Familia Ferrer.

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POV Mackenzie

Me gustaba escuchar la voz de Lucy cuando algo le apasionaba, incluso si aquello era un simple programa de Tv. El recuerdo de ella llevandome a aquél museo pasó por mi mente y sonreí inevitablemente. Nuestra relación parecía mantenerse normal, pero evidentemente más cercana de lo que era hace un tiempo atrás, aún así no nos habíamos vuelto a besar, el máximo contacto que teníamos era el roce accidental de nuestras manos.

- ¿Tienes práctica hoy? - Yo asentí.

- Y tú debes asistir a tu clase de manejo.

- Son taaan aburridas. - Ella apoyó su cabeza en mi hombro. - Preferiría pasar ese tiempo contigo. - Sentí mis mejillas arder.

- Si, pero me dijiste que tu padre te ha obligado a tomar las clases.

- Es tan detestable.

- ¿En qué trabaja tu padre? - Ella se separó de mi una vez y extrañe su cercanía.

- Es prestamista. - Murmuró.

- ¿Y cómo es?

- Es un hombre que si esta enfadado pues... te hace temblar. - Le escuché murmurar. - A pesar de ser una persona tenebrosa cuando esta enfadado, él trata de mantenerse en calma dentro de lo que pueda. Siempre dicen que nos parecemos mucho, él también era un busca problemas, pero mi madre sabe llevarlo bastante bien.

- Creo que sólo necesitaba a alguien que le quisiese y le aceptara.

- Deberíamos ir al casillero. - Yo asentí sabiendo que ella sólo quería evitar el tema.

- ¡Lucy! - Reconocí la voz de Sam agitada. - Debes venir, tu hermana está en problemas. - Y sólo aquello bastó para que Lucy se fuera.

- Sam.

- Si, claro vamos. - Ella me tomó para empezar a caminar rápidamente.

- ¿Qué ha pasado?

- Brooke tiene ese espíritu luchador de Lucy, y aquello le trajo un problema con Dylan.

- ¡Alejate de ella! - Y a pesar de aún no llegar al lugar ya había escuchado el grito lleno de ira de Lucy. - ¡Te mataré! - Yo me asusté un poco por aquello.

- Sam, ve por Matthew. Aquí arderá Troya.

POV Lucy

Hice una mueca mientras la enfermera desinfectaba mis heridas, estúpido Dylan. Miré a mi hermana descansando en una de las camas, me alegraba que ya estaba algo más calmada, ella no estaba acostumbrada a que estúpidos se metieran con ella y me encargaría que algo así no le vuelva a pasar. Mackenzie permanecía en silencio esperándome.

- Iré por unas tiritas, ¿Bien? - Yo asentí, la enfermera salió y miré a Mackenzie.

- Lamento esto.

- No debes disculparte por defender a tu hermana, usualmente no estaría a favor de la violencia, pero nadie debe maltratar a alguien.

- Yo... sólo vi rojo cuando vi que le había abofeteado. - Le confesé, sabía que ella sólo creería que es una metafora.

- Eh, eres humana y todos reaccionamos sin pensar. - Ella me dio una pequeña sonrisa.

- Yo...

- ¡Lucy! - Oh no. Mamá. - Dios mío, Lucy. - Ahora que lo pienso, era irónico que usaramos esas expresiones. Ella tomó mi cara en sus manos verificando que estuviera bien. - Te llevaré al hospital.

- Mamá, estoy bien. - Dije algo avergonzada. - Brooke está ahí. - Ella la miró y vi su mirada caer, me dolía ver a mi mamá así. Siempre veía esa mirada cuando me metía en problemas serios, pero esta vez era diferente.

- Tengo que hablar con el director. - Ella besó mi mejilla y notó la presencia de Mackenzie. -Oh, hola. - Mi mamá estiró su mano hacía ella y yo negué rápidamente.

- Buenas, señora Ferrer.

- Mamá ella es Mackenzie, una amiga.

- Gracias por acompañar a mi hija, - Mi madre me dio una rara mirada. - ahora vuelvo, ¿Si?

- No hagas que despidan al director.

- No prometo nada. - Mi madre se marchó y yo en serio esperaba que no hiciera que este director se fuera, él me caía bien.

- ¿Despedir al director?

- Mamá tiene las influencias suficientes para hacer que cualquier director que entre en esa oficina sea despedido. - Me encogí de hombros y noté como ella palpeaba suavemente la cama en la cual estaba sentada, acerqué mi mano a la suya lo suficiente para que ella la tomara si así lo quisiera.

- Tu familia parece ser poderosa. - Ella tomó mi mano haciéndome sonreír.

- Lo es. - Acaricié con mi pulgar su mano. - Pero eso da igual, de todas formas sólo recibiré un castigo o a lo más una suspensión.

- Pareces conocer esta situación.

- Y lo hago, suelo meterme en problemas casi todo el tiempo, pero he querido mantener el perfil bajo para no impresionarte con todo lo que puedo hacer. - Escuchar su suave risa me hizo sentir un raro cosquilleo en mi estómago. La enfermera entró y tomé su mano una vez más cuando intentó soltarme. - ¿Mi hermana está bien?

- Si, estará cansada cuando despierte. Recuerdale tomar sus pastillas, ¿Bien? - Yo asentí.

- Es hora de irnos. - Me levanté y solté la mano de Mackenzie para ir con mi hermana, acaricié su mejilla con cuidado haciendo que abriera sus ojos. - Brooke... - Murmuré.

- ¿Ya llegó mamá? - Ver tan vulnerable a mi hermana menor hizo que mi corazón se contrajera.

- Si, pequeña. - Le regalé una pequeña sonrisa. - Vamos a casa, tienes que descansar. - Tomé el brazo de Mack para empezar a guiarle afuera. - Gracias por acompañarme, Mack.

- Puedes contar conmigo, Lu. - Ella sonrió y eso me trajo paz, al menos hasta que vi como Dylan salía con una sonrisa.

- ¡Como que no será suspendido, él golpeó a mis dos hijas! - Mi mamá tenía el poder sobre el mismísimo Diablo, nadie le decía a ella que no. - ¡¿Cómo que no puede hacer nada?, usted es el maldito director!

Y aquello no me sorprendía, mi madre tenía influencias en el mundo humano por su trabajo, pero los padres de Dylan también los tenían, pero aquello no se iba a quedar así.

- Emily. - Entré a su departamento y ella tomaba una copa de vino en su sofá. - Necesito un favor.

- ¿Me estás pidiendo ayuda?, ¿Qué te paso en tu linda cara?

- El idiota que me hizo esto golpeó a mi hermana. - Ella tomó de golpe lo que le quedaba de vino.

- Déjame cambiarme. - Ella se levantó rápidamente. - Mataré a ese imbécil por dañarte a ti y tu hermana.

- No quiero que lo mates. - La seguí rápidamente a su habitación. - Sólo quiero que lo asustes.

- Ya.

- Emily.

- Ya he entendido. - Gruñó. - No me gusta ver tu carita así, pero creo que te ves algo tierna.

- Eres rara, Emily.

- De todas formas te acuestas conmigo.

Afire LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora