Me enamoré de quien no debía y lastimé a quien no lo merecía.
Nos herimos en el camino y la destrucción fue nuestro fin.
Mis padres lo sabían, mis amigos lo sabían, yo lo sabía, y aun así, me entregué a él, en caída libre, sin seguro y sin regreso.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En multimedia el uniforme de la escuela.
— Buenas tardes, jóvenes. – dice el director al entrar al salón. — El profesor Matt no podrá asistir en la tarde de hoy. Por ende, estarán libres; ya que no encontramos un profesor de reemplazo, pero no los quiero ver caminando por los pasillos de la escuela o me veré obligado a castigarlos.
"¡Yes!" chilla alguien. Todos soltamos la risa, al ver el rostro del director, tuvimos que reprimirla.
— No se preocupe, querido director. – se le insinúa Palmer, provocando nerviosismo en él. Asco. Ella es una de las amigas de Megan. — Ninguno saldrá del aula, de eso me encargaré personalmente. — dice mientras arregla su corbata.
— Está bien..., – dice, mientras se aleja de ella. — entonces Palmer estará a cargo.
— ¡Si! – responde emocionada mientras aplaude.
— Entonces, quedó todo claro. Tengo que seguir con mis actividades, que tengan una linda tarde. – dicho esto, se va.
— ¿Soy yo o Palmer se folla al director? – dice Alía.
— Sabrá Dios y ellos. – respondo.
— ¡Qué asco!, está gordo, flácido y viejo. – dice Ariannis. Mientras Allison finge vomitar.
Es cierto, no es para nada atractivo. Probablemente sea un poco mayor que mi padre, aunque la verdad es que mi papá está bien conservado, ya que va al gimnasio cada tres días junto a mi mamá. Yo soy todo lo contrario a ellos, seguramente cuando tenga su edad tendré que usar un carrito; sin embargo, ellos tienen una buena genética, sobre todo mi madre, ella es toda una colombiana.
— Palmer. - la llama Alía.
Nosotras quedamos atentas. Esta voltea con aires de superioridad. ¿Quién mierda se cree?
— ¿Qué quieres, ojos con bigotes? - de inmediato posamos nuestra mirada en Alía que sin duda estaba buscando una manera para molestar a Palmer.
— ¿Ese es tu mejor apodo? - cuestiona. — Veo que te hace falta creatividad. Tal vez mis hermosas y pobladas cejas te deslumbren con belleza, la cual no posees. Ramera de quinta. - sentencia Alía.
Si... Alía, disfruta molestar a Palmer, pero creo que no es momento ni el lugar para pelear.
— ¿Cómo me dijiste, ojos con bigotes? - pregunta Palmer.
— Como escuchaste, ramera. - contraataca Alía.
— ¿Sabes con quién te estás metiendo? - amenaza Palmer, mientras se acerca peligrosamente a Alía.
— ¿Acaso llamarás al director? - acorta la distancia Alía, y es allí cuando nos colocamos alerta. Daimon, Lyan, Edward y Harry estaban dispuestos a ir a separarlas. Que buenos amigos son.
