POV Manckenzie
Todos estaban en su clase de gimnasia así que yo estaba en la biblioteca tratando de concentrarme en otra cosa que no fuera Lucy, pero me era casi imposible. Su confesión vaya que me había tomado de sorpresa, pero de cierta forma me explicaba algunas dudas que había tenido todo este tiempo. Aún así sabía que ella no era mala, ella seguía siendo Lucy y me había tomado dos días entenderlo. Era como salir con la hija de Hitler, un ser odiado por muchos admirado por algunos idiotas, pero su familia no debía definir quien era ella, aunque ahora me explicaba algunas características de su personalidad.
La puerta de la biblioteca se abrió y escuché lentos pasos acercándose a mí, la silla que estaba a mi lado fue movida y pude reconocer aquel familiar aroma.
- Mack, debemos hablar. - Escuché un fuerte suspiro. - Entiendo si quieres tomar distancia conmigo y esas cosas, pero no le puedes decir a nadie.
- ¿Me crees capaz de decirle algo así a alguien?
- Sé que no lo harías, pero debía decírtelo de todas formas. - Ella se iba a levantar pero me apresuré a hablar.
- Espera, ¿Por qué supones que quiero tomar distancia?
- Pues no me has dirigido la palabra en estos días, creo que eso me deja más que claro que no quieres a la hija del rey de los demonios cerca tuyo. - Ella tenía un punto.
- Bueno, no es fácil asimilar que he besado a la hija de Satanás.
- Lo sé.
- Déjame terminar. - Me quité mis lentes antes de suspirar. - Tú me gustas y eso es suficiente para mí.
- ¿De qué hablas?
- Sabes de que hablo. - Me encogí de hombros. - Quiero que me aclares algunas cosas.
- Claro.
- Esa vez... esa vez que vi una luz cuando tocaste mis ojos... ¿Fuiste tú?
- Supongo que fui yo, para serte sincera no lo hice voluntariamente.
- Por eso escapaste.
- Si... - Murmuró. - Casi nadie sabe acerca de mis habilidades. Es algo reciente, aún estoy aprendiendo acerca de lo que puedo hacer.
- ¿Tienes las habilidades de tu padre?
- Supongo. Si es así me deja en una posible sucesión del imperio que tiene.
- Eso te convertiría en...
- La nueva reina de los demonios.
- Si, quizás es más complejo que salir con la hija de Hitler. - Murmuré.
POV Lucy
Mientras arreglaba el maldito auto pude escuchar el constante sonido de un bastón chochando con el suelo, salí de debajo y vi a Mackenzie caminando hacía la entrada, se veía muy linda. Esperen, ¿Qué hacía aquí?
- Mackenzie, ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo entraste?, ¿Cómo no te perdiste en el camino a la entrada?
- Uh, muchas preguntas. Brooke me ha ayudado a llegar.
- Cierto, Brooke. - Había olvidado ir por mi hermana. - ¿Para qué has venido?
- Sólo quería verte y pedirte disculpas por la comparación de hace un rato.
- Si... fue una mala comparación. Mi padre no es como Hitler. Él ni siquiera es racista o algo así. - Le molesté un poco y sus mejillas se sonrojaron. - Sólo bromeaba.
- Lo sé, pero eso no cambia el hecho de que sea algo vergonzoso. No debí comparar a tu padre con Hitler.
- Pues no, él puede ser mucho peor que Hitler, si lo quisiera. - Me levanté limpiando mis manos con un paño. - ¿Quieres algo de beber?
- Me agradaría un vaso de agua.
- ¿Sabes que puedes pedirme jugo o alguna gaseosa? - Sonreí tomando su brazo para guiarle dentro de mi casa.
Mi madre estaba en una de sus fundaciones para cambiar el mundo, mi padre de seguro estaba haciendo tratos con idiotas. Brooke de seguro estaba encerrada en su habitación haciendo sus deberes, y yo llevé a Mackenzie a la cocina para que bebiera algo.
- Me imagino que vives en una casa muy grande.
- Pues sí, es bastante grande. - Me encogí de hombros. - Oh, ven te enseñaré algo. - La guíe hasta el gran salón donde estaba el piano de mi padre. Era un piano estupendo y supuse que a Mack le gustaría. - Este piano es bastante viejo, pero suena estupendo. - Nos sentamos y ella llevó sus manos al piano acariciandole.
Cerré mis ojos al escucharle tocar algunas notas y me sorprendí cuando por primera vez le oí cantar. Sentí un escalofrío al escucharle cantar, ella definitivamente tenía un excelente voz, mi piel se había erizado al escucharle cantar de esa forma tan... sexy. Cuando ella terminó no pude evitarlo y conecté mis labios con los suyos, ella tomó el cuello de mi chaqueta atrayendome aún más a ella.
- ¡Lucy te buscan! - Me separé rápidamente de Mackenzie mirando sorprendida a mi hermana y a Emily. Mierda. - Ops. - Mi hermana escapó rápidamente de la escena, maldita me ha abandonado en medio del comienzo de la guerra entre dos mundos.
- Yo... yo... - Los ojos de Emily se oscurecieron y antes de que pudiera reaccionar ella me alejó de Mackenzie tirandome contra la pared del salón. Eso había dolido más de lo que pensé. - Emily... por favor relájate. - Murmuré tratando de recobrar el aliento.
Cuando le miré y tomó las mejillas de Mackenzie, sabía sus intenciones y actúe lo más rápido que pude para evitar que ella siquiera tocara los labios de Mack.
- Emily, no le hagas nada por favor. - La tomé entre mis brazos para separarle.
- ¡Sueltame, mataré a esa zorra!
- ¿Cómo me has dicho? - Mackenzie pareció haber despertado.
- Ella es mía, estúpida ciega. - Y aquel comentario fue suficiente para que mi cara se pusiera tan roja como se ponía la de mi padre.
- No le vuelvas a hablar así. - La dejé caer al suelo y ella llegó a mirarme con terror. - Emily, ¿Te has calmado?
- No puedo creer que luego de que te confesaea acerca de lo que sentía por ti simplemente vas y besas a otra.
- ¿Qué? - Miré a Mackenzie antes de suspirar.
- Yo no te dije que te correspondía. - Murmuré.
- Pero te acostaste conmigo.
- Es parte de nuestro trato. - Su mano impactó contra mi mejilla y mordi mi labio.
- ¿Te acostaste con ella?
- Mack...
- Vete a la mierda. - Emily tenía una mirada llena de ira.
- ¿Me podrías llevar? - Me sorprendí al escuchar a Mackenzie.
- Claro, será mejor que te mantengas lejos de esta... esta chica. Ella sólo te traerá problemas. - Ella me dio una mirada significativa. - Ella nunca será buena.
Cuando ambas se fueron caí sentada al suelo y cuando terminé de procesae todo era tarde, llamas me rodeaban y mi cola estaba a la vista. Yo seguía sentada en mi lugar y lágrimas seguían corriendo por mis mejillas.
- ¡Mi piano! - Ignoré la voz de mi padre. - ¡Lucy! - Él intentó acercarse a mi, pero las llamas crecieron. De pronto todo se apagó. - ¡Lucy controlate ahora mismo! - Pero aquello no ayudaba. - Lucy, por favor. - Sus brazos me rodearon luego de mucho tiempo y volví a sentirme segura. - Ya hablaremos de esto, ahora necesito que te calmes antes de que tu madre nos asesine por arruinar un salón entero.
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Afire Love
Fantasy"Las cosas, eran todas buenas ayer, y entonces el diablo se llevó tus recuerdos, y si hoy caes muerto, espero que el cielo sea tu lugar de descanso."