Cita con el médico.

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POV Lucy

Ella apretó mi nariz haciéndome reír, debía recordar no molestar a Mack cuando este tocando mi cara. Ella tenía su ceño fruncido que le hacía ver tan adorable.

- Eres tan molesta. - Tomé sus manos para darle un pequeño beso en cada palma.

- Es así como me amas, ¿No?

- Lamentablemente sí. - Ella suspiró y yo alcé una ceja. Una alarma sonó y yo revisé mi celular, pero no era el mío. - Uhm, tengo que irme.

- ¿Qué?, ¿Por qué?

- Tengo que ir al médico. - Ella se encogió de hombros.

- ¿Te pasa algo?

- Mhh... estoy ciega, Lucy. - Ella rio y yo sólo rodee mis ojos. - Es sólo algo que debo hacer cada cierto tiempo para ver si estoy apta para un trasplante de córnea.

- Eso es asombroso, Mack. - Ella hizo una leve mueca.

- Es sólo rutina, no es algo que realmente pueda pasar.

- Nunca debes perder la fe.

- ¿Es en serio?

- En parte sí. - Tomé su mano antes de ayudarle a levantarse. - ¿Puedo acompañarte?

- Pensé que tenías una clase.

- Si, pero no creo que a la maestra Fitz le moleste que no asista a su clase.

- No lo sé.

- Después puedo traer un justificante o algo, tranquila.

- En ese caso no veo problema alguno. Vamos, mi papá debe estar afuera esperándome.

Salimos de la escuela sin problema alguno y ahí afuera estaba el auto del padre de Mackenzie. Ahora que lo pienso nunca he sabido que hacen ambos, ellos parecen tener una buena economía, no como la de nosotros claramente, pero era buena. Pero correr con los gastos médicos que tuvo Mackenzie debe significar grandes gastos.

- Roger, - Llamé su atención. - ¿Puedo preguntar en que trabajan usted y Madelyn?

- Ya lo has hecho. - Ambos sonreímos. - Madelyn es maestra de primaria, y yo soy veterinario. - Yo asentí levemente. - ¿Qué hay de tus padres? - Mack apretó levemente mi mano y yo sólo mantuve mi sonrisa.

- Mi padre tiene un banco, más que nada se maneja con préstamos y esa clase de cosas. Mi madre ya no trabaja, pero antes era una activista revolucionaria, ahora sólo se dedica a hacer eventos de caridad.

- Eso es muy sorprendente, Lucy. - Yo me encogí de hombros. - Aunque tus padres parecen ser muy diferente.

- Y lo son, para su sorpresa mi padre es el relajado de la relación. - Él rio levemente antes de estacionar el auto frente a un gran edificio.

- Bueno, es aquí.

Todos salimos del auto y Mack desplegó su bastón, aún así tomó mi mano y fue ella quien me guió por el edificio, al parecer ella lo había memorizado. Cuando llegamos a la consulta del doctor no tardamos en pasar, al parecer había llegado justo a tiempo. El docton Collins se encargó de revisar los ojos de Mackenzie precavidamente.

Sinceramente yo sólo deseaba una cosa, y era que ella pudiese volver a ver. Mackenzie no solía decirlo, pero ella en serio quería recobrar la visión completa y solía menospreciar cualquier esperanza para no salir dañada luego.

Cuando el doctor tomó su pequeña linterna, tomé la mano de Mackenzie y suspiré, quizás podía volver a hacer lo que hice cuando nos estabamos conociendo. Quizás si sólo ponía un poco más de empeño podría lograr que su vista volviera.

- Hey, tus pupilas se han dilatado. - Murmuró el doctor.

- ¿Es eso bueno? - Preguntó su padre.

- Si, significa que sus ojos han reaccionado con la luz, eso es algo inusual, pero ella podría recibir un transplante gracias a esto.

Mackenzie soltó mi mano y frunció el ceño.

- Luego hablaremos. - Murmuró y yo suspiré, ella se había dado cuenta.

POV Mackenzie

- ¿Por qué hiciste eso? - Pregunté apenas la puerta de mi habitación fue cerrada.

- No sé de qué me hablas.

- No me vengas con eso, Lucy. - Me crucé de brazos. - ¿Sabes si quiera lo que acabas de hacer?

- Hacerte parte de la lista de receptores de córnea.

- Además, le has dado esperanza a mis padres. Eso no funcionará, Lucy.

- Yo sólo ayudé un poco, claro que funcionará. Yo puedo hacerlo funcionar.

- ¿Por qué estás tan segura de eso?

- Porque puedo hacer que al menos tus pupilas reaccionen, quizás si práctico un poco más yo pueda...

- No, Lucy. No quiero nada de eso, ¿Entendido? - Suspiré sentandome en mi cama. - Entiendo que quieras ayudarme, y te lo agradezco, en serio. Pero yo no quiero que te involucres en algo que luego te arrepentirás.

- Con verte feliz es suficiente para mí.

- Lo estoy, Lucy. Y es porque estás junto a mí. - Ella se sentó a mi lado. - No quiero perderte por algo así.

- Nunca me perderás. - Ella capturó mis labios en un beso suave, llevé mis manos a su cuello para atraerle aún más.

El beso empezó a subir de tono y sus manos se acomodaron en mi cintura mientras yo subía sobre su regazo a horcajadas. Pude sentir sus manos tocando la piel de mi abdomen provacando un escalofrío en mí. Sus labios empezaron a bajar hacia mi cuello y yo acaricié su cabello.

- Lucy.

- ¿Mmh? - Murmuró.

- Debemos parar.

- Lo sé. - Su aliento caliente chocó con mi cuello.

- ¿Es normal que no quiera?

- Si. - Ella volvió a besar mi cuello, pero esta vez sentí una leve mordida en él.

- Lucy, dejará una marca. - Tomé sus hombros y escuché su dulce risa.

- Lo sé, Mack.

- Eres cruel.

- Soy toda una diablilla. - Ella bromeó haciéndome reír.

- ¿Quieres quedarte a dormir esta noche?

- Después de esto no creo que pueda literalmente dormir contigo esta noche y si se supone que llevaríamos las cosas en calma sería mejor que vuelva a casa.

- Puedes dormir en la habitación de invitados. - Hice un leve puchero.

- No hagas eso, cariño. - Sonreí levemente por su apodo. - De todas formas debo volver a casa, seguramente mi padre querrá hablar conmigo por lo de esta tarde y no quiero que enciende tu casa u algo.

- ¿Encender mis cosas?

- A veces las discusiones con mi padre pueden ponerse calurosas, literalmente hablando.

- Está bien. - Suspiré rendida. - Procura que no te encierre esta vez.

- Y tú procura no romperme el corazón si eso pasa.

- Me haces sentir mal.

- Solo bromeo, cariño. - Ella besó mi frente con cuidado. - Te amo.

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