encogí de hombros. - Hablando de práctica...

- Claro, adelante.

Seguí ensayando por un rato, pero sabía que ella se mantenía en su lugar escuchandome, aquello sólo me motivo a tocar mejor como cada vez que tenia audiencia. Cuando terminé me sorprendí al escuchar sus aplausos.

- Eres excelente.

- Supongo que tendré que acostumbrarme a escuchar eso cada vez que termine una pieza, ¿No?

- Que bueno que lo tienes claro. - Ella se sentó a mi lado. - ¿Puedo ver tus ojos un momento?

- Claro. - Dije algo confundida, la gente no solía decirme esa clase de cosas a menos que sean médicos. Ella quitó mis lentes de sol y se quedó en silencio.

Me estremeció sentir sus manos tocando mis cejas, cerré mis ojos y ella tocó con suavidad mis párpados y por un momento la oscuridad se volvió luz. ¿Qué demonios?

- Yo... debo irme. Mi hermana ha terminado su lección. - Ella se levantó rápidamente.

- No, espera. - Traté de detenerle, pero no sabía donde estaba. - Lucy.

- Debo irme.

Ella se marchó y yo tomé mi bastón, no me sentía bien. Debieron ser alucinaciones, no era la primera vez que algo así pasaba, pero la diferencia que las veces pasadas sólo ocurrieron en mi sueño.

Me acercaba a la puerta para llamar a mi tía Kate, pero una conversación llamó mi atención.

- Brooke, sólo vámonos.

- ¿Cómo has hecho algo así, Lucy?

- No tengo ni la menor idea, hablemos de esto en el camino y ni una palabra a papá.

- No te preocupes, tenía eso más que claro. - ¿Por qué ella se comportaba así?

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