Capítulo 36: "Jaqueline se arrepiente."

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Después de dos días, ya estaba con Dereck en mi casa.

Él estaba mucho mejor, solo le quedaban algunos raspones del accidente.

-Estoy aburrido, hagamos algo.-Me dijo subiendo las cejas, luego recordé que aún no le daba la cadenita, entonces fui a buscarla.

-Espera aquí, ya vengo.-Dije sonriendo, subí a mi cuarto, busqué su cadena, y bajé.-Cierra los ojos.-Dije una vez en frente de él.

Puse la cajita en sus manos, y lo besé, para que abriera los ojos.

-¿Y eso?-Dijo sonriendo.

-Te amo.-Dije a modo de explicación.

Luego se dio cuenta de lo que le había dejado en las manos.

-Y esto... ¿Ali?-Dijo medio sorprendido.

-Quiero que lo abras.-Dije sonriente.

Él lo abrió, y cuando vio lo que era se quedo sorprendido.

-Es, hermoso.-Dijo dándome un abrazo. Luego me besó.

-Mira el mio.-Dije mostrándoselo, pues yo ya lo tenía puesto en el cuello.

-Eres una traviesa Ali.-Dijo haciéndome cosquillas.

-¡Ya, para!-Dije riendo a carcajadas.

-¡Hey!, yo también tengo algo para ti.-Dijo subiendo las cejas.

-¿Enserio?-Dije abriendo los ojos.

-Si, era por tu cumpleaños, y navidad, pero con tanto ajetreo se me ha olvidado pasártelo. Solo hay un problema... Está en mi casa.

-Pues vamos.-Dije mientras me levantaba del sillón.

-Ok, señorita apresurada.-Dijo tocando mi nariz.

Rato mas tarde estábamos en su casa.

Me dejó en el sillón esperando, mientras el iba a buscar mi regalo.

De verdad es un amor.

-Cierra los ojos.-Dijo y yo le hice caso.

Sentí como paso sus manos por mi cabello, y se fue acercando poco a poco hasta besarme.

Luego los abrí. El estaba de rodillas frente a mi, como en las propuestas de matrimonio, me puse nerviosa, tenía una cajita en las manos.

-Ali, ¿quieres casarte conmigo?-Dijo abriendo la cajita, era un hermoso anillo.

-Dereck...-Dije en shock.

-Te la creíste wexd, deberías haber visto tu cara.-Dijo mientras se apretaba el estomago riendo en el suelo.

-Eres un maldito.-Dije riendo junto a él.

-Ya, ahora si enserio, te compré esto, en señal de que mi amor por ti, nunca acabara.-Dijo poniéndomelo.

-Eres muy lindo, idiota.-Dije besándolo.

-Ya lo sabía.-Dijo subiendo las cejas.

De pronto sonó su celular. Contesto animado, era Albert.

Luego que cortó la llamada, volvió y me dijo.

-¿Tienes hambre princesa?

-Siempre.-Dije sonriendo tiernamente.

-Entonces vamos a la casa de Albert, nos invitó a comer, a los dos.-Dijo subiendo las cejas.

-Genial.-Dije poniéndome de pie.

***

En 30 minutos ya estábamos en la casa de Albert.

Vuelco Inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora