Capítulo 19

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Me siento incómoda en las brazos de este hombre, no me agrada que trate de suducirme tan descaradamente y mas si sabe que estoy casada con Viktor.

-eres muy hermosa- dice viéndome a los ojos.

-señor Hamilton no es correcto que me diga este tipo de cosas-

-lo lamento, pero es que es la verdad, toda tu tiene ese algo que es capaz de atraer cualquier hombre-

La pieza termina y doy gracias a ello, aprovecho la oportunidad para escapar de él, busco a viktor pero no lo encuentro, camino por el lugar, terminó en una especie de jardín trasero, veo una hermosa pareja demostrandose su amor, tan lindo y romántico.

-¡NO!- escucho que grita él.

Pero esa voz se me hace familiar, y para mi sorpresa es viktor besandose con su secretaria ¿y que esperaba? Todo esto es ¡MEN.TI.RA! Alexandra, ¿como se te ocurrió que el sentía todo lo que te dijo? Es obvio que es una actuación, como todas las que hace cuando esta en público. Y yo de ¡ES.TU.PI.DA! Lo beso ¿en que estaba pensando? Es obvio que no estaba pensando, sólo un par de palabras bonitas y ahí voy de ¡I.DI.O.TA!

Busco a Sergey y lo encuentro con un bellísima mujer, no me importa quién sea, lo halo de la mano y salimos al estacionamiento.

-¿que te sucede?- me mira alarmado.

-nada, pide el auto- ordeno.

Me mira dudoso pero al final accede.
Esperamos sin decir nada. Mientras llega el auto apagó mi teléfono, no quiero oír más mentiras.

-dame tu teléfono- le extiendo la mano.

-¿que?- me mira raro.

-ya me oiste, ¡damelo!- casi grito.

Me lo da sin decir nada, lo apago y lo aguardo en mi bolso. El auto llegó y me adelanto para tomar el volante. Desde que me casé no he vuelto a conducir. Sergey se queda abajo analizando la situación.

-¿vas o te quedas?- se sube de inmediato.

Arranco con un feo rechinido de llantas, manejo más de lo permitido en la cuidad, Sergey se agarra hasta con las uñas.

Terminó en un club, soborno a los de la entrada para no hacer fila, entramos, la música aturde mis tímpanos, el olor a cigarro y a alcohol no se hacen esperar, camino hacia la barra seguida por mi tercer hemano y pido una botella de tequila.
Todos se me quedan viendo, es obvio que no vengo vestida para el lugar.
Le pido unas tijeras al de la barra y me las da.
Sin importarme empiezo a cortar mi vestido, Sergey me mira sorprendido pero no dice nada. Terminó de cortar y al final la falda queda mucho más corta de lo planeado, apenas si me tapa el tracero, pero que más da.

-ten- le doy a Sergey un shot de tequila -hoy bebere como nunca- me tomo el mío -de hecho nunca he tomado más de una copa de vino tinto- río.

Me sirvo otro, otro y otro más he perdido la cuenta de la cantidad que llevo. Me voy a bailar, se que estoy ebria pero no me importa, ni si quiera me importa que se me mira el culo por mis movimientos.

Regresó a beber más, pero ya no de los shots, si no directo de la botella. El taquila me cala en la garganta pero ingnoro el calor.
Me voy a bailar de nuevo sola, Sergey no hace más que cuidarme.
Siento unas manos en mi cintura, me pago al cuerpo de la persona que está en mi tracero. ¿que estoy haciendo? Me separo y trato de quitarme pero lo impide. Busco a Sergey con la mirada pero ya no está.

-¿creiste que podías huir de mi?- susura en mi oido.

-¡DÉJAME!- grito pero por la música no se escucha.

Del Odio Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora