POV Lucy
Miré mi habitación sintiéndome realmente asfixiada en ella, normalmente era mi zona de confort y apenas había salido de ahí sólo para ver a Emily cuando me necesitaba y para buscar directamente a Brooke de sus clases, llegaba justo a tiempo cuando estas terminaban. No había querido ir a la escuela en una semana, normalmente no me importaría que la gente hablara de mí si aquel beso se propago por toda la escuela, pero me daba algo de terror la idea de que pensaba Mackenzie por aquel beso, sin duda fue algo tonto, pero una vez más mis impulsos me habían vencido y terminé besandole.
- ¿Puedo pasar? - Mi madre se asomó en la puerta y yo sólo asentí. - ¿Qué esta pasando, cariño? - Ella se sentó en la cama mirándome directamente. - Apenas sales de tu habitación últimamente, normalmente si no quieres ir a la escuela vas a otra parte, ¿Hay algún problema?
- Nada importante, mamá. - Murmuré.
- Estoy preocupada por ti.
- Lo sé y te lo agradezco, pero mis problemas no son los tuyos.
- Entonces si hay un problema... espera, ¿Te gusta alguien?
- Iré a correr. - Me levanté rápidamente entrando al armario para ponerme a la velocidad de la luz mi ropa deportiva.
- Cariño, está lloviendo.
- Mejor aún, será refrescante.
- En serio te debe gustar esa persona para evitar querer hablar con una excusa así, pero bueno. - Ella se encogió de hombros mientras ambas saliamos de mi habitación. - Lleva tu teléfono, ¿Si? - Yo asentí antes de enseñarselo.
Salí de casa rápidamente y supe que aquello era mala idea pues al llegar a la gran entrada del sitio en el que vivía ya estaba más que empapada, odiaba el clima de Seattle. Corrí por la ciudad hasta llegar al parque, fue ahí donde me detuve rápidamente al ver el árbol en el que solía conversar con Mackenzie. Esto iba a ser estúpido, pero se suponía que debía empezar a madurar un poco y hice lo que supuse estaría bien. Busqué su casa.
POV Mackenzie.
Toqué mis labios pensando en aquel beso, nunca había besado a una chica, bueno apenas había besado a un chico. No es que salga con muchas personas, pero... Esto definitivamente fue diferente, se sintió diferente. Ciertamente los labios de Lucy eran suaves, pero aún la confusión de todo esto seguía en mi cabeza abrumandome. He querido hablar con Lucy, pero ha sido imposible pues no ha asistido en una semana a la escuela, me preguntaba si estaba con aquella chica.
Sí, estaba algo celosa de esa chica y me costó entenderlo, pero la verdad era que aunque la idea me aterraba un poco, ella me gustaba. No me aterraba el hecho de que ella fuera una chica, sino que fuera la chica. Lucy era diferente, podía ser tan descarada en momento y luego podía volver a mostrarse tímida y delicada, pero era su forma de ser, sin embargo eso no me aterraba, me gustaba su personalidad, el problema estaba en mí. Tenía miedo de que sólo este jugando con todo esto, y que si no fuera así y se está tomando en serio esto el miedo está en que me deje.
Esperen.
¿Quiero que esto sea serio?
No.
Si.
No lo sé.
Bueno, si lo sé pero no lo quiero decir.
- Cariño. - Escuché la voz de mamá. - Hay una chica buscandote abajo.
- ¿Quien es, mamá?
- No lo sé, pero está empapada y se niega a entrar, si es una de tus amigas dile que pase a cambiarse la ropa, parece tener tu misma talla. - Yo asentí levemente confundida, los demás no sabían dónde vivía, no se me ocurría nadie en particular.
Conocía perfectamente la casa así que era extraño que usara mi bastón, pero caminaba lentamente y con cuidado, tampoco solía confiarme tanto. Además, mis padres habían dejado algunas marcas para avisarme acerca de las escaleras. Normalmente la gente piensa que mi habitación debería estar abajo, pero desde pequeña me gustaba mi habitación y si ahora no la podía ver me daba igual, aquella seguía siendo mi habitación.
- Mmh... ¿Hola? - Tomé el pomo de la puerta sintiendo el frío de afuera.
- S-s-sooy yo. - Su voz temblaba y recordé lo que dijo mi madre. - Necesito sólo un momento para hablar contigo.
- Pero primero pasa.
- No. No importa.
- No era una opción.
- Mojaré el piso.
- Yo puedo limpiarlo. - Escuché la voz de mi padre cerca. - Por favor, adelante. Mackenzie buscale un cambio de ropa y una toalla.
Mis padres le guiaron al baño y yo dejé unas toallas y un cambio de ropa en este mientras se daba una rápida ducha. Me fui a sentar sobre mi cama para esperarle, la espera no duró mucho hasta que oí la puerta del baño de mi habitación abrirse.
- ¿Mejor?
- Gracias. - Le escuché murmurar.
- Ven. - Ella se sentó a mi lado. - ¿De qué quieres hablar? - Claro que sabía la respuesta a eso.- Ambas sabemos de lo que debemos hablar. - Suspiré.
- Yo... Me sorprendí bastante.
- Y yo. - Murmuró. - Digo, yo no pensaba hacer algo así o cualquier cosa. Sólo... Lo hice sin pensar. Lamento si sobrepase los límites, o cualquier tipo de cosa. ¿Podemos olvidarlo?
- Creo que ambas podemos olvidar algo así y continuar con nuestra amistad. - Me las arreglé para tomar su mano. - Sólo fue un beso. - Y hasta yo me sentí algo decepcionada de decirlo.
- Si, sólo un beso. - Murmuró. Una incomodidad creció en el ambiente.
Involuntariamente mi mano acarició su delicada mano y de pronto sentí su tacto en mi mejilla, tragué fuertemente antes de volver a sentir sus labios sobre los míos. Fue un beso suave, y casi podía sentir sus labios temblar, o quizás era yo. No lo sabía, pero si sabía algo.
Me gustaba besar a Lucy.
Pero aquel momento tuvo que terminar pues ese maldito tono de su celular que siempre hacía que ella se fuera sonó.
- Yo... debería irme.
- Por favor, quédate. - Apreté levemente. - Lucy.
- Creo que puedo quedarme un rato más. - Murmuró.
- Yo me refería a que te quedaras esta noche. - Murmuré algo avergonzada.
- Oh, supongo que si.
Cuando llegó ya era tarde y ya habíamos cenado, aún así le di algo de comer y ella lo aceptó con gusto antes de acostarnos. Cuando nos metimos en la cama podía sentir su cuerpo cálido a mi lado, pero así se quedo por mucho tiempo. Cuando sentí su respiración tranquila supuse que se había dormido, y yo debía hacer lo mismo. Cuando me giré para darle la espalda pude sentie su brazo pasar por mi cintura y en un sólo movimiento me había acercado a su cuerpo, no pude evitar sentir un leve cosquilleo en mi estómago por eso.
A la mañana siguiente cuando desperté no sentí su calor corporal, el espacio que ella ocupaba en la cama estaba vacío.
- ¿Lucy? - Le llamé, pero no hubo respuesta. Mi corazón se sintió de una manera extraña al notar que ella se había ido.
Me escondí en mi edredón una vez más para intentar volver a dormir, pero no podía. Sentí la puerta de mi habitación abrirse y yo suspiré.
- Mamá, ya bajaré.
- No soy tu madre. - Su dulce risa llenó la habitación e hizo que ese cosquilleo en mi estómago de nuevo apareciera. - Te he traído el desayuno. Bueno en realidad lo hizo tu mamá, pero yo lo he traído hasta acá. - Sonreí inmediatamente cuando sentí su cuerpo a mi lado. Me senté apoyandome en el cabecero. - Podemos... - Acerqué mis manos a su rostro con cuidado dejándola en silencio, me acerqué lentamente y le besé.
- Muchas gracias.
- Sólo traje el desayuno. - Pude reconocer esa voz que tenía cuando se ponía nerviosa. Yo empecé a comer sin explicarle que le agradecía por quedarse junto a mí.
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Afire Love
Fantasy"Las cosas, eran todas buenas ayer, y entonces el diablo se llevó tus recuerdos, y si hoy caes muerto, espero que el cielo sea tu lugar de descanso."