Capítulo 27

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Sebastián y Helena me miran sonrientes, y es que desde el jueves no he asistido a clases.
Creo que yo sola con mi reacción he descubierto mis actos recientes.

-¡NO!- dice Helena tapándose la boca y alargando la palabra -¡¿Si!- chilla

-no se de que hablas- me encojo de hombros restandole importancia.

-yo se que no- la sonrisa de Sebastián es amarga.

-no se chicos, no se dé que me hablan- muerdo mi labio para no sonreír.

-no te hagas Alexandra Kozlov, sabes muy bien de lo que hablo- dice riendo.

La clases comienzan, como todo día normal, al final de las clases, estoy agotada. Me duele la cabeza, hay muchos proyectos y no se como le hare, pero ya encontraré la manera de darme mi tiempo para cada cosa.

Busco a Sergey y no lo encuentro, busco mi teléfono para llamarle, tal vez ha estado muy ocupado.
Un auto negro se estaciona frente a mi, levantó la vista, y veo a Viktor bajando del auto con un enorme ramo de rosas rojas.

-hola amor, ¿que tal tu día?- camina hacia mi. -espero que te gusten- me da el ramo de rosas.

-gracias, ¡son hermosas!- sonrio tomándose. -¿tienen una "A"?-

 -¿tienen una "A"?-

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-de Alexandra-

-me encantan- lo abrazo.

-sabía que te gustarian- sonrie con ego.

-¿así?- levanto las cejas.

-si-me besa.

-¡SI!, ¡LO SABÍA!- escucho la voz de Helena -me debes cien-

Nos separamos y la veo haciendo un Baile extraño.

-¡no es justo!- se queja Sebastián -tu tienes intuición femenina y yo...-piensa -soy yo-

-¿de que hablan?- entrecierro los ojos.

-sabía que entre ustedes ya había algo- Helena nos señala -dígame señor Kozlov ¿tuvieron sexo?- abro los ojos a mas no poder.

-Helena ¡por Dios!- la regaño. Sólo hace una mueca.

-Llámame Viktor- le sonrie.

-no ha respondido mi pregunta- sonrie.

-Helena basta- pido.

-me temo decir señorita...-

-Helena- lo interrumpe.

-bien, Helena, estamos casados y no tenemos sexo, hacemos el amor- sonrie.

-¡Viktor! ¡POR DIOS!- lo veo avergonzada.

-me debes 200- volteo a ver a Sebastián.

-¡BASTA!- grito -¡usteded dejen de apostar sobre mi vida!- señaló a mi par de amigos -¡y tu!- señaló a Viktor -¡deja de contar mis intimidades!- los dejo ahí y me subo al auto.

Del Odio Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora